06:00 hrs. Octubre 19 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-754

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

LOS GRUPOS CIUDADANOS DEFINEN LA VIDA POLÍTICA MODERNA: GRISELDA GUTIÉRREZ

 

·        Ante los grandes problemas que encaran hoy día nuestros ordenamientos se están presenciando las más variadas formas de reacción social, destacó la académica de la FFyL

·        Los grandes rezagos han contribuido a agudizar las injusticias y a configurar nuevas caras de la inequidad y la exclusión, mencionó

·        Participó en el Coloquio Internacional sobre Republicanismo que se efectúa en esta casa de estudios

 

Están amenazadas la estabilidad y viabilidad de los ordenamientos por grandes problemas, lo que incluso ocasiona que se presencian las más variadas formas de reacción social y una proliferación de actores, afirmó Griselda Gutiérrez, académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM.

 

Al participar en el Coloquio Internacional sobre Republicanismo, efectuado en el salón de actos de esa dependencia universitaria, destacó que la política moderna no ha tenido como sujetos por excelencia a los ciudadanos individuales. Son los grupos, en sus variadas modalidades, los que han y continúan definiendo la vida participativa.

 

Esto debido a los grandes rezagos o la forzada incorporación a una dinámica de interdependencia en el ámbito internacional que también ha contribuido a agudizar las injusticias y a configurar nuevas caras de la inequidad y exclusión, señaló.

 

Hoy, comentó, a la tradicional población de nuestra geografía política se suman actores para los cuales los referentes clasificadores usuales no aplican, tal es el caso de los barzonistas, los ahorristas, las grandes firmas multinacionales de inversión múltiple de nacionalidad definida, las masas de migrantes, los vendedores informales o las grandes redes de delincuencia organizada, entre otros.

 

Junto a ellos, precisó, están los individuos o agrupaciones cuyos perfiles, banderas, formas organizativas, repertorios de acción, espacios de intervención y temporalidades son de lo más diverso y disperso como para situarles inequívocamente en un terreno no político, antipolítico, político o necropolítico.

 

Este es el caso de asociaciones civiles, frentes, movimientos, grupos altermundistas, guerrilleros pacifistas, grupos paramilitares, organizaciones no gubernamentales o terroristas, abundó.

 

A todos ellos, refirió, lo que nos conmina a actuar colectivamente es la búsqueda de alternativas que permitan cauces políticos de convivencia, de procesamiento político de nuestras diferencias y de solución a nuestros conflictos.

 

Se trata de buscar alternativas que permitan pensar en la ciudadanización de la política como una posibilidad pertinente, relevante y actual en vías de una mayor densidad al espacio público, mencionó.

 

La actualidad de esta propuesta reside en que, pese a la abrumadora tendencia a dirimir los conflictos individuales y colectivos por cauces extraestatales o extralegales, se da una gran proliferación de iniciativas de sesgo ciudadano por cuanto reclaman la inclusión, espacio público para hacerse oír, dirimir sus diferencias y en el cual se procesan sus reivindicaciones, subrayó la profesora universitaria.

 

En su oportunidad, Alejandro Salcedo, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FESA), destacó que en México, durante los últimos años, se ha revelado una crisis profunda del modelo de Estado nación en nuestra tradición liberal.

 

La política neoliberal, subrayó, es la única versión del proyecto modernizador y llevada a su extremo ha acrecentado significativamente la distancia entre el México occidentalizado y el “profundo”. “Antes, el proyecto liberal respondía al reto de unificar la nación, sobre todo con Venustiano Carranza, que en su versión actual conduce de hecho a aumentar la escisión entre estos dos méxicos”.

 

En este país, ejemplificó, el movimiento neozapatista evoca a otra idea de democracia y nación, presente en los grandes movimientos políticos de nuestra historia y en la memoria de otros comunitaristas que han sido reprimidos durante casi dos siglos de vida independiente.

 

Dicho acto insurreccional interpela la práctica liberal del Estado mexicano y, a la vez, reclama derechos que tienen coincidencias sorprendentes con la tradición democrática republicana, comentó. 

 

Esto implica una propuesta para destituir a la democracia como una característica solamente formal de los procedimientos de los aparatos gubernamentales, y definirla como un modo de vida donde los sujetos sociales en las relaciones cotidianas viven, crean y recrean los valores que contribuyen a la realización de las posibilidades inmanentes a la humanidad, puntualizó.

 

De este modo, la democracia sería parte inherente a la organización indígena, la cual puede entenderse como la gestión colectiva-comunitaria del consenso a través del convencimiento del otro en diálogo, donde se privilegian los valores y los sentimientos de la voluntad mayoritaria, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Alejandro Salcedo, de la FES Acatlán, destacó que en el México de los últimos años se ha revelado una crisis profunda en el modelo de Estado nación de nuestra tradición liberal.

 

FOTO 02

 

Nuestros ordenamientos ven amenazada su estabilidad y viabilidad, mediante varias formas de reacción social y proliferación de actores, indicó Griselda Gutiérrez, de la FFyL de la UNAM.

 

FOTO 03

 

Daniel Reventos, Alejandro Salcedo, Pedro Enrique García, Carlos Suárez y Griselda Gutiérrez durante el Coloquio Internacional sobre Republicanismo, efectuado en la FFyL de la UNAM.