Boletín UNAM-DGCS-750
Ciudad Universitaria
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final del boletín
REJUVENECE EL CEREBRO LA ACTIVIDAD DEPORTIVA CONSTANTE
·
Las personas que hacen ejercicio mejoran la funcionalidad de ciertas
áreas craneales, como las frontales, que permiten planear y organizar, principalmente
·
Permite que el cerebro genere sustancias que protegen a las neuronas y
las mantenga vivas
·
La meditación refuerza el sistema inmunológico, el cual protege al
individuo de sufrir diversas enfermedades
El ejercicio mejora el aspecto físico de las
personas y rejuvenece el cerebro, al acrecentar sus funciones cognitivas, como
la atención, memoria y concentración, señaló Feggy Ostrosky, jefa del
Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM.
Explicó que el acondicionamiento aumenta el
funcionamiento del sistema cardiovascular; además, ayuda a prevenir diversas
enfermedades como cáncer, diabetes y depresión. Señaló que estudios recientes
de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, revelan que para evitar el
envejecimiento prematuro del cerebro es necesario la practica deportiva
regular.
Resaltó que “con el paso de los años este
órgano pierde peso y sus facultades correspondientes; de ahí la importancia de
la actividad física para evitarlo. Nacemos con una masa cerebral que pesa 350
gramos aproximadamente, y en la etapa adulta alcanza un kilo y medio. Sin
embargo, a partir de los treinta años empezamos a perder neuronas. De forma que
al paso de siete décadas pierde alrededor de medio kilo”.
La académica dijo que los análisis realizados
tanto en animales como en humanos, reafirman que el deporte es indispensable
para lograr mejor calidad de vida. “Una de las características del mundo
contemporáneo es que gracias a los avances en salud y tecnología, la
expectativa global de vida ha aumentado. Mientras que en 1900 era de 47 años,
para 1996 era de 65. Actualmente es de 72 años”.
En los estudios con personas los científicos
compararon a dos grupos de adultos cuyas edades oscilaban entre los 55 y 80
años. A un conjunto se le asignó rutinas en caminadora; el otro permaneció sin
ninguna actividad física. Quienes practicaron deporte obtuvieron mayor puntaje
en sus exámenes de memoria y atención.
A los beneficiados por la activación se les
evaluó con técnicas de neuroimagen, que permiten medir con precisión el tamaño
de las estructuras encefálicas. Se encontró que eran parecidas a las más
jóvenes; no correspondían a su edad desde el punto de vista anatómico.
Abundó que en otros exámenes de tipo neuropsicológico
para analizar el tejido cerebral en un solo grupo –antes y después de hacer
ejercicio aeróbico tres veces a la semana de 30 a 60 minutos– encontraron que
las personas activas mejoraban en su condición y funcionalidad cerebral en
ciertas áreas, como las frontales (encargadas de planear, organizar y
secuenciar), temporales (participan en la memoria, que se deteriora con el
envejecimiento) y parietales.
En cuanto a los estudios básicos, Feggy
Ostrosky señaló que se analizaron los cambios moleculares en ratas puestas a
hacer ejercicio; los resultados mostraron que su actividad generó
modificaciones cognoscitivas y estructurales en su cerebro.
Se puso a un grupo de roedores a nadar, a otro
sólo se le dio alimento (comida alta en
carbohidratos) y a uno más se le obligó a moverse. En los resultados las ratas
bajo condición libre, es decir, que hicieron ejercicio sin ser forzadas,
resolvieron rápidamente los problemas que se les pusieron, a diferencia de
aquellas presionadas.
Con base en lo anterior, los expertos
concluyeron que el ejercicio genera mayor factor neurotrófico de crecimiento.
Es decir, da mayor protección a las neuronas para mantenerlas vivas. “Hasta
hace poco se pensaba que la plasticidad cerebral, la capacidad en nuestro
cerebro para cambiar en relación con la experiencia, se restringía a etapas de
inmadurez, a la niñez, pero aún en ratas mayores, equivalentes a más de 55 años
humanos, el ejercicio sí tiene efectos”, afirmó.
Sobre el tiempo ideal para hacer ejercicio, las
conclusiones fueron que existe una notable diferencia entre hacer 30 o 45
minutos. Se obtuvieron mejores resultados entre quienes se ejercitaron por tres
cuartos de hora, mientras que en aquellos que lo hicieron media hora no
obtuvieron efectos satisfactorios.
La académica también comentó que otros estudios
refieren que el cerebro también experimenta beneficios con ejercicios
destinados al control muscular. “En la actividad física que requiere
concentración, elasticidad y movimientos precisos como el yoga, las personas
han mejorado sus procesos de memoria y atención”.
La meditación, por ejemplo, refuerza el sistema
inmunológico. Estudios demostraron que quienes la practican por lo menos dos
veces por semana tenían fortalecida esa estructura, que los protege de sufrir
diversas enfermedades.
También se relaciona con la liberación de
endorfinas, sustancias que regulan el dolor y otros compuestos químicos
producidos durante la ejercitación, como la noradrenalina (que activa y
mantiene en alerta), dopamina y
serotonina (relacionadas con el control motor), neurotransmisores involucrados
con el estado emocional. En la gente deprimida, el ejercicio potencia el efecto
de los antidepresivos.
Referente a los experimentos en laboratorio,
subrayó que su campo es la neuropsicología. De acuerdo con la especialista se
han desarrollado instrumentos validados y estandarizados para México mediante
ejercicios de rehabilitación de los procesos de atención, memoria y lenguaje. “Básicamente estudiamos a niños,
adultos con alteraciones en el cerebro”, finalizó.
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El ejercicio
rejuvenece el cerebro, al acrecentar sus funciones cognitivas, como atención,
memoria y concentración, señaló Feggy Ostrosky, jefa del Laboratorio de
Neuropsicología y Psicofisiología de la FP de la UNAM.
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La especialista
universitaria Feggy Ostrosky explicó que el acondicionamiento aumenta el
funcionamiento del sistema cardiovascular; además, ayuda a prevenir diversas
enfermedades como cáncer, diabetes y depresión.