15:00 hrs. Octubre 14 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-742

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

DETERMINANTE, EL PAPEL DE LA UNAM EN LA DIFUSIÓN DE LA CULTURA

 

·        Gerardo Estrada resaltó la función de la autonomía universitaria en los años de autoritarismo y paternalismo

·        El espíritu de la Universidad siempre ha triunfado sobre los intentos de censura, aseguró Hugo Gutiérrez Vega

·        Son innumerables los museos, escuelas, revistas y proyectos con los que esta casa de estudios ha enriquecido los saberes del país, expuso Ignacio Solares

·        Margo Glantz señaló que ningún acontecimiento cultural tuvo importancia en México si no estaba ligado directa o indirectamente con la Universidad Nacional

 

El papel que la Universidad Nacional ha jugado en las tareas de difusión  cultural en México ha sido fundamental y determinante en  momentos históricos en los que, sin sus aportaciones, el país habría quedado al margen del acontecer mundial, afirmó Gerardo Estrada, coordinador de Difusión Cultural.

 

Al participar en la mesa “La autonomía universitaria y su impacto en las artes y la cultura”, expresó que este valor permitió que “no nos secáramos” intelectual y culturalmente durante los años del autoritarismo, paternalismo y patrimonialismo en el país.

 

Durante el cuarto día de las Jornadas de la Autonomía, el funcionario resaltó que una de las funciones esenciales de la UNAM, de acuerdo con la ley, es difundir y extender los beneficios del conocimiento, no solo entre su propia comunidad, sino hacia la población en su conjunto.

 

En la Sala “Carlos Chávez” del Centro Cultural Universitario, recordó que en la década de los sesenta el mundo vivió un cambio cultural que tuvo repercusiones en las universidades. Así, el teatro y las artes visuales experimentaron transformaciones fundamentales, al tiempo que se inició una etapa creativa en danza y música, lo que propició en el campus, gracias a la autonomía, un ambiente distinto al que imperaba en la sociedad mexicana.

 

Un ejemplo de ello, mencionó Gerardo Estrada, fue el cine que se exhibía en sus instalaciones, en donde figuraban cintas que estaban prohibidas en el país.

 

En su oportunidad, Ignacio Solares, director de la Revista de la Universidad de México, considerada como una de las más importantes del país en el ámbito cultural, expuso que son innumerables los museos, escuelas, revistas y proyectos con los que esta casa de estudios ha enriquecido los saberes del país.

 

“Sería difícil que toda esa creatividad, toda esa pasión, que esos grupos de jóvenes hubieran trascendido en su momento, de no ser por una característica fundamental de la UNAM, que ha hecho que los poderosos no se hayan atrevido, por decirlo de alguna manera, y que hayan permitido el ejercicio de la crítica en ámbitos nunca imaginados. Esa característica es la autonomía”, expresó.

 

Agregó que ella formó parte entrañable de la vida cultural de México durante el siglo pasado y ahora que se realizan reuniones para explorarla, fortalecerla y defenderla, “vemos claramente que no es una idea que esté fuera de nosotros. Nos interesa tanto porque también está dentro de cada uno de nosotros, como la libertad intelectual que nos motiva a reflexionar, como la libertad de cátedra que nos lleva a aprender y a investigar, y como la libertad de pensamiento que nos incita a crear”.

 

A su vez, la escritora y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, Margo Glantz, señaló que, en retrospectiva, es imposible concebir a la cultura nacional sin tomar en cuenta lo que la Universidad propició y en ella se produjo, “al grado de que puedo afirmar, sin exageración alguna, que ningún acontecimiento cultural tuvo importancia en México si no estaba ligado directa o indirectamente con ella”.

 

Ante estudiantes, académicos y funcionarios reunidos en el Centro Cultural Universitario, agregó que sin la autonomía universitaria, la libertad y la disidencia no hubieran sido posibles en una época de partido único.

 

Resaltó que una institución de educación superior no podría funcionar sin ser autónoma y, al celebrarse los 75 años de haberse decretado la ley que lo hizo posible, “nos percatamos de nuevo de las múltiples vicisitudes por las que pasaron quienes lograron  hacerla efectiva, verificamos la trascendencia de esa misma legislación y también su posible fragilidad en las circunstancias actuales”.

 

Al hacer uso de la palabra, Hugo Gutiérrez Vega, escritor y poeta, ex director de Difusión Cultural, indicó que la autonomía ha permitido que la UNAM sea un territorio libre para la expresión  y la experimentación artística.

 

Aseguró que el espíritu de la Universidad siempre ha triunfado sobre los intentos de censura, por lo que la institución ha podido mantenerse siempre en libertad de hablar.

 

“La UNAM ha sido un espacio abierto para todas las corrientes teatrales, y además ha patrocinado sin intentar el control ni la manipulación, lo que es una generosidad máxima”, afirmó.

 

Por su parte, Alberto Dallal, integrante del Instituto de Investigaciones Estéticas, subrayó que la Universidad es el gran proyecto del siglo XX del gobierno mexicano, mediante el cual se crea el espacio suficiente para que la gente pueda expresarse y prepararse.

 

Dijo que esta casa de estudios ha sido un semillero de gobernantes y dirigentes, en donde se puede discutir de manera libre. “De otra forma, no se entendería por qué un gobierno autoritario crearía una universidad como esta”, consideró.

 

A pesar de ese sistema, añadió, “de esa estructura de poder tan terrible, la Universidad fue y es el corazón de México, y permite que se haga tanto en el país”.

 

En ese sentido, el compositor Julio Estrada, catedrático de la Escuela Nacional de Música (ENM), coincidió en que esta institución es un recipiente abierto a todas las tendencias, y como tal conduce, por sus propias vías –racionales, de respeto, sensitivas e históricas–, a todos los que ingresan a ella a una nueva visión del país, pero también de sí mismos.

 

Recordó que en 1929 Carlos Chávez y Silvestre Revueltas encabezaron una revolución de la educación musical en el Conservatorio Nacional, en oposición al grupo comandado por Manuel M. Ponce, por lo que fueron expulsados. La Universidad los acogió y creó la entonces Escuela de Música.

 

Hoy, la ENM tiene el proyecto educativo más avanzado en esa área de todo el país. En septiembre de este año se creó el posgrado, que incluye la maestría y el doctorado en esta disciplina.

 

Para el escritor José de la Colina, ex colaborador de la Revista de la Universidad, ella no es sólo una “república de las letras o las artes”, sino la auténtica “república de la cultura”, porque con sus buenas y malas épocas ha creado una comunidad no sólo dedicada a crear conocimiento, sino cultura.

 

Al hablar del cine, reconoció que la labor de los cine clubes en México fue importante, porque antes de su aparición, en los sesenta, no había un auténtico público amante de los filmes, sino sólo consumidores. Los cinéfilos comenzaron a surgir tras el auge de esos espacios, tanto en la Universidad como en el Instituto Francés de América Latina.

 

Al respecto, el escritor Eduardo Lizalde, ex director de Radio Universidad, se refirió a este medio de comunicación. Recordó que se fundó en 1937, siete años después de la declaración de la autonomía universitaria. Empero, tardó muchos años en consolidarse como una verdadera difusora.

 

La gran experiencia, relacionada con el espíritu de libertad que a los medios editoriales, académicos y de difusión universitarios proporcionó la autonomía, fue que ante el maremagno formidable, aterrador, y aturdidor de las cadenas comerciales, la perteneciente a la UNAM era  y es un instrumento de peculiaridad cultural excepcional.

 

Ni siquiera las grandes y ambiciosas presentaciones de orquestas, o conjuntos operísticos que ocasionalmente acuden a nuestros escenarios han hecho tanto para la promoción de la música y de la literatura como la radio. Esta ha cumplido un papel transformador para la ciudadanía mexicana.

 

Por último, la artista plástica Helen Escobedo, ex directora de museos y galerías de la Universidad Nacional, refirió que durante su paso por esta casa de estudios aprendió que la palabra autonomía es poder definir un perfil individual, compitiendo con el de otros, pero de manera constructiva; sin sentir autoritarismo ni imponerlo, sino colaborando con las experiencias acumuladas de los demás.

 

Agregó que trabajar en equipo es enriquecedor y un museo es un grupo porque se produce una energía circular, se logran resultados vastos, trabajando con principios.

 

-o0o-

Foto 1

Gerardo Estrada, Hugo Gutiérrez Vega, Ignacio Solares y Margo Glantz participaron en las Jornadas de la Autonomía, con el tema “La autonomía universitaria y su impacto en las artes y la cultura”.

 

Foto 2

Eduardo Lizalde, José de la Colina y Helen Escobedo a su llegada a la sala “Carlos Chávez” del Centro Cultural Universitario, donde hablaron sobre el impacto de la autonomía universitaria en las artes y la cultura.

 

Foto 3

Los escritores Alberto Dallal y José de la Colina destacaron la importancia de la Universidad en el ámbito cultural del país, al ser el gran proyecto nacional del siglo XX.