17:00 hrs. Octubre 11 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-727

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

CONCENTRA LA AUTONOMÍA LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LIBERTAD DE CÁTEDRA Y EXPRESIÓN

 

·        También es la guía de la norma de la vida de la UNAM en lo académico, tanto en docencia como investigación, aseguró el director de la Facultad de Ingeniería, Gerardo Ferrando Bravo

·        Inauguró las Jornadas de la Autonomía, con las que se conmemora el 75 aniversario de la aplicación de esta figura

 

 

La autonomía es la guía de la norma en la vida de la UNAM en materia académica, tanto en docencia como en investigación, porque en ella se encuentran los principios fundamentales de libertad de cátedra y de expresión, que en forma permanente defienden los universitarios, expresó el director de la Facultad de Ingeniería (FI), Gerardo Ferrando Bravo,  al inaugurar, con la representación del rector Juan Ramón de la Fuente, las Jornadas de la Autonomía

 

En el auditorio “Javier Barros Sierra”, donde inició esta jornada conmemorativa del 75 aniversario de la Autonomía, participaron el abogado general de la Universidad Nacional, Jorge Islas López, los directores de centros, institutos y facultades, funcionarios universitarios y alumnos. Las Jornadas, que se desarrollarán hasta el viernes próximo, abarcarán las diferentes áreas del conocimiento y los aspectos más relevantes de la vida universitaria.

 

Ahí, el titular de la FI destacó que la autonomía se manifiesta en las normas dadas para el ingreso, promoción y permanencia del personal académico; en el gobierno y organización, así como para el manejo financiero y patrimonial de la Universidad.

 

Aspectos contenidos en el marco normativo de la institución, el cual debe ser la guía de elevada responsabilidad de los universitarios. También recordó una de las páginas más importantes de la historia de esta casa de estudios: la defensa de la autonomía que se dio durante el rectorado de Javier Barros Sierra.

 

En la primera mesa redonda El significado de la Autonomía Universitaria, moderada por el director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), Axel Didricksson Takayanagui, el ex rector Pablo González Casanova celebró la creación del “Espacio Común de Educación Superior” de la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y el Caribe, y proposu diez políticas específicas por las que todos los universitarios deben luchar:

 

Para fortalecer y aumentar la autonomía dentro y fuera de esta casa de estudios; reforzar todas las instituciones de educación superior autónomas del país, de América Latina y el mundo; por el conocimiento del más alto nivel en ciencias y humanidades, en artes y tecnologías; por la enseñanza de las “nuevas ciencias” y del pensamiento crítico, de la historia como memoria colectiva, como narrativa y horizonte utópico de un mundo emergente alternativo.

 

Asimismo, abundó, se debe luchar por dar mejor educación al mayor número de personas, mediante el diseño de políticas desde la enseñanza superior intramuros y extramuros, así como con el impulso con estudiantes y profesores desde las universidades, además, de la implementación de nuevas y permanentes campañas de alfabetización.

 

También se dijo a favor de organizar cursos de actualización y enseñanza–aprendizaje para los docentes e investigadores, y para todo el magisterio nacional; de defender a las universidades, a la investigación científica y humanística y al sistema educativo frente a los recortes presupuestales que les imponen desde otros ámbitos del Estado, en una forma autodestructiva; así como por redefinir la difusión cultural del siglo XXI, articulándola con el sistema abierto, presencial y a distancia.

 

Además, Pablo González Casanova pidió defender la libertad de cátedra, de investigación y de difusión de la cultura como valores consustanciales a la autonomía y a la construcción de espacios de diálogo nacional, internacional, latinoamericano, indoamericano y multicultural; y organizar el autogobierno de la universidad, en función de sus objetivos universales y nacionales, con independencia en sus grupos de trabajo científico y humanístico, técnico y artístico, para que alcancen los más altos niveles de la creación e inteligencia.

 

Ello, recalcó, sin confundir la disciplina con el autoritarismo ni la democracia universitaria con la “de los pocos, con los pocos y para los pocos”, sino a través del respeto de todos los universitarios a las reglas que ellos mismos se impongan, para alcanzar los objetivos de la universidad en América y el mundo.

 

En su intervención, el presidente de la Fundación Mexicana para la Educación y el Desarrollo y profesor de la UNAM, Fernando Solana Morales, expuso que la autonomía es el gobierno propio, sin interferencia de los centros de poder, particularmente gubernamentales, pero también pueden ser religiosos o económicos. Es la capacidad para definir por sí mismos el rumbo de la institución y la libertad de cátedra e investigación.

 

Aunque en los tiempos actuales implica muchos aspectos, el ex secretario de Educación Pública se refirió a los centros de poder. Dijo que no es extraterritorialidad, pues a veces se ha abusado con esta idea. El Estado tiene la obligación de darle a la universidad recursos económicos y seguridad, advirtió.

 

 

 

Mencionó cinco amenazas a la libertad requerida por las instituciones educativas: los Estados autoritarios en los niveles federales y estatales; el amago de los partidos y fracciones políticas no democráticos o que no actúan como tales; o más allá, el riesgo de los prejuicios religiosos, porque en el mundo contemporáneo no han desaparecido y en muchas regiones del planeta siguen vigentes.

 

Solana Morales destacó que el problema más serio son los fundamentalismos económicos y sociales dominantes no en la UNAM, pero sí en la universidad del mundo contemporáneo en general, en plena era del conocimiento. Hoy, en el siglo XXI, recalcó, existe este peligro.

 

La quinta amenaza, planteó, es la referente a los intereses corporativos, en todos los sentidos. Amenazan el funcionamiento mismo de la universidad, por intereses de la corporación y no de la institución, hasta los de grandes grupos mundiales prevalecientes en este mundo global.

 

Por tanto, resumió, la universidad debe vivir con una actitud científica y asumir como provisional todo conocimiento, así como vivir a plenitud de la libertad de estudiar, analizar, imaginar y pensar al margen de toda creencia, doctrina, interés o fuerza dominante prevaleciente, porque la UNAM desde hace muchas décadas ha sido un lugar privilegiado, por eso las áreas de investigación científica tienen reconocimiento mundial.

 

En su participación, el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Luis Aguilar Villanueva, manifestó que en sociedades o economías del conocimiento –como se perfila la comunidad del siglo XXI– la autonomía de la Universidad muestra toda su vigencia, que se exige y valora por ser la condición organizativa institucional necesaria y apropiada para estar en posibilidad de asegurar su acción cognoscitiva: científica, tecnológica y educativa.

 

Sólo así, concretó, será posible y se asegurará que genere valor a la sociedad, aporte utilidad pública y, en consecuencia, dé viabilidad al país, en una época donde el conocimiento representa el factor productivo crucial.

 

En gran medida, señaló el investigador, el concepto de autonomía ha sido defensivo por parte del sector académico, de resistencia a intervenciones estatales políticas e ideológicas, internas o externas, cuyo propósito y efecto eran interferir y violentar las reglas de acción propias de la investigación y docencia, de la producción y reproducción del conocimiento y que buscan alinear el saber universitario a un proyecto social o una visión única de la sociedad.

 

En México, finalizó, es justificable su concepto estándar con énfasis en la dimensión básica de la independencia institucional frente al gobierno y otras fuerzas políticas y doctrinarias más que en la dimensión de la autonomía. En la capacidad interna de autogobierno, autocontrol, autoregulación y autoconducción.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Fernando Solana, Pablo González Casanova, Luis F. Aguilar Villanueva y Gerardo Ferrando Bravo, durante la inauguración de las Jornadas de la Autonomía en la UNAM, con las que se conmemora el 75 aniversario de la aplicación de esta figura.

 

 

FOTO 02

 

Gerardo Ferrando Bravo, director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, inauguró las Jornadas de la Autonomía, con las que se conmemora el 75 aniversario de la aplicación de esta figura.

 

 

FOTO 03

 

El ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova, propuso diez políticas específicas por las que todos los universitarios deben luchar, durante la mesa redonda El significado de la autonomía universitaria, dentro de las Jornadas de la Autonomía.