06:00 hrs. Septiembre 18 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-661

Ciudad Universitaria

 

                                                                                       

                 

Pies de foto al final del boletín

NECESARIO HACER SIMULACROS DE PROTECCIÓN CIVIL TODO EL AÑO Y NO SÓLO EN SEPTIEMBRE

 

·        La gente debe saber cómo responder en los primeros minutos previos y posteriores a un siniestro: Arturo Iglesias Mendoza, del IGf

·        Las acciones de prevención requeridas son de carácter personal y público, pues con ellas las instituciones gubernamentales pueden organizar simulacros, aseguró

 

Es necesario difundir los programas de protección civil, además de realizar simulacros como lo señalan estas guías de  actuación, con el propósito de que la gente verdaderamente sepa qué hacer ante contingencias naturales, especialmente en los primeros minutos previos y posteriores a un siniestro, manifestó el investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, Arturo Iglesias Mendoza.

 

Aseguró que las acciones de prevención deben ser de carácter personal y público, pues con ellas las instituciones gubernamentales pueden organizar simulacros. Reconoció la tarea de difusión de los programas y los simulacros a efectuarse cada año, con motivo de la conmemoración de los terremotos de 1985, pero el resto del tiempo no se hacen prácticas y la gente tiende a olvidar, además de que en ocasiones la sociedad no entienda la utilidad de la prevención.

 

“Debería ser una decisión personal determinar los actos a seguir en cada lugar donde la persona se encuentre en ese momento, y decidir qué hacer con ese minuto o con menos tiempo. Es responsabilidad de cada capitalino”, aseveró.

Al dictar la conferencia Sistemas de alerta sísmica temprana: una oportunidad ante un gran temblor, Iglesias Mendoza reiteró en el auditorio Tlayolotl del IGf, que por ello las instancias encargadas de la protección civil y las autoridades deberían tener mayor conciencia del valor de contar con un sistema de alerta sísmica única en el mundo.

 

El investigador universitario explicó que el sistema de alerta temprana es un conjunto de elementos diseñado para prever o mitigar riesgos antes de un evento.

 

Uno de ellos es utilizado contra daños causados por fenómenos meteorológicos, como huracanes, ciclones, lluvias torrenciales e inundaciones. Es importante porque el tiempo de ventaja (el transcurrido entre el momento en que se avisa a la población con posibilidades de ser afectada y cuando el fenómeno llega al lugar) permite tomar acciones.

 

Otro se usa con fines militares, completó. Cuando una nación dispara un misil contra otra se puede detectar con anticipación y tomar previsiones, incluso lanzar otro artefacto que lo intercepte.

 

Así, trata de determinar la ocurrencia de un gran temblor con cierto grado de antelación y emitir una advertencia que llegue antes de las ondas telúricas, y con ello evitar o aminorar los perjuicios que puede provocar en una gran ciudad.

 

Reconoció que es indispensable extender la alerta sísmica a las regiones del país susceptibles de resentir movimientos telúricos de gran magnitud, que pudiesen provocar daños en la Ciudad de México.

 

Afirmó que esa estructura está preparada para informar sobre un terremoto de consideración originado en ese estado, que permitirá a los servicios de protección civil y las autoridades contar de 50 a 60 segundos para actuar, siempre y cuando estén “enterados y atentos, pendientes de la radio o en contacto con instituciones públicas”.

 

Empero, esa estructura quizá no sea la más apropiada para extenderla a otros puntos. Cualquier esfuerzo para mejorarla o llevarla a otras regiones, deberá ser bienvenido. Es necesario, añadió, analizar todas las opciones y optar por la mejor.

Subrayó que “por un lado detecta los sismos lejanos que causan daños en la zona metropolitana o en las ciudades del centro del país; y por el otro, se cuenta con tiempo para desarrollar una organización responsable y tomar decisiones acordes”.

 

Opinó que uno de los principales intereses de la comunidad científica es extender su utilidad. Sería factible una distribución geográfica óptima, mediante la instalación de diversos sensores.

 

Este sistema cuenta con once estaciones distribuidas en la brecha de ese estado. Sin embargo, para áreas de igual tamaño o longitudes sobre la zona de contacto se debería tener el mismo número de instrumentos.

 

Si se quisieran cubrir los sismos que se originan en Michoacán o en Oaxaca, implicaría incrementar el número de receptores. Lamentablemente, advirtió, es difícil hacerlo porque representa un elevado costo de implementación, operación y mantenimiento.

 

Finalmente, propuso construir dos anillos de estaciones que rodearan la capital de la república, uno a 275 kilómetros de distancia, hacia la costa, y otro quizá 100 kilómetros más retirado, de tal forma que los movimientos localizados en esas zonas quedarían cubiertos en un radio de 50 kilómetros, finalizó.

 

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Foto 1

El sistema de alerta sísmica que opera en Guerrero pudiera no ser adecuado para aplicarlo en otras zonas del país que también resienten movimientos telúricos, reveló el investigador Arturo Iglesias Mendoza.

 

Foto  2

Arturo Iglesias Mendoza, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, reconoció que es indispensable extender la alerta sísmica a regiones del país susceptibles de resentir movimientos telúricos.