Boletín UNAM-DGCS-642
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Francisco Navarrete, de la CFE, dijo que el
año pasado se registraron cinco de estos fenómenos en el Océano Pacífico y tres
en el Atlántico, que tocaron territorio nacional
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En el Centro de Ciencias de la Atmósfera
informó que este año ninguno ha impactado a la república; sólo han pasado cerca
Los ciclones
tropicales ocasionaron daños superiores a los 44 millones pesos en el sector
eléctrico mexicano durante 2003; situación que enfatiza la gran dependencia de
las condiciones meteorológicas que tiene la tarea de generación de ese fluido
en todos sus tipos –hidroeléctrica,
termoeléctrica, eólica, solar y nuclear–.
Así lo explicó Francisco Navarrete,
del Centro Meteorológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien
recordó que el año pasado se registraron cinco de estos fenómenos en el Océano
Pacífico y tres en el Atlántico, los cuales tocaron territorio nacional.
No obstante, en lo
que va de 2004 ninguno ha impactado en la república; sólo han pasado cerca,
añadió durante la conferencia “Plan de Contingencias por Huracanes en la
Comisión Federal de Electricidad”, organizada por el Centro de Ciencias de la
Atmósfera de la UNAM.
Indicó que el promedio de meteoros
formados es de 15 en el Pacífico y 12 en el Atlántico. Desde el inicio de
temporada del presente año se registraron diez en el primero y seis en el
segundo. Aunque se debe esperar que ninguno arribe a los litorales, pues su
etapa de ocurrencia concluye el 30 de noviembre.
Navarrete dijo que CFE produce,
transmite, distribuye y comercializa la energía eléctrica en la mayor parte del
territorio. En tanto, el Centro Meteorológico tiene el objetivo de
proporcionar, con calidad y oportunidad, información sobre los ciclones
tropicales para salvaguardar vidas humanas e infraestructura.
La Comisión tiene el 88.77 por
ciento de la generación total; Luz y Fuerza del Centro, 1.87; Pemex el 4.12, y
el resto de otro origen. Además, informó, traslada 96.16 por ciento de todo el
flujo y reparte el 90.5 por ciento. Atiende a casi 80 millones de habitantes.
México cuenta con 163 centrales
productoras y más de 149 mil kilómetros de red de transmisión. De las primeras
se lleva a todas las poblaciones. De ahí la importancia de conocer la dirección de estos fenómenos que
podrían interrumpir el servicio, indicó.
“De hecho, abundó Navarrete, cuando
deja de funcionar alguna central o línea se puede traer electricidad de otro
lado, gracias a que el sistema está interconectado”.
Recordó que un ciclón es un
fenómeno atmosférico formado principalmente cerca del Ecuador y requiere de una
temperatura de 26.5 grados centígrados en el mar.
Su clasificación depende de la
velocidad de los vientos. Se trata de una depresión cuando las corrientes
aéreas son menores a 63 kilómetros por hora; tormenta tropical de entre 63 y
119, y huracán cuando son mayores a 119 kilómetros por hora. Estos últimos
tienen cinco categorías, con base en la escala Saffir Simpson.
El plan operativo de vigilancia de
la Comisión consta de tres etapas: seguimiento, cuando está a más de 700
kilómetros de distancia en el Pacífico, Atlántico, Golfo de México y Mar
Caribe; de alerta, entre 700 y 400 kilómetros de distancia de las costas, y de
alarma, a menos de 400 kilómetros o 36 horas de impacto.
Se atienden “los
ciclones para disminuir el tiempo medio de interrupción de energía eléctrica
por usuario ante la presencia de esos fenómenos naturales”, refrendó. Además, se
deben controlar los niveles de presas en las centrales hidroeléctricas. Si se
registra un exceso de lluvia hay que sacarla y evitar que se desborde sobre la
central, entre otros aspectos.
El huracán Isidore (2002),
categoría 3, al llegar la Península de Yucatán, con lluvias de 430 milímetros
(la más intensa en el DF es de 90 en 24 horas) causó destrozos como cinco mil
500 postes, derribados por vientos y reblandecimiento del terreno.
Al ahondar en los
daños ocasionados al sector eléctrico en la temporada 2003, señaló que Marty,
que impactó en Baja California Sur, deterioró, entre otras instalaciones, a una
termoeléctrica. Sus vientos máximos fueron de 160 kilómetros por hora y afectó
a 117 mil 868 usuarios.
Carlos dañó a
Oaxaca con vientos de 105 kilómetros por hora y ocasionó una lluvia máxima de
254 mm, aunque estuvo sólo 9 horas en tierra; Ignacio, que permaneció en tierra
30 horas, pegó también en Baja California Sur y provocó afectaciones a una
subestación de transmisión: derribó 47 postes, ladeó 25 y deterioró 36
transformadores, afectando a 55 mil usuarios. A ellos se sumaron Nora y Olaf
con daños menores.
En el Océano
Atlántico se presentaron tres ciclones tropicales: Claudette, Erika y Larry. El
primero tocó en la parte noreste de la península de Yucatán y norte de
Coahuila; el segundo en Tamaulipas, y el tercero en la parte central del Golfo,
aunque los daños a las instalaciones eléctricas fueron menores, finalizó.
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Los ciclones tropicales
ocasionaron daños superiores a los 44 millones pesos en el sector eléctrico
mexicano durante 2003, explicó en la UNAM Francisco Navarrete, del Centro
Meteorológico de la CFE.
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El año pasado se registraron cinco ciclones en el Océano Pacífico y tres en el Atlántico, los cuales tocaron territorio nacional, explicó en la UNAM Francisco Navarrete, del Centro Meteorológico de la CFE.