16:00 hrs. Septiembre 9 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-638

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

TÚNEL DE VIENTO DE LA UNAM, AYUDA A MEDIR LA RESISTENCIA DE EDIFICACIONES Y DISMINUYE LOS DAÑOS

 

·        También garantiza la seguridad de las personas y, en materia académica, fortalece la formación de recursos humanos

·        El responsable de este laboratorio, investigador emérito del II, Neftalí Rodríguez Cuevas, dijo que todas las grandes estructuras que no han sido probadas tienen que pasar por la prueba de este instrumento

·        Las pérdidas económicas en el país ocasionadas por los ciclones son de alrededor de 10 mil 150 millones de pesos

 

Con una capacidad de reproducción de vientos de hasta 244 kilómetros por hora, el Laboratorio del Túnel de Viento del Instituto de Ingeniería (II) permite conocer los efectos que provocan en estructuras y construcciones de todo el país, con lo que la Universidad Nacional contribuye a medir la resistencia de las edificaciones, atenuar los daños económicos que ascienden a cerca de 10 mil 150 millones de pesos al año, garantizar la seguridad de las personas y, en materia académica, fortalecer la formación de recursos humanos.

 

El responsable de este laboratorio, investigador emérito del II, Neftalí Rodríguez Cuevas, precisó que al conocer el movimiento del viento y mejorar el conocimiento sobre el fenómeno de interacción viento–estructura, se logró su aplicación a proyectos y diseños de construcciones, lo que propició que sean más seguras y estén en buenas condiciones.

En conferencia de prensa, acompañado por sus colaboradores Jorge López González, Rafael Flores Vera y Raúl Maldonado y Alanís, Rodríguez Cuevas puntualizó que todas las grandes estructuras que no han sido probadas tienen que pasar por la prueba que realiza el Túnel de Viento –siendo el de la UNAM el más grande en América Latina–, a fin de conocer su resistencia ante la presencia de huracanes.

 

La intención, subrayó, es garantizar que los reglamentos respectivos sean satisfechos, que se tenga información confiable para revisar las construcciones y estructuras y formar recursos humanos.

 

En el ámbito nacional, informó, de acuerdo con cifras oficiales las pérdidas por  los daños ocasionados por los ciclones ascienden a más de 10 mil 150 millones de pesos anuales.

 

A pesar de que parte de los proyectos que se realizan en la república se apegan a la reglamentación correspondiente, dio a conocer que el 70 por ciento de las casas habitación de todo el país no fueron diseñadas por ingenieros y, por tanto, son más vulnerables, siendo el destechamiento uno de los daños más comunes que se presentan.

 

Las más riesgosas son las viviendas construidas con palapa, techo de lámina y sin diseño ni conexiones adecuadas o que carecen de refuerzos.

 

Mientras, el 90 por ciento de los espectaculares colocados en el Distrito Federal no satisfacen las normas establecidas, lo que también los vuelve peligrosos. En tanto, menos del cinco por ciento de las construcciones son de gran tamaño y, por lo regular, cumplen la normatividad. Este perímetro esta dividido en cuatro zonas, pero las de mayor susceptibilidad a ráfagas son la sur y suroccidente.

 

El investigador de la Coordinación de Estructuras y Materiales resaltó que desde el inicio de las instalaciones del Túnel de Viento, en 1967, ingenieros, arquitectos y propietarios de algunas construcciones recurren a la UNAM para realizar pruebas de estructuras sensibles a la acción del viento.

 

Entre ellas se encuentran el Palacio de los Deportes, la Alberca Olímpica, la iglesia del Parque España, torres de transmisión de microondas y atirantadas, el puente atirantado sobre el río Papagayo, estaciones elevadas del Metro, el hotel Melía en Cancún y el centro de convenciones en el Hipódromo de las Américas.

 

En este último caso, abundó, la Administradora Mexicana del Hipódromo solicitó al II el análisis del comportamiento de un gran ventanal –90 metros de largo por 30 de alto– ante la fuerza del viento. Con este ventanal se pretende que desde el centro de convenciones se tenga un amplio panorama de la pista para observar el desarrollo de las carreras de caballos.

 

El investigador emérito explicó que los vientos de mayor intensidad en México son los producidos durante los ciclones y tormentas severas, cuya temporada inicia en mayo para el Océano Pacífico y en junio para el Atlántico, aunque el mes más activo es septiembre. En los últimos 20 años, dijo, han afectado todas las costas nacionales.

 

Las penínsulas de los países son las que más sufren por la acción de los ciclones, precisó. En el caso de México hay tres: la de La Paz, Baja California, la de Cancún, Quintana Roo, y la de Manzanillo.

 

En este año se han presentado dos huracanes en zonas como la Florida, porque estamos en un año solar, con el aumento de las masas incandescentes de Sol. Son ciclos de once años y se registran vientos intensos y mayor energía del astro.

 

Al actuar sobre construcciones, señaló, el viento genera presiones y succiones importantes, con daños importantes en las edificaciones y los cuales se pueden definir en los túneles de vientos.

 

Entre las afectaciones más comunes destacan las que se presentan en las techumbres, en fachadas con desprendimiento de proyectiles, en tanques con gran diámetro, rotura de ventanales de vidrio, impacto de proyectiles contra construcciones, anuncios, caída de espectaculares, inestabilidad de estructuras metálicas ligeras, en torres de transmisión y antenas, puentes de gran claro y edificios de importante estructura.

Además, se producen daños en instalaciones, carreteras, muelles y edificaciones a la orilla del mar.

 

El vendaval, agregó, produce diversas acciones sobre los obstáculos: media de aire, turbulenta, generación de vórtices y vibración acoplada de las masas de aire con las estructuras sobre las cuales actúa y son las que más daños les provocan.

 

Luego, Neftalí Rodríguez detalló que el Túnel de Viento proporciona información representativa de los efectos del aire durante condiciones específicas y permite realizar predicciones estadísticas del comportamiento de la estructura a escala natural.

 

Este instrumento tiene la capacidad de realizar diversas pruebas: de modelos sobre topografías a pequeña escala para conocer las características del flujo de aire; de evaluación de velocidades a nivel de suelo, en esquemas escalados de edificios, a fin de conocer el posible impacto sobre peatones en la zona, y de modelos rígidos, conformados con sistemas de medición para definir la distribución de presiones inducidas por el viento.

 

Asimismo, se pueden realizar pruebas de modelos montados sobre bases semirígidas para estudios de interacción dinámica de gran tamaño; aeroelásticas de esquemas escalados de edificios o estructuras; espaciales para observar los efectos circulatorios que producen vientos y de compresión y captación del aire para producir energía.

 

Al hacer una demostración del funcionamiento del Túnel de Viento para conocer la resistencia de vidrios diseñados con una película especial que soporta el choque de pájaros y de partículas, se comprobó que esa fachada cumple la normatividad establecida  al ser totalmente impermeable y evitar el paso del agua. El motor utilizado es de 75 caballos de fuerza, montado sobre un eje que permite saber cuál es la velocidad producida y se le dio una velocidad de 108 kilómetros por hora, aunque puede llegar a 224 kilómetros por hora.

 

 

 

Se registraron vientos de flujo laminar no tuburlentos, acciones medidas por medio de ecuaciones y se controló la distribución de la presión a través de su conexión en computadora. Recalcó que no hay en el mundo otro registro de este tipo.

 

 Esta prueba, indicó, es para vidrios que se utilizarán en un edificio de 30 niveles que se ubica en el Periférico, catalogado como tipo A, es decir, con durabilidad de 100 años. El II también tiene propuestas de proyectos de una construcción que se creará en la Fuente de la Diana Cazadora y otras cinco más como el estudio de la línea de transmisión de alta tensión bajo el viento, de Luz y Fuerza del

 

El Túnel de Viento, informó, tiene circuito cerrado, 15 metros de dimensión, la sección de prueba mide 1.20 metros de alto y 1.80 centímetros de ancho. Todos los experimentos se realizan en pruebas de modelos a escala.

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

Neftalí Rodríguez Cuevas, investigador emérito del Instituto de Ingeniería de la UNAM,  explicó el funcionamiento del Túnel de Viento, el cual permite conocer los efectos de los vendavales en estructuras y construcciones.

 

 

FOTO 02

El Túnel de Viento de la UNAM, contribuye a medir la resistencia de edificaciones, atenuar los daños económicos, garantizar la seguridad  de las personas y fortalecer la formación de recursos humanos, indicó el responsable de este laboratorio, Neftalí Rodríguez Cuevas.