06:00 hrs. Septiembre 7 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-632

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

TIENE MÉXICO CLARIDAD EN SU IDENTIDAD NACIONAL

 

·        Natividad Gutiérrez Chong, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, dijo que ello es resultado del esfuerzo institucional

·        La educación estandarizada, los libros de texto gratuitos y la permanencia del magisterio, en especial del femenino, permiten que la población tenga semejanza en sus referentes

 

México es el país de América Latina que tiene mayor claridad de su identidad nacional, resultado del esfuerzo institucional, afirmó la académica del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Natividad Gutiérrez Chong, al subrayar que la educación estandarizada y unificada, los libros de texto gratuitos y la permanencia del magisterio, sobre todo femenino, permiten que en este sentido la población tenga semejanza en sus referentes.

 

La capacidad de los mexicanos de verse a sí mismos y reconocer al otro con igual identidad, precisó, es parte del mosaico social, pues los más de 100 millones de personas que conforman la nación viven en el anonimato al no conocerse entre ellos.

 

A ello se suma, resaltó, la existencia y continuidad de tradiciones, la inculcación cívica basada en los mismos héroes y símbolos, así como el sentido de lealtad a la patria y la soberanía, informaciones que configuran la autenticidad.

 

 

La socióloga, especialista en nacionalismos, abundó que el sustento principal de esas informaciones ha sido promovido por la escuela, en particular del nivel básico, mediante las profesoras, libros de texto gratuito y rituales cívicos: las festividades con la recreación del calendario académico y las celebraciones de los actos heroicos.

 

No es sólo la percepción de lo mexicano, pues este factor es elástico y sujeto a variaciones e interpretaciones, argumentó. Pero hay un conjunto de referentes, conocidos como arquetipos, que marcan la identidad.

 

La autora de “Mujeres y nacionalismos en América Latina”, ejemplificó con el caso de los inmigrantes en Estados Unidos, cuya pertenencia se mantiene porque permanecen los símbolos de lo mexicano.

 

La investigadora del IIS puntualizó que uno de sus papeles fundamentales, aunque no el único, es como maestras en el desarrollo del nacionalismo, dado que son quienes enseñan la educación cívica en las escuelas.

 

Otros aspectos destacados, detalló, han sido sus contribuciones en las luchas de Independencia; en la necesidad de defender lo que sienten es parte de su colectividad como el territorio y su participación para construir, reinventar o refabricar sus culturas e identidades.

 

Especificó como un elemento más el escenario político, en el que empiezan a obtener lugares no sólo de representatividad, sino también en la toma de decisiones.

 

Gutiérrez Chong se refirió a sus investigaciones y dijo que casi no se sabe hasta qué punto la nación y las mujeres se encuentran y se desencuentran.

 

Por lo general, explicó, se piensa que el nacionalismo es un asunto de hombres, porque está relacionado con la formación y la transformación, el desarrollo político del Estado, ámbitos públicos donde el sexo femenino ha estado ausente o ha tenido poca participación.

 

 

Por otra parte, agregó, está asociada con la nación. De ahí que la socióloga identificó tres tipos de conceptos: el de las gestas independentistas. Es decir, dejar la época colonial y aspirar al derecho de autodeterminación y crear un Estado propio.

 

Aquí, precisó, se identifican como las heroínas y se resalta su intervención en las diferentes luchas, pero casi no se conocía su pensamiento ni ideas de patria reproducidas o creadas intelectualmente por ellas, pues el gobierno era un ámbito público preferentemente masculino.

 

Los nacionalismos, externó, están relacionados con el alfabetismo. El número de mujeres que sabían leer y escribir era reducido, ni siquiera las de elite, o lo hacían sin una circulación de ideas importantes. Por ese motivo, su papel fue marginado y su pensamiento político fue limitado.

 

El segundo concepto, dijo, ocurre desde fines del siglo XIX, con una importante labor del Estado después de 1920. Esto es, se crea a la nación por medio de la educación pública y de las comunicaciones para conformar una comunidad homogénea en cultura y lengua.

 

En este rubro, para construir al país se requirió de una fuerza importante que fueron las profesoras de educación primaria. El esfuerzo institucional por llevar a cabo una formación estandarizada fue un trabajo realizado por las maestras, quienes reproducen el nacionalismo oficial con los libros de texto gratuito y los rituales cívicos. Desde 1960 es unificada, lo cual es un avance importante si se compara con otras naciones.

 

El tercer tipo, que todavía atestiguamos, es el referente a la capacidad contestataria de grupos como indígenas y migrantes, que revierten y cuestionan el patriotismo basado en la homogeneidad. Esto se entiende como la construcción de la nación multicultural y de los reconocimientos por las identidades diferenciadas.

 

En este campo, se recuperan ideas, pensamientos intelectuales reflejados en las diferentes formas de expresión sobre la forma en que las mujeres piensan sobre la nación.

En la actualidad, sostuvo, las indígenas trabajan de una manera más valiente en la defensa de sus saberes y derechos, porque han estado excluidas del proceso de construcción nacional, lo que inaugura una nueva época y horizonte de cómo la restitución de los pueblos y la cultura se nutrirán con contenidos intelectuales y creadores del sexo femenino.

 

En el proceso construcción del país, a partir de los años 20, además de las maestras colaboraron las enfermeras y telegrafistas. Hoy, lo hacen ambos sexos.

 

Sin embargo, consideró que todavía hay un “largo camino por recorrer”, porque se requiere edificar las bases para que haya una mayor redistribución financiera y una revaloración cultural. Ambos elementos relevantes para lograr la equidad.

 

Dio como ejemplo el sector femenil indígena, considerado el más pobre. Explicó que sin una redistribución del ingreso este problema estructural y cíclico no tendrá un aliciente ni forma de solución.

 

Natividad Gutiérrez expuso que también  es importante dar un mayor impulso a la revaloración cultural del sexo femenino, debido a que en México todavía están vistas como madres, sufridas e incapaces –hasta cierto punto– de tomar decisiones. Además, hay temor por la falta del cambio en este sentido, porque existen otras posibilidades en las que su participación es de trascendencia.

 

Para lograr esta transformación se requiere una estructura adecuada y organización del Estado. Los distintos sectores de la sociedad civil pueden contribuir a esta dignificación o revaloración por medio de la educación y de abrir oportunidades en la estructura laboral.

 

Asimismo, relacionó el cambio con un examen profundo de cómo se ve a México sin la colaboración creativa de las mujeres en su desarrollo. Reflexionó que se estaría al margen de avances importantes si el sexo femenino no lograra las oportunidades para participar en forma conjunta. Hay prejuicios y falta de cultura política para reconocer su valor, recalcó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01

 

Natividad Gutiérrez Chong, del IIS de la UNAM, destacó que las maestras han inculcado el nacionalismo en México, pues son ellas quienes enseñan la educación cívica en las escuelas.

 

 

FOTO 02

 

Casi no se conoce el pensamiento político ni social de las mujeres, por ser el Estado un ámbito preferentemente masculino, reveló la investigadora de la UNAM Natividad Gutiérrez Chong.