Boletín UNAM-DGCS-629
Ciudad Universitaria
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final del boletín
CUATRO NUEVAS ESPECIES, UN ANFIBIO Y TRES PLANTAS, DESCUBIERTAS POR CIENTÍFICOS DE LA UNAM
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Los hallazgos fueron hechos en Guerrero, donde se pretende construir la
hidroeléctrica La Parota
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Para evitar su extinción los investigadores universitarios promueven la
creación de una reserva en la zona
Científicos de la UNAM descubrieron
cuatro nuevas especies aún sin clasificar, un anfibio y tres plantas, en
Guerrero –al oeste del Puerto de Acapulco–, en el sitio donde se pretende
construir la hidroeléctrica La Parota. Por ello, promueven que se proteja esa
parte de la selva para mantener a todos los organismos vivos y evitar su
extinción.
Se trata, precisaron, de una rana
que en un primer momento se le llamó “papagayo”, por su apariencia física, pero
que todavía no ha sido descrita ni denominada en forma oficial.
De la flora, detallaron, se encontró
un arbusto urticante sin descripción, conocido en términos coloquiales como
“Mala mujer” –porque al tocarlo produce erupciones cutáneas–, con dos especies
de árbol que están en proceso de diagnóstico para determinar si son diferentes.
También se localizó un cacto de gran tamaño, del llamado columnar, y una
bromelia. Ambas, exclusivas de ese sitio.
El jefe del Laboratorio de Ecología
y Conservación de Fauna Silvestre del Instituto de Ecología (IE), Gerardo
Cevallos González, dio a conocer que también se observaron más de 20 variedades
de plantas y animales que no se conocían en Guerrero o en la costa del Pacífico,
pero existentes en otras regiones de México u otros países.
Entre las especies de fauna que sólo
se encuentran y son exclusivas en esa zona –en las selvas secas de México–, hay
un pequeño zorrillo llamado “pigmeo”, varios ejemplares de roedores, tres
distintas lagartijas abanico: Anolis Gadovii, Anolis Dunni y Anolis Taylori.
El especialista en ecología y
conservación de mamíferos resaltó que no es sorprendente ubicar estas nuevas
cepas en México, porque en el ámbito mundial es uno de los tres países más
ricos en fauna y flora, junto con Brasil e Indonesia.
El hecho de que no haya muchos
estudios de esta naturaleza, subrayó, propicia que cuando se exploran regiones
inaccesibles se localicen nuevos ejemplares. En este caso, es un área bien
estudiada por lo que resultan relevante los nuevos hallazgos.
Debido a que los descubrimientos son
recientes y no rebasan los 12 meses, informó, no han sido descritos. Todavía
están en estudio para ser formalizados, lo cual se realiza mediante la
publicación de su existencia en una revista científica, donde se le asigna
nombre compuesto por un binomio en latín.
El universitario argumentó que los
investigadores del IE y de la Facultad de Ciencias (FC) determinaron que de no
construirse la presa y con la dinámica actual de las tasas de desforestación la
vegetación natural en ese punto se acabará en 25 años, pero esta actividad se
puede incrementar por el aumento de la población.
En caso de que se edifique la
hidroeléctrica, abundó, un área grande de selva puede destinarse a crear una
reserva, donde los residentes locales reciban beneficios de su patrimonio.
Dio como ejemplo la selva de
Campeche, la más extensa del territorio nacional. Ahí, se logró cuidar más de
80 mil hectáreas, donde los dueños de la tierra generan recursos para
conservarla a través de un fideicomiso.
Universitarios que estudiaron esa región participaron en esta labor de
cuidado.
El financiamiento, dijo, debe
provenir de la Federación, porque la construcción de la presa es un proyecto
del gobierno. En otras circunstancias obtienen recursos de diferentes fuentes
como organizaciones nacionales e internacionales de conservación y donativos.
Cevallos González manifestó que se
pretende que en la selva guerrerense también se apliquen medidas similares.
Esta nueva forma de resguardo busca beneficios locales, los cuales también
provienen del ámbito regional y nacional.
El cuidado de plantas y animales es
fundamental, sostuvo, no sólo por ser herencia biológica, sino porque son base
para mantener servicios ambientales, es decir, todas las ventajas que se
adquieren gratis de la naturaleza como aire puro, agua limpia y fertilidad de
los suelos, entre otros.
Perder esas especies, advirtió,
tendrá consecuencias directas para el ser humano: filosóficas, éticas y
económicas, porque se socava la capacidad de mantener productividad y
microclima, combatir enfermedades e inundaciones.
En cambio, los beneficios son
mantener la temperatura, el patrón de lluvias; se mitigan deslaves y desbordamientos; y los pobladores
originarios, quienes obtienen más de cien productos generados en ese lugar,
como alimentos, medicina, follaje y madera, colaboran en su mantenimiento.
Luego, el investigador del IE
explicó que el Programa Universitario del Medio Ambiente realizó un estudio
para evaluar el impacto ambiental de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), con el propósito de analizar los
efectos derivados del proyecto de generación energética en la zona de La
Parota.
Estudiaron la diversidad biológica,
las especies de fauna y flora. Encontraron que en esta región –con fuertes
condiciones de perturbación al ser destruido el hábitat en gran parte–, hay
varias familias de mamíferos y vegetales que en todo el mundo sólo se admiran
en esa pequeña zona.
Pero, consideró de mayor importancia
que sólo tres variedades de plantas y un tipo de rana son nuevas para la
ciencia, porque nunca antes se habían registrado científicamente ni
diagnosticado como diferentes a otros.
Ellas, expresó, se encuentran en
lugares aledaños a la posible construcción y, por lo tanto, se puede aminorar
el impacto con la protección de esa región.
Consideró fundamental que en el
siglo XXI todavía se encuentren novedades, lo que indica el enorme
desconocimiento del medio ambiente, base de la calidad de la vida.
Además, puntualizó, el hecho de que
un grupo de investigadores de la UNAM haga este tipo de hallazgos demuestra
cómo la sociedad, cuyo esfuerzo para mantener a la institución es relevante,
tiene resultados tangibles directos y sólidos.
Gracias a la oportuna investigación,
recalcó, se pueden identificar estos organismos que, de lo contrario, podrían
perecer sin siquiera estar catalogados.
Se trata, hizo hincapié, de un
argumento para elevar la discusión sobre la importancia de la investigación básica
en México, porque los descubrimientos tienen implicaciones para el bienestar
social.
En estas indagaciones realizadas en
la Parota participaron los coordinadores de los diferentes grupos: Jesús
Pacheco, del IE; Georgina Santos y Lucio Lozada, de la FC, así como Joaquín
Arroyo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
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FOTO 01
Gerardo Cevallos González, del
Instituto de Ecología de la UNAM, habló sobre el hallazgo de cuatro nuevas
especies –una rana y tres plantas– en la selva del estado de Guerrero.
FOTO 02
Un anfibio y tres plantas aún sin clasificar fueron las cuatro nuevas especies descubiertas por científicos de la UNAM en la selva del estado de Guerrero.