06:00 hrs. Septiembre 6 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-629

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

CUATRO NUEVAS ESPECIES, UN ANFIBIO Y TRES PLANTAS, DESCUBIERTAS POR CIENTÍFICOS DE LA UNAM

 

·        Los hallazgos fueron hechos en Guerrero, donde se pretende construir la hidroeléctrica La Parota

·        Para evitar su extinción los investigadores universitarios promueven la creación de una reserva en la zona

 

Científicos de la UNAM descubrieron cuatro nuevas especies aún sin clasificar, un anfibio y tres plantas, en Guerrero –al oeste del Puerto de Acapulco–, en el sitio donde se pretende construir la hidroeléctrica La Parota. Por ello, promueven que se proteja esa parte de la selva para mantener a todos los organismos vivos y evitar su extinción.

 

Se trata, precisaron, de una rana que en un primer momento se le llamó “papagayo”, por su apariencia física, pero que todavía no ha sido descrita ni denominada en forma oficial.

 

De la flora, detallaron, se encontró un arbusto urticante sin descripción, conocido en términos coloquiales como “Mala mujer” –porque al tocarlo produce erupciones cutáneas–, con dos especies de árbol que están en proceso de diagnóstico para determinar si son diferentes. También se localizó un cacto de gran tamaño, del llamado columnar, y una bromelia. Ambas, exclusivas de ese sitio.

 

El jefe del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre del Instituto de Ecología (IE), Gerardo Cevallos González, dio a conocer que también se observaron más de 20 variedades de plantas y animales que no se conocían en Guerrero o en la costa del Pacífico, pero existentes en otras regiones de México u otros países.

 

Entre las especies de fauna que sólo se encuentran y son exclusivas en esa zona –en las selvas secas de México–, hay un pequeño zorrillo llamado “pigmeo”, varios ejemplares de roedores, tres distintas lagartijas abanico: Anolis Gadovii, Anolis Dunni y Anolis Taylori.

 

El especialista en ecología y conservación de mamíferos resaltó que no es sorprendente ubicar estas nuevas cepas en México, porque en el ámbito mundial es uno de los tres países más ricos en fauna y flora, junto con Brasil e Indonesia.

 

El hecho de que no haya muchos estudios de esta naturaleza, subrayó, propicia que cuando se exploran regiones inaccesibles se localicen nuevos ejemplares. En este caso, es un área bien estudiada por lo que resultan relevante los nuevos hallazgos.

 

Debido a que los descubrimientos son recientes y no rebasan los 12 meses, informó, no han sido descritos. Todavía están en estudio para ser formalizados, lo cual se realiza mediante la publicación de su existencia en una revista científica, donde se le asigna nombre compuesto por un binomio en latín.

 

El universitario argumentó que los investigadores del IE y de la Facultad de Ciencias (FC) determinaron que de no construirse la presa y con la dinámica actual de las tasas de desforestación la vegetación natural en ese punto se acabará en 25 años, pero esta actividad se puede incrementar por el aumento de la población.

 

En caso de que se edifique la hidroeléctrica, abundó, un área grande de selva puede destinarse a crear una reserva, donde los residentes locales reciban beneficios de su patrimonio. 

 

Dio como ejemplo la selva de Campeche, la más extensa del territorio nacional. Ahí, se logró cuidar más de 80 mil hectáreas, donde los dueños de la tierra generan recursos para conservarla a través de un fideicomiso.  Universitarios que estudiaron esa región participaron en esta labor de cuidado.

 

El financiamiento, dijo, debe provenir de la Federación, porque la construcción de la presa es un proyecto del gobierno. En otras circunstancias obtienen recursos de diferentes fuentes como organizaciones nacionales e internacionales de conservación y donativos.

 

Cevallos González manifestó que se pretende que en la selva guerrerense también se apliquen medidas similares. Esta nueva forma de resguardo busca beneficios locales, los cuales también provienen del ámbito regional y nacional.

 

El cuidado de plantas y animales es fundamental, sostuvo, no sólo por ser herencia biológica, sino porque son base para mantener servicios ambientales, es decir, todas las ventajas que se adquieren gratis de la naturaleza como aire puro, agua limpia y fertilidad de los suelos, entre otros.

 

Perder esas especies, advirtió, tendrá consecuencias directas para el ser humano: filosóficas, éticas y económicas, porque se socava la capacidad de mantener productividad y microclima, combatir enfermedades e inundaciones.

 

En cambio, los beneficios son mantener la temperatura, el patrón de lluvias; se mitigan deslaves y  desbordamientos; y los pobladores originarios, quienes obtienen más de cien productos generados en ese lugar, como alimentos, medicina, follaje y madera, colaboran en su mantenimiento.

 

Luego, el investigador del IE explicó que el Programa Universitario del Medio Ambiente realizó un estudio para evaluar el  impacto ambiental de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con el propósito de analizar los efectos derivados del proyecto de generación energética en la zona de La Parota.

 

Estudiaron la diversidad biológica, las especies de fauna y flora. Encontraron que en esta región –con fuertes condiciones de perturbación al ser destruido el hábitat en gran parte–, hay varias familias de mamíferos y vegetales que en todo el mundo sólo se admiran en esa pequeña zona.

 

Pero, consideró de mayor importancia que sólo tres variedades de plantas y un tipo de rana son nuevas para la ciencia, porque nunca antes se habían registrado científicamente ni diagnosticado como diferentes a otros.

 

Ellas, expresó, se encuentran en lugares aledaños a la posible construcción y, por lo tanto, se puede aminorar el impacto con la protección de esa región.

 

Consideró fundamental que en el siglo XXI todavía se encuentren novedades, lo que indica el enorme desconocimiento del medio ambiente, base de la calidad de la vida.

 

Además, puntualizó, el hecho de que un grupo de investigadores de la UNAM haga este tipo de hallazgos demuestra cómo la sociedad, cuyo esfuerzo para mantener a la institución es relevante, tiene resultados tangibles directos y sólidos.

 

Gracias a la oportuna investigación, recalcó, se pueden identificar estos organismos que, de lo contrario, podrían perecer sin siquiera estar catalogados.

 

Se trata, hizo hincapié, de un argumento para elevar la discusión sobre la importancia de la investigación básica en México, porque los descubrimientos tienen implicaciones para el bienestar social.

 

En estas indagaciones realizadas en la Parota participaron los coordinadores de los diferentes grupos: Jesús Pacheco, del IE; Georgina Santos y Lucio Lozada, de la FC, así como Joaquín Arroyo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

 

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FOTO  01

Gerardo Cevallos González, del Instituto de Ecología de la UNAM, habló sobre el hallazgo de cuatro nuevas especies –una rana y tres plantas– en la selva del estado de Guerrero.

 

FOTO 02

Un anfibio y tres plantas aún sin clasificar fueron las cuatro nuevas especies descubiertas por científicos de la UNAM en la selva del estado de Guerrero.