11:30 hrs. Septiembre 2 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-621

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

MODIFICÓ MÉXICO SU PROYECTO DIPLOMÁTICO PARA AMÉRICA LATINA

 

·        Ignacio Sosa señaló que la línea tradicional de sus relaciones internacionales cambió

·        Para Alberto Betancourt Cuba encarna, en buena medida, la dignidad de la zona

·        Cada medio tiene sus propias “ocho columnas” a partir de las revelaciones, trascendidos o filtraciones que consigue para cumplir con su tarea “despolitizadora” del país: Virgilio Caballero

 

México modificó su política exterior al adoptar un nuevo enfoque respecto de los lazos que deben existir con Cuba, y con ello, cambió el proyecto diplomático que nuestro país tenía  para América Latina, coincidieron especialistas.

 

En la mesa redonda “México–Cuba–Estados Unidos: lo que está en juego”, organizada por el seminario Imaginación, globalización e identidad del Colegio de Historia y el de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM, el profesor Ignacio Sosa señaló que hoy día la línea tradicional de las relaciones internacionales varió de forma paulatina.

 

Precisó que en la actual administración se introdujo un aspecto comercial. Sin embargo, entre México y la isla las transacciones económicas no han mejorado, pero destacan por su valor simbólico las de carácter cultural.

En Cuba se vio  la crisis de dos modos de producción: el capitalista y socialista. Hoy sufre un acoso terrible y percibe que cometió un error histórico, porque de la dependencia norteamericana antes de 1959, pasó a la soviética en 1964, explicó.

 

Refirió que ahora se propuso no volver a quedar a merced de una sola potencia. Así, de 1991 a 2001 reorganizó su mercado mundial y en la actualidad sus principales compradores y vendedores son Rusia, España y Canadá.

 

En tanto, dijo, a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio en México se produjo una inflexión en el campo de los vínculos diplomáticos. “Para los latinoamericanistas quedó claro que, a partir de 1994, el modelo de desarrollo que antes ponderaba como estratégico la región de América Latina se abandona y se vivió un intenso proceso de integración con EU y Canadá”.

 

Las relaciones exteriores de nuestro país sufrieron un cambio de énfasis: de la no intervención y de la libre determinación de los pueblos se pasó al tema de la defensa y promoción de la democracia y los derechos humanos, dijo.

 

El gobierno mexicano en los noventa, igual que Cuba en la actualidad, estaba sometido a críticas en ambos temas. Entonces sostenía que esos valores no son universales, sino que se debe hacer referencia a procesos históricos concretos.

 

Para Alberto Betancourt, también docente de esa dependencia, el país caribeño encarna, en buena medida, la dignidad de la región, y el actual conflicto se enmarca “en la intensa disputa por definir cómo será el continente americano en el futuro inmediato”, refirió.

 

Aseguró que en la globalización, ningún país o comunidad puede renunciar a su obligación de decidir cómo quiere que sea el mundo, qué quiere cambiar o conservar, cuáles elementos de su identidad desea preservar o transformar, con quién y cómo desea integrarse. En este sentido, México y EU tienen diferentes proyectos.

 

La presencia de Cuba, expuso, es una muestra de pluralidad respecto de los modos de desarrollo económico y social de las sociedades latinoamericanas. Por eso, un ataque contra la isla y la extinción del modelo que practica implica la reducción de esa diversidad.

Durante los capítulos más recientes de la crisis de relaciones entre los gobiernos mexicano y cubano, sostuvo, se registró una especie de referéndum que probó la actitud de los medios de comunicación y su independencia respecto del gobierno: “En buena parte de ellos se justificó la situación sin análisis, sin mostrar una opinión independiente y sin advertir la gravedad de lo que estaba en juego. Muchos renunciaron a su papel histórico de críticos”, expresó.

 

Al respecto, el periodista Virgilio Caballero dijo que en México los medios no propician ningún tipo de reflexión: “Sólo dan consignas, aunque se disfracen de pluralidad y democracia. Critican la unilateralidad y la visión única de los cubanos, aunque aquí la única diversidad que encontramos es cuando cada medio maneja su propio escándalo”.

 

Agregó que cada medio tiene sus propias “ocho columnas” a partir de las revelaciones, trascendidos o filtraciones que consigue para cumplir con su tarea “despolitizadora” del país.

 

Ellos son operadores del poder político. Representan una forma de expresarlo, hacerlo sentir y ejercerlo. No sólo eso: se presentan como libertadores de la palabra y conciencia crítica de la nación, aparecen como promotores de la democracia.

 

Respecto de las políticas adoptadas hace falta la comprensión de lo que ocurre, informarse, reflexionar y, en especial, organizar la conciencia colectiva para enfrentar nuevos riesgos. “Nuestros padres nos entregaron una nación con instituciones fuertes, grandes, sólidas; nosotros dejaremos a nuestros hijos un país de miserables, de 70 millones de empobrecidos, y sin soberanía”, concluyó.

 

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FOTO 01

Ignacio Sosa, profesor de la FFyL de la UNAM, señaló que hoy día la línea tradicional de las relaciones internacionales de México varió de forma paulatina para introducir aspectos comerciales.

 

FOTO 02

El profesor  universitario Alberto Betancourt dijo en la FFyL de la UNAM que Cuba encarna, en buena medida, la dignidad regional; es una muestra de pluralidad de modos de desarrollo económico y social.

 

FOTO 03

Hace falta comprender lo que ocurre, informarse, reflexionar y organizar la conciencia colectiva para enfrentar nuevos riesgos, indicó el periodista Virgilio Caballero.