13:30 hrs. Agosto 24 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-598

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

TRASCENDIÓ TIEMPO Y ESPACIO LA ESCRITURA DE ROSARIO CASTELLANOS Y GLORIA ANZALDÚA

 

 

·        Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG, dijo que también es un acto de lo que representa ser mujer y serlo en la frontera

·        Señaló que ambas no están del todo en una disciplina, tarea, territorio, género ni ideología

·        Las dos han sido puentes de las diferencias raciales, étnicas, de clase y género, acusadas de traicionar su cultura femenina

 

La escritura tanto de Rosario Castellanos como de Gloria Anzaldúa, debe celebrarse porque trascendió el tiempo y las modas, pero también porque se convirtió en un acto político de subversión, de resignificación de lo que representa ser mujer y serlo en la frontera, afirmó Marisa Belausteguigoitia, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG).

 

Dijo que ambas escritoras han incursionado en todos los géneros: la narrativa, poesía, ensayo y teatro; lo han hecho desde un lugar especial: el margen, la periferia. Hoy son conocidas y respetadas; sin embargo, es importante difundir el trabajo sobre todo de Gloria Anzaldúa en México, pues es prácticamente desconocido, como muchas de las experiencias de los emigrantes.

 

Al inaugurar el foro académico Borderlands/Las fronteras, señaló que ambas no están del todo en una disciplina, tarea, territorio, género ni ideología. Rosario Castellanos escribe desde el sur (Chiapas), Gloria Anzaldúa desde el norte (Texas). Las dos lo hacen desde las fronteras de lo aceptable y lo enunciable, y producen saberes laterales.

 

“Ambas escriben de las rajadas, de las fracturas de nuestra nación, las divisiones y duelos entre clases, entre etnias y sexos. Uno de sus temas principales es el que habla de la periferia, del excluido, de los imposibles nacionales, los indígenas, las mujeres pobres y los migrantes”, puntualizó.

 

En el auditorio “Mario de la Cueva”, Marisa Belausteguigoitia resaltó que las dos han sido puentes de las diferencias raciales, étnicas, de clase y género. Ambas han sido traductoras y acusadas de traicionar su cultura femenina, la patriarcal, los valores hegemónicos y familiares”.

 

Además, añadió, las diferencias son igualmente ilustrativas. Una es “güera”, la otra morena; una es de clase media intelectual acomodada (Castellanos), la otra de clase baja, “espalda mojada”, migrante y deslenguada (Anzaldúa). Una escribe en español y la otra en “spanglish”.

 

Una usa la lengua, la otra la espalda como puente entre mundos, entre países y sexos. Lo que las une o las puede hacer objeto de alguna comparación es su escritura desde los límites de la nación, su lateralidad, su ser descolocado, su sentido excéntrico vertido en una obra que se desborda al visibilizar en cuerpo y lengua los excesos nacionales, asimilables, expulsables, migrantes, indígenas y como mujeres.

 

La directora del PUEG refirió que estas dos escritoras nos ayudan a entendernos como mexicanos en transición, al comprender estos escenarios fronterizos sumamente dolorosos tan radicales en su injusticia y exclusión.

 

Rosario Castellanos dedica parte importante de su obra a la visibilización de la frontera sur, de las vidas de las y los indígenas, en particular de las primeras, y las formas en que éstas se relacionan con todos los sistemas: el patriarcado, el capital, modernidad, tradición, el de su costumbre, violencia, el familiar y escolar, despliega el papel y la vida de las mujeres de clase media.

 

Además forma una genealogía femenina en contacto, en refriega, con todos los sistemas que las excluyen y les menguan la confianza, alegría y voluntad. Busca que la mujer sea sujeto del respeto, diálogo, intercambio de discursos y palabras, no sólo del comercio de sus cuerpos.

 

Aseveró que Gloria Anzaldúa, morena, jornalera, escritora y auto proclamada india, sexta generación de migrantes nacidos en Texas en 1942, escribe sobre la vida de los mexicanos, chicanos, mexicano-americanos, migrantes en Estados Unidos. Lo hace en la frontera, en los límites de la lengua, del corazón, de la promesa del “sueño americano”, la frontera como muro y alambre de púas, como pistolas de municiones y pimienta.

 

Escribe con el objeto de visibilizar todas las formas en que los migrantes, “espaldas mojadas”, se duelen de sí mismos, se compadecen, “se dejan la piel”, con la finalidad de “no dejar más la espalda”, pues de lo que se trata es de “empezar a sacar la lengua”.

 

Resaltó que el PUEG tiene especial interés en dar a conocer obras, textos, trabajos que desde la interdisciplina, desde los bordes de los saberes, articulan las experiencias y de todas estas personas que escriben, piensan y sienten desde la división cultural, concluyó.

 

 

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Foto 01

Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG, dijo que Rosario Castellanos y Gloria Anzaldúa, son escritoras conocidas y respetadas; sin embargo, es importante difundir su trabajo en México.

 

 

Foto 02

Al inaugurar el foro académico Borderlands/Las fronteras, Marisa Belausteguigoitia, refirió que Rosario Castellanos y Gloria Anzaldúa escriben de las fracturas de nuestra nación.