Boletín UNAM-DGCS-598
Ciudad Universitaria
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final del boletín
TRASCENDIÓ TIEMPO Y ESPACIO LA ESCRITURA DE ROSARIO CASTELLANOS Y GLORIA
ANZALDÚA
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Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG, dijo que también es un
acto de lo que representa ser mujer y serlo en la frontera
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Señaló que ambas no están del todo en una disciplina, tarea, territorio,
género ni ideología
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Las dos han sido puentes de las diferencias raciales, étnicas, de clase
y género, acusadas de traicionar su cultura femenina
La escritura tanto de Rosario Castellanos como
de Gloria Anzaldúa, debe celebrarse porque trascendió el tiempo y las modas,
pero también porque se convirtió en un acto político de subversión, de
resignificación de lo que representa ser mujer y serlo en la frontera, afirmó
Marisa Belausteguigoitia, directora del Programa Universitario de Estudios de
Género (PUEG).
Dijo que ambas escritoras han incursionado en
todos los géneros: la narrativa, poesía, ensayo y teatro; lo han hecho desde un
lugar especial: el margen, la periferia. Hoy son conocidas y respetadas; sin
embargo, es importante difundir el trabajo sobre todo de Gloria Anzaldúa en
México, pues es prácticamente desconocido, como muchas de las experiencias de
los emigrantes.
Al inaugurar el foro académico Borderlands/Las
fronteras, señaló que ambas no están del todo en una disciplina, tarea,
territorio, género ni ideología. Rosario Castellanos escribe desde el sur
(Chiapas), Gloria Anzaldúa desde el norte (Texas). Las dos lo hacen desde las
fronteras de lo aceptable y lo enunciable, y producen saberes laterales.
“Ambas escriben de las rajadas, de las
fracturas de nuestra nación, las divisiones y duelos entre clases, entre etnias
y sexos. Uno de sus temas principales es el que habla de la periferia, del
excluido, de los imposibles nacionales, los indígenas, las mujeres pobres y los
migrantes”, puntualizó.
En el auditorio “Mario de la Cueva”, Marisa
Belausteguigoitia resaltó que las dos han sido puentes de las diferencias
raciales, étnicas, de clase y género. Ambas han sido traductoras y acusadas de
traicionar su cultura femenina, la patriarcal, los valores hegemónicos y
familiares”.
Además, añadió, las diferencias son igualmente
ilustrativas. Una es “güera”, la otra morena; una es de clase media intelectual
acomodada (Castellanos), la otra de clase baja, “espalda mojada”, migrante y
deslenguada (Anzaldúa). Una escribe en español y la otra en “spanglish”.
Una usa la lengua, la otra la espalda como
puente entre mundos, entre países y sexos. Lo que las une o las puede hacer
objeto de alguna comparación es su escritura desde los límites de la nación, su
lateralidad, su ser descolocado, su sentido excéntrico vertido en una obra que
se desborda al visibilizar en cuerpo y lengua los excesos nacionales,
asimilables, expulsables, migrantes, indígenas y como mujeres.
La directora del PUEG refirió que estas dos
escritoras nos ayudan a entendernos como mexicanos en transición, al comprender
estos escenarios fronterizos sumamente dolorosos tan radicales en su injusticia
y exclusión.
Rosario Castellanos dedica parte importante de
su obra a la visibilización de la frontera sur, de las vidas de las y los
indígenas, en particular de las primeras, y las formas en que éstas se
relacionan con todos los sistemas: el patriarcado, el capital, modernidad,
tradición, el de su costumbre, violencia, el familiar y escolar, despliega el
papel y la vida de las mujeres de clase media.
Además forma una genealogía femenina en
contacto, en refriega, con todos los sistemas que las excluyen y les menguan la
confianza, alegría y voluntad. Busca que la mujer sea sujeto del respeto,
diálogo, intercambio de discursos y palabras, no sólo del comercio de sus
cuerpos.
Aseveró que Gloria Anzaldúa, morena, jornalera,
escritora y auto proclamada india, sexta generación de migrantes nacidos en
Texas en 1942, escribe sobre la vida de los mexicanos, chicanos,
mexicano-americanos, migrantes en Estados Unidos. Lo hace en la frontera, en
los límites de la lengua, del corazón, de la promesa del “sueño americano”, la
frontera como muro y alambre de púas, como pistolas de municiones y pimienta.
Escribe con el objeto de visibilizar todas las
formas en que los migrantes, “espaldas mojadas”, se duelen de sí mismos, se
compadecen, “se dejan la piel”, con la finalidad de “no dejar más la espalda”,
pues de lo que se trata es de “empezar a sacar la lengua”.
Resaltó que el PUEG tiene especial interés en
dar a conocer obras, textos, trabajos que desde la interdisciplina, desde los
bordes de los saberes, articulan las experiencias y de todas estas personas que
escriben, piensan y sienten desde la división cultural, concluyó.
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Foto 01
Marisa
Belausteguigoitia, directora del PUEG, dijo que Rosario Castellanos y Gloria
Anzaldúa, son escritoras conocidas y respetadas; sin embargo, es importante
difundir su trabajo en México.
Foto 02
Al inaugurar el
foro académico Borderlands/Las fronteras, Marisa Belausteguigoitia, refirió que
Rosario Castellanos y Gloria Anzaldúa escriben de las fracturas de nuestra
nación.