Boletín UNAM-DGCS-595
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final del boletín
COLABORAN A LA
VARIACIÓN CLIMÁTICA DEL PLANETA POLVO Y FRAGMENTOS SUSPENDIDOS EN EL AIRE
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Esto al formar “aerosoles urbanos”, explicó Amando Leyva Contreras, del
IGF
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Las partículas suspendidas provienen también del océano, las erupciones
volcánicas, la industria, los autos, el medio interplanetario e, incluso, de la
actividad sísmica
A pesar de que los principales contaminantes
del aire en la Ciudad de México son el tráfico vehicular y la industria,
también representan un fuerte peligro para la salud y el medio ambiente el polvo
y los fragmentos de basura que son levantados por el viento y pasan a formar
parte del “aerosol urbano”, afirmó Amando Leyva Contreras, del Observatorio de
Radiación Solar del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Los aerosoles urbanos, agregó, colaboran en la
variación climática del planeta, en la capacidad de la radiación solar de
alcanzar la superficie y, en consecuencia, de modificar el clima de ciertas
regiones.
Estos compuestos se forman del polvo y los
fragmentos de basura en las calles que se suman fácilmente a las principales
fuentes de la polución: la contaminación generada por los automóviles y la de
tipo industrial.
Durante la conferencia "El aerosol
atmosférico, nuestra segunda atmósfera", recordó que en esta dependencia
de la Universidad Nacional se lleva a cabo el estudio de las variaciones de la
concentración y la distribución de tamaños de estos elementos nocivos, que
varían entre 0.01 y 10 micras de radios, en diferentes ambientes geográficos,
como es el caso de un experimento realizado en la Antártida en 1993.
"Esto es de interés para quienes analizan
su papel en la atenuación de los flujos de radiación solar que llegan a la
superficie terrestre, y su repercusión en la salud, porque entre más pequeñas
pueden penetrar con mayor profundidad en las vías respiratorias",
advirtió.
Cuando se habla de la atmósfera, dijo
Leyva, se olvida que además del oxígeno y nitrógeno que la forman, hay
partículas que son arrastradas desde la superficie por el viento y otras que se
forman de los gases mismos, sobre todo en las ciudades donde hay gran cantidad
de tóxicos, como compuestos de azufre que, al reaccionar en un ambiente húmedo,
son capaces de generar agentes ácidos.
Los aerosoles se consideran soluciones con dos
fases: una sólida y otra "continua", de la mezcla gaseosa que forma
el aire. Ambas tienen dos orígenes principales: el medio interplanetario, desde
donde ingresa por las capas superiores, y el terrestre.
De la superficie de la Tierra no sólo se
levantan tolvaneras. En las costas, las olas rompen contra los escollos y así
depositan una gran cantidad de partículas de sal. O bien, mediante las
erupciones volcánicas, desde las entrañas de la Tierra salen elementos como las
cenizas, que también pasan a formar parte de la capa de aerosoles.
Otras son de origen antropogénico, como las
chimeneas fabriles de las industrias, los escapes de los automóviles y otras
actividades de riesgo.
En la última década se ha encontrado que se
generan en las zonas de actividad sísmica. Los movimientos telúricos son
capaces de ajustar y deformar la corteza terrestre y al hacerlo dejan escapar
gases, como el radón, y fragmentos de ella, algunos metálicos. Este último, en
las capas más densas de la atmósfera, logra formar un aerosol altamente
ionizado que modifica la estructura de su campo eléctrico e influye en la
distribución de su densidad.
Amando Leyva refirió que esta situación no es
sólo un fenómeno local o el polvo que levanta el viento. Se relaciona con
fenómenos como el calentamiento de zonas oceánicas, por ejemplo la del
Atlántico central, importante porque es una de las áreas de formación de
ciclones, cuyo desarrollo y trayectoria tiene que ver con la temperatura
superficial del océano.
Otra de sus características importantes es su
concentración. La cantidad de partículas por unidad de volumen es diferente de
una zona del planeta a otra y en diferentes niveles, puntualizó.
En general, permanecen en la atmósfera durante
un tiempo que depende, en gran medida, de la atracción gravitacional y de la
interacción con los gases, en particular el vapor de agua.
Constituyen un factor importante en la
definición del clima y su variabilidad porque, además de influir en el
calentamiento global, modifican, mediante los contaminantes, la cubierta de
nubes, elemento de primer orden en la climatología de la Tierra y factor
principal de atenuación de la radiación solar que nos alcanza. De ahí su
importancia, indicó el experto.
Recordó que las medidas para combatir la
contaminación del aire no se comparan en eficiencia con los mecanismos
naturales, como la lluvia y las corrientes aéreas que, sobre todo en los meses
de invierno, soplan desde el Ajusco y arrastran las partículas suspendidas.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Amando Leyva
Contreras, del Observatorio de Radiación Solar del Instituto de Geofísica de la
UNAM, aseguró que el polvo y fragmentos de basura pasan a formar parte del
“aerosol urbano”.
FOTO 02
Los aerosoles
urbanos colaboran en la variación climática del planeta, pues afectan la
radiación solar que alcanza su superficie, advirtió el investigador de la UNAM
Amando Leyva Contreras.