06:00 hrs. Agosto 2 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-541

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

CAUSA EL ESTRÉS URBANO MAYOR NÚMERO DE MUERTES EN ACCIDENTES CALLEJEROS Y LABORALES

 

·        Señaló Javier Urbina, responsable del Programa de Psicología Ambiental de la FP de la UNAM

·        Ruido, hacinamiento, tráfico intenso y ambiente caluroso favorecen los contratiempos en las calles, centros fabriles y laborales de las grandes metrópolis

·        Provoca baja del rendimiento físico y mental, así como mayor predisposición a cometer errores, alertó

 

En las zonas urbanas el ruido, hacinamiento, tráfico intenso y ambiente caluroso son condiciones ambientales importantes para los accidentes laborales y callejeros que culminan con personas fallecidas, aseguró Javier Urbina Osoria, quien forma parte del Programa de Psicología Ambiental de la Facultad de esta especialidad de la UNAM.

 

Los estresores ambientales urbanos favorecen los contratiempos en las calles y centros fabriles y laborales de las grandes metrópolis, agregó.

 

El especialista explicó que el estrés citadino tiene efectos acumulativos. Conforme las personas pasan más tiempo sometidas a estas circunstancias, su personalidad y relación con los demás también se modifica. Transforma todo su entorno, lo mismo natural que construido; altera incluso su vida social.

 

Según datos de la Secretaría del Trabajo y Previnsión Social (STyPS), en 2002 se registraron en el país 302 mil 97 accidentes y 4 mi 611 enfermedades de trabajo, con una incidencia de 2.5 percances por cada 100 trabajadores y, en el segundo caso, 3.7 padecimientos por cada 10 mil empleados.

 

Se reportaron mil 53 decesos y 13 mil 84 incapacidades por contratiempos y 6 mil 220 por dolencias. Hubo 62.8 minusvalías por cada mil asalariados.

 

En 2001, la Secretaría de Salud (SSa) reportó 441 mil muertes en todo el territorio nacional; de ese universo, los accidentes de tráfico sumaron 13 mil 101 fallecimientos (3.1 por ciento); séptima posición, por debajo de diabetes, isquemias, cirrosis, causas cerebrovasculares, perinatales y pulmonares.  

 

Las agresiones u homicidios registraron 10 mil 165 casos (2.3 por ciento), la undécima posición, por arriba incluso de los fallecimientos por VIH SIDA, con el decimoséptimo lugar y 4 mil 317 decesos.

 

Por ello, abundó el catedrático universitario, la psicología ambiental analiza las peculiaridades e interacciones entre ámbito y conducta individual; es decir, intenta explicar el comportamiento humano expuesto a determinadas circunstancias y cómo afecta lo cotidiano al cambiar las características espaciales.

 

Por ejemplo, dijo, trabajar en un medio caluroso provoca que los empleados desarrollen “estrés térmico”, lo que implica una baja del rendimiento físico y mental, capacidad de concentración y aprendizaje, y mayor predisposición a cometer errores, situación acompañada por una conducta hostil, agresiva e irritable.

 

Las altas temperaturas pueden incidir también en un proceder menos tolerante, detalló el especialista, quien explicó que ese aumento modifica la química interna, como la regulación calorífera corporal, la cual variará dependiendo de la habilidad del individuo para enfrentar fenómenos climatológicos.

 

La STyPS indica que los sectores económicos con mayor riesgo son la construcción de edificaciones y de obras de ingeniería civil; elaboración de provisiones; servicios profesionales y técnicos; compraventa de alimentos, bebidas y aditamentos del trabajo, y servicios de administración pública y seguridad social.

 

Las actividades con más accidentes fueron: extracciones de minerales metálicos y carbón, transporte por agua y supervisión de plataformas marinas, conducción ferroviaria y eléctrica, fabricación de productos de asbesto–cemento y producción de azúcar.

 

Urbina Osorio, ex director general de Promoción de la Salud en la SSa, reconoció que el calor disminuye la capacidad intelectual en un rango leve. Por otra parte, señaló que el hacinamiento e invasión de espacios personales produce malestares acumulados y mudan las pautas de acción.

 

“Si la gente sufre estas circunstancias de vez en cuando no hay problema, pero si la padece todos los días y además en su casa, en el transporte y trabajo, entonces sí puede darse estrés ambiental”, indicó el también ex director de la FP.

 

Este concepto psicológico no se da sólo por concentración física o mucha gente en un lugar, sino por la opinión particular sobre este hecho.

 

“Es un interjuego, una relación permanente que cambia por igual ambientes naturales que construidos. Hay incluso, una fuerte vinculación con la esfera social y prácticamente todo el comportamiento gregario”, reconoció el maestro Urbina.

 

El estrés generado por otras condiciones, como ruido, altas temperaturas e inclusive contaminación visual, provoca consecuencias negativas en las personas, añadió.

 

Este fenómeno también es visible en los accidentes de tránsito, primera causa de muerte en la población en edad escolar. Hay más muertos por accidentes automovilísticos que por SIDA, aseveró; sin embargo, no reciben mayor importancia al no ser todos aparatosos y generarse de forma cotidiana y gradual.

 

En ese contexto, el también profesor de esa dependencia universitaria explicó que la mayoría de los percances viales ocurren por fallas humanas, relacionadas con exceso de velocidad, ingestión de bebidas alcohólicas y estrés del conductor.

 

Las situaciones influyen de manera relevante en todas las actividades; sin embargo, no son definitorias. Evidentemente una familia mal relacionada  puede pasar a una mayor agresividad a la menor provocación, pero sólo incide en lo ya dañado.

 

Javier Urbina explicó su preocupación por el sistema de descomposición general que guarda la ciudad y los excesos colectivos. Si esto se generaliza requerirá de una actuación definitiva, estricta, sistemática y legal del gobierno, concluyó.

 

 

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Foto 01

El ruido, hacinamiento, tráfico intenso y los ambientes calurosos favorecen los accidentes en las calles de las grandes metrópolis, comentó Javier Urbina, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Foto 02

El psicólogo universitario Javier Urbina explicó que el estrés ambiental urbano tiene efectos acumulativos. Conforme se pase más tiempo sometido a circunstancias adversas, la personalidad se modifica.