06:00 hrs. Julio 31 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-537

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

GENERAN TRANSTORNOS A LA POBLACIÓN LOS RESIDUOS PELIGROSOS

 

·        Agresividad, alergias e infertilidad, algunos de los efectos a la salud humana y de los animales domésticos

·        Informó Landy Irene Ramírez Burgos, de la Facultad de Química de la UNAM

·        En el ámbito doméstico y de la pequeña industria no existe control sobre esos desechos

 

Agresividad, alergias e infertilidad son algunos de los efectos que sufren humanos y animales domésticos por los ocho millones de toneladas de residuos peligrosos generados cada año por el sector industrial mexicano, afirmó Landy Irene Ramírez Burgos, de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

 

No obstante, en las casas y pequeñas empresas no existe una estimación real y su contaminación causa graves afectaciones a los individuos y su entorno, añadió. Precisó que en los hogares se desechan medicinas caducas o pilas inservibles, que se mezclan con materias inocuas, como los sobrantes de comida o la basura orgánica.

 

La coordinadora del Área de Residuos Peligrosos del Programa de Ingeniería de Química Ambiental (PIQA) de la FQ, aseveró que los daños van desde conductas violentas en el comportamiento individual hasta el aumento de alergias en la población infantil.

 

Existen contaminantes orgánicos persistentes que al actuar como irruptores hormonales podrían afectar a terceras generaciones, sin afectación aparente a  las personas que los inhalan de forma directa.

 

Entre otros perjuicios a la salud humana también figura la infertilidad o deformaciones que surgen durante la gestación, reveló la especialista universitaria. De igual manera, continuó, en el mundo animal algunas especies se extinguen ante la falta de reproducción por esa causa. 

 

Lo más notorio, añadió, es el grado de contaminación del agua, incluso en los Polos, donde se acumulan estos residuos provenientes de las fábricas de distintos continentes.

 

Así, los osos polares y las focas, aparentemente ajenos a los daños ambientales provocados por la industria, también sufren sus efectos. En Estados Unidos aumenta la desaparición de las águilas calvas, lo que sólo es una muestra de que los perjuicios se presentan en todo el planeta, tanto en el suelo como en los océanos, así como en todos los seres vivos, expresó.

 

En México, explicó, las grandes empresas reportan la generación de residuos peligrosos y ya tienen un control sobre ellos, al enviarlos a confinamientos donde se les trata de manera adecuada, hasta donde las posibilidades tecnológicas lo permiten.

 

Sin embargo, el panorama se vuelve complejo en el ámbito municipal o doméstico y de la pequeña empresa, al no reportarse estos desechos ni separar la basura orgánica e inorgánica, los cuales se depositan en  rellenos sanitarios, donde representan un riesgo para la población.

 

Abundó que apartar los desperdicios debe hacerse desde los hogares, porque no existe ninguna obligación de quienes controlan los rellenos sanitarios para evitar su mezcla, además estos sitios no están diseñados para la disposición final de un residuo peligroso.

 

Se estima, dijo, que el 50 por ciento de la basura generada en las viviendas es orgánica y la otra mitad es en gran parte reciclable. La primera, que básicamente se forma con restos de comida, puede ser utilizada como abono para los jardines una vez que se realiza el proceso de degradación, y se obtiene  la “composta”.

 

El otro 50 por ciento comprende materiales como el vidrio, plástico, tetrapack, cartón, que pudieran reciclarse, pero la parte de riesgo latente son las pilas y los medicamentos caducos, entre otras sustancias en cualquier estado físico de la materia:  sólido, líquido o gaseoso, concluyó.

 

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Foto 01

 

Los residuos peligrosos causan daños a la salud humana como la infertilidad o deformaciones durante la gestación, reveló Landy Irene Ramírez Burgos, de la Facultad de Química de la UNAM.

 

 

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Se estima que el 50 por ciento de la basura generada en los hogares es orgánica y la otra mitad es en gran parte reciclable, indicó la especialista universitaria Landy Irene Ramírez Burgos.