06:00 hrs. Julio 27 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-530

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

DESARROLLAN  MODELOS PARA PREDECIR Y REPRODUCIR  MODIFICACIONES EN EL RITMO CARDIACO

 

·        Hortensia González Gómez, de la FC, dijo que las variaciones en el ritmo cardiaco se reducen en estados patológicos como diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares crónicos y en la vejez

·        En momentos de reposo, intensidad, peligro, riesgo y esfuerzo, el corazón se ajusta; requiere cambios constantes, reveló.

 

Científicos del Laboratorio de Biofísica de Sistemas Excitables de la Facultad de Ciencias de la UNAM desarrollan  un modelo en computadora para predecir y reproducir cómo trabaja el flujo sanguíneo en el corazón.

 

Los doctores Hortensia González Gómez y Humberto Arce Rincón, junto con un grupo de colaboradores, investigan las perturbaciones de la cadencia cardiaca en conjuntos celulares; además de crear técnicas para estudiar condiciones de isquemia, daño producido por no recibir suficiente irrigación sanguínea.

 

Los males asociados al aparato circulatorio, según cifras del Instituto Nacional que Estadística, Geografía e Informática (INEGI), causaron en el 2001 cerca del 16 por ciento de las muertes entre la población mexicana, por arriba de los tumores malignos (que ocuparon el 13 por ciento). De ahí la importancia de entender el comportamiento de esa parte del cuerpo bajo diferentes situaciones, y a qué se deben sus alteraciones.

 

Hortensia González recordó que el corazón comienza a latir desde las primeras semanas de gestación y no se detiene sino hasta la muerte. Se trata de una "bomba" que hace llegar la sangre, con ayuda del flujo sanguíneo, hasta el último rincón del cuerpo. Es capaz de ajustarse a diferentes ritmos en función de la demanda de trabajo.

 

Durante mucho tiempo predominó la idea de que los sistemas vivos permanecían al mantener condiciones internas constantes. Ahora se sabe que tales estructuras no son estables, sino que, por el contrario, presentan cambios dentro de un rango. "En momentos de reposo, intensidad, peligro, riesgo, esfuerzo, ese órgano se ajusta; requiere cambios constantes", reveló.

 

Por ejemplo, dijo, durante ejercicios de meditación, no obstante a lo que pudiera pensarse, aumenta la variabilidad cardiaca, al relacionarse con la respiración. Por el contrario, se reduce en estados patológicos como diabetes, hipertensión o problemas cardiovasculares crónicos, según muestran las gráficas de los electrocardiogramas.

 

Algo similar ocurre entre personas de diferente edad. Los más jóvenes presentan mayor disimilitud que los adultos o ancianos. Los cambios no significan disfunción o alarma. "Reflejan que al variar dentro de cierto rango de valores, este órgano está listo para enfrentar distintas condiciones. De permanecer en un mismo nivel de actividad le costaría más trabajo remontar y moverse a valores fisiológicos más intensos", indicó.

 

La doctora González explicó que el corazón posee su propio generador de ritmos. Hay un grupo de células especializadas que de manera continua cambian su potencial eléctrico. La modificación de sus membranas es una señal para sus vecinas, quienes propagan su actividad e inician la contracción del músculo cardiaco.

 

Una técnica para estudiar a estas unidades es perturbándolas con pulsos en diferentes momentos, simulando a los latidos fuera de ritmo, o bien, cuando modifican la dinámica por completo, transformándola en una taquicardia maligna, con una desorganización funcional, que puede ser progresivo y provocar fibrilación, que conduce a la muerte si no se recibe ayuda con oportunidad, advirtió.

 

Para reproducir esta situación se han creado modelos experimentales en el Laboratorio de Biofísica de Sistemas Excitables, en colaboración con la Universidad McGill, de Canadá.

 

En todos los casos se aplicaron pulsos eléctricos extras, refirió González Gómez. Se encontró que después de una alteración transitoria las células permanecen estables. Empero, hay momentos críticos, vulnerables, en los que una pulsación que antes no provocó daños, pudo iniciar la desorganización cardiaca.

 

También que antes de la progresión anterior, el corazón comenzó a trabajar forzado y no respondió a todos los estímulos. A partir de esta conclusión, enfatizó, sus resultados pueden emplearse en valoraciones clínicas, para detectar tempranamente si una persona es susceptible de un accidente, por lo que  se han constituido como prueba pre-diagnóstica para prevenir a la gente.

 

Los trabajos para determinar los índices de riesgo particulares y fabricar instrumentos inteligentes que, como el corazón, se adapten a cada actividad específica, continúan en colaboración con otros organismos como el Instituto Nacional de Cardiología y en diversos laboratorios del mundo, concluyó.

 

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Foto 01

 

Científicos universitarios tratan de entender cómo funciona el flujo del corazón, para ello desarrollan modelos para predecir sus modificaciones rítmicas y hacen simulaciones computacionales de la actividad del tejido cardiaco, dijo Hortensia González Gómez.

 

Foto 02

 

Hortensia González Gómez, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirmó que los sistemas vivos presentan variaciones acotadas. Así ocurre con el corazón, que en momentos de reposo, intensidad, peligro, riesgo o esfuerzo ajusta sus movimientos.