06:00 hrs. Julio 26 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-528

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

BUSCAN INVESTIGADORES DE LA UNAM INCREMENTAR LA PRODUCCIÓN DE LANGOSTA EN QUINTANA ROO

 

·        Señaló Patricia Briones Fourzán, investigadora del ICMyL, Unidad Académica Puerto Morelos, en Quintana Roo

·        México se ubica en el cuarto lugar de producción de esta especie, que tiene gran importancia científica y económica

 

Con el objetivo de determinar los factores biológicos y ambientales que influyen en las variaciones de abundancia de las langostas, científicos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, Unidad Académica Puerto Morelos, en Quintana Roo, desarrollan estudios biológicos y ecológicos sobre esta y otras especies.

 

Este conocimiento puede ser utilizado por los administradores pesqueros para desarrollar sólidas estrategias que promuevan enfoques de explotación sostenible. El grupo de Crustáceos de esa Unidad tiene dos líneas de investigación principales: estudios sobre ecología y comportamiento y sobre los macrocrustáceos del Caribe, explicó Patricia Briones Fourzán, miembro de esta dependencia.

 

Recordó que México se ubica como cuarto productor del crustáceo Panulirus argus, sólo por debajo de Cuba, Brasil y Estados Unidos. Este animal juega un importante papel en su ecología; además de tener una alto valor científico y económico. Tan sólo en Quintana Roo existen mil 200 pescadores que se benefician de su captura.

 

 

Hasta 2002, la Secretaría de Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación registró una producción nacional de langosta de 2 mil 998 toneladas, lo que representó el 0.19 por ciento de este sector. El litoral del Pacífico generó mil 923 toneladas, siendo las entidades más productivas las Baja Californias; mientras que las costas del Golfo y Caribe supusieron mil 75 toneladas, donde destacaron Yucatán y Quintana Roo.

 

La balanza comercial arrojó la exportación de mil 644 toneladas de ese producto, con valor de 33 millones 549 mil dólares, constituyendo el quinto lugar en la venta de productos marinos al extranjero.

 

La especialista indicó que existen siete especies de langostas espinosas  (que no tienen grandes pinzas como las de la costa este de EEUU) en las aguas mexicanas, tres de las cuales se encuentran a lo largo de su litoral caribeño. La parte que se aprovecha es el abdomen o “cola”.

 

Al principio de su temporada de pesca, el precio del kilo en esta región es de alrededor de 250 pesos al productor, pero conforme avanza el período y el recurso escasea el precio se incrementa hasta alcanzar 340 pesos, y a la venta en los comercios llega a costar el doble.

 

Informó que la producción promedio anual de esta variedad en la Península de Yucatán es de 215 toneladas de cola, lo que equivale a 500 ó 600 kilos de ejemplares enteros. Ese tonelaje generó alrededor de 42 millones de pesos. En Quintana Roo es el segundo recurso en importancia en términos de valor, después del camarón.

 

“Desde hace 22 años se han estudiado muchos de sus aspectos, pero actualmente la investigación se enfoca a la ecología general, dinámica poblacional y comportamiento de las dos variedades más comunes de esa zona: Panulirus argus y P. guttatus. En la costa del Pacífico mexicano se encuentra la especie P. interruptus, conocida como roja, que genera el mayor volumen nacional y es la más consumida en el país. En el resto de ese litoral hay otras pero sin carácter importante”, subrayó.

 

La información se obtiene de los trabajos de campo y experimentales. En el primero, sus técnicas de recolección incluyen captura manual o bien por medio de trampas, refugios y colectores artificiales para postlarvas, y la toma de fotografía y video submarinos. En su mayoría, se obtienen precisiones morfométricas y biológicamente relevantes; pueden ser marcadas y liberadas, lo que permite seguir sus historias individuales. Estos datos son analizados con técnicas estadísticas.

 

A partir de su fase juvenil estas especies son grandes, longevas, relativamente fáciles de capturar y mantener vivas bajo condiciones artificiales por periodos prolongados, lo que las hace útiles para estudios. En el Instituto se desarrollan trabajos para comprender diversos procesos, con objeto de contribuir al avance de la ciencia básica en diversos frentes: en teoría ecológica, fisiología y ciencia del comportamiento.

 

Explicó que el experimental se desarrolla tanto en campo como en estanques de agua marina ubicados en esta Unidad Académica. Los tipos y tamaños dependen de la actividad que se desarrolle. “Actualmente, se exploran aspectos conductuales de P. argus y P. guttatus en espacios provistos con equipo de video de inmersión. Lo registrado en las cintas se analiza en laboratorio, y lo recolectado se registra estadísticamente para probar diversas hipótesis”.

 

Su propósito es entender los factores que afectan y controlan las características poblacionales de las fases bénticas de las langostas (postlarvas, juveniles, subadultos y adultos). Ellas incluyen: distribución y fases; abundancia y reparto de talla; dinámica reproductiva; procesos de reclutamiento; crecimiento y mortalidad; disponibilidad de refugios; ecología alimentaria, y relaciones con otros componentes del ecosistema (competidores, depredadores y presas), precisó.

 

En cuanto a su sobreexplotación, señaló que esta práctica ha producido una disminución sensible en muchas áreas costeras, incluyendo el Caribe mexicano. La única manera de prevenir su extinción —y de otros crustáceos—, es disponer de una sólida base de conocimientos científicos sobre su hábitat, dinámica poblacional y comportamiento, que permitan identificar los procesos que causan variaciones naturales, concluyó.

 

-0o0-

Foto 01

 

Los crustáceos son uno de los grupos animales más abundantes en hábitat marinos y juegan importantes papeles en su ecología. Además de su valor científico, algunas de estas especies tienen importancia económica.

 

Foto 02

 

Patricia Briones Fourzán, del ICMyL de la UNAM, Unidad Académica Puerto Morelos, en Quintana Roo, señaló que es importante determinar los factores biológicos y ambientales que influyen en las variaciones de abundancia de las langostas.