06:00 hrs. Julio 25 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-525

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

REZAGO EDUCATIVO DE MEXICANOS QUE VIVEN EN EU

 

·        Sólo la mitad de los connacionales de 25 años o más terminan la preparatoria, aseguró la investigadora Elaine Levine

·        Existe segregación “de facto” entre la población latina, afirmó

·        El costo promedio anual para ingresar a la universidad pública norteamericana es de casi 9 mil dólares

 

Los mexicanos que viven en Estados Unidos registran los niveles más bajos de escolaridad entre la población latina, y están considerados como “los más rezagados”, afirmó Elaine Levine, del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

 

Dijo que en marzo del 2002, sólo el 50.6 por ciento de los connacionales de 25 años de edad o más había concluido por lo menos sus estudios de preparatoria o high school, comparado con el 66.8 de los puertorriqueños, 70.8 de los cubanos, 64.7 de los centro y sudamericanos, y el 74 por ciento de otros hispanos.

 

Esto en contraste con la cifra para toda la sociedad estadounidense, que fue del 87.4 por ciento, precisó la especialista, quien aseveró que en el vecino país los inmigrantes latinos enfrentan  problemas de “segregación educativa de facto”.

 

De hecho, apuntó, tienen los registros de matrícula más bajos en los extremos del ciclo escolar: por lo general ingresan por primera vez a la escuela a una edad mayor y abandonan los estudios más temprano que otros grupos.

 

Informó que sólo el 7.6  por ciento de los mexicanos mayores de 25 años poseía en el año 2000 una licenciatura o posgrado, en comparación con el 14 de los puertorriqueños, 18.6 de los cubanos, 17.3 de los centro y sudamericanos, y el 19.7 de otras nacionalidades. El 28.6 por ciento del total norteamericano poseía una carrera.

 

En 2002, reveló, sólo el 41 por ciento de los niños hispanos de 3 a 4 años de edad estaba inscrito en el nivel preescolar, en comparación con el 57.5 de los menores negros y el 57.8 de los blancos.

 

En ese mismo año, agregó, el 95.3 de los anglosajones de 16 y 17 años asistía a la escuela, y el 94 por ciento de los afroamericanos, en relación con el 90.9 por ciento de los latinos.

 

A partir de los 17 años, las tasas de matrícula disminuyen sensiblemente y la de este último sector es siempre la más baja. En 2002, de los jóvenes entre los 22 y 24 años de edad, el 27.3 por ciento de los blancos, 23.5 de los negros, y solo el 15.3 por ciento de los de origen hispano estaban matriculados en alguna institución educativa.

 

Dio a conocer que dadas las altas tasas de crecimiento, tanto absoluto como relativo, la participación de los latinos en la población escolar y en la Económicamente Activa (PEA) se incrementará en las próximas décadas. Ellos aportarán dos tercios del alza demográfica en edad de asistir a la preparatoria en 2010, fecha en que constituirán el 17.4 de la PEA estadounidense, precisó.

 

La especialista detalló que los costos de la educación superior son elevados en Norteamérica, ya que el promedio anual, que incluye colegiaturas, libros, alimentación, transporte, hospedaje en el campus y otros gastos para ingresar a la universidad pública, fue de 8 mil 839 dólares para el ciclo escolar 1999-2000.

 

En el caso de las privadas, el promedio anual fue de 16 mil 242 dólares, pero cualquiera de estas cifras, cuando es multiplicada por los cuatro años que se requieren para obtener un título profesional, resulta inalcanzable para una familia de bajos ingresos.

 

Si se toma en cuenta que el 50 por ciento de los hogares hispanos tienen entradas anuales promedio menores de 30 mil 735 dólares, no es difícil entender porqué la mayoría de ellos no puede cubrir el costo de una formación universitaria para sus hijos, opinó.

 

Indicó que en el pasado, la educación era un ámbito que permitía, por lo menos a los hijos de los migrantes de primera generación, alcanzar  un nivel para competir, pero ello dejó de ser válido para los latinos. Al constituir una parte importante de la población de ese país, forman grupos dentro de los planteles, lo que a su vez propicia una nueva forma  de discriminación escolar.

 

Explicó que con la decisión de la Suprema Corte en 1954, que prohibió la segregación escolar, la sociedad estadounidense da mayores oportunidades, pero los colegios operan como en el pasado, “no porque haya una ley  que diga que los negros o mexicanos no pueden concurrir a los planteles de los blancos, sino porque se segregan de facto los barrios donde vive esa gente”, reveló.

 

Abundó que el acceso educativo se organiza en distritos escolares y subdistritos. De acuerdo con la jurisdicción donde vivan se les asigna institución. De esta forma, se propicia una mayor estratificación y los niños acuden a la escuela junto con sus vecinos afroamericanos o latinos, mientras que los blancos habitan en otras áreas urbanas.

 

Esta diferenciación económica de facto limita las posibilidades de aprender el idioma inglés, gracias a la convivencia dentro de las aulas, situación que también afecta a los estudiantes en las pruebas estandarizadas, donde las autoridades escolares deciden, según aptitudes, si están en condiciones de asistir a la educación superior.

 

Así, la mayoría de los latinos se les canaliza hacia programas dirigidos al terminar el bachillerato y algunos cursos; pero se da por hecho que no ingresarán a una carrera: “Es una decisión tomada, no por ellos, sino en su nombre, por los maestros o administradores, que suponen que no tienen capacidad ni aptitud, ni recursos económicos para entrar a la Universidad “.

 

 

 

Aunado a ello, las instituciones docentes en los sectores latinos, apuntó, cuentan con profesores de menor preparación, quienes perciben salarios insuficientes, al tiempo que es enorme la diferencia entre las instalaciones de las zonas pobres, con respecto de las habitadas por blancos de mayores ingresos económicos, precisó.

 

Levine concluyó que la educación pública en Estados Unidos es gratuita hasta terminar la preparatoria y la obligatoriedad llega hasta los 16 años. Buena parte de su financiamiento proviene del impuesto predial.

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Foto 01

 

La mayoría de los hogares hispanos en Estados Unidos no puede cubrir el costo de educación universitaria para sus hijos, afirmó la especialista Elaine Levine, del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

 

 

Foto 02

 

Los mexicanos en Estados Unidos están considerados como “los más rezagados”, advirtió Elaine Levine, del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte de la UNAM.