06:00 hrs. Julio 24 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-524

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

BUSCAN EN NANOTECNOLOGÍA ALTERNATIVAS PARA COMBATIR LA CONTAMINACIÓN

 

·        En el Instituto de Física de la UNAM se crean estructuras y dispositivos minúsculos con nuevas propiedades

·        Aseguraron los doctores Luis Antonio Pérez López e Ignacio Garzón, pertenecientes al IF y a la REGINA

·        Es indispensable que México obtenga nuevos componentes y productos útiles para la electrónica, química, farmacéutica, cosmética, aeronáutica y del vestido, entre muchas otras

 

Investigadores del Instituto de Física (IF) de la UNAM experimentan con elementos nanométricos para obtener materiales más fuertes que el acero y para construir catalizadores que combatan la contaminación en las ciudades, aseguraron los doctores Luis Antonio Pérez López e Ignacio Garzón, integrantes del Instituto de Física (IF) de la UNAM y de la Red de Grupos de Investigación en Nanociencias (REGINA).

 

Por ello, calificaron de indispensable la incorporación de México a esta revolución, para implementar nuevos componentes y productos en industrias como la electrónica, química, farmacéutica, cosmética, aeronáutica y del vestido, entre muchas otras.

 

Señalaron que en Estados Unidos el presupuesto gubernamental destinado a esta rama pasará de 462 millones en el año 2000, a casi mil millones de dólares en el 2007. En cambio, revelaron, “en nuestro país no hay apoyos gubernamentales ni iniciativas equivalentes, acordes con nuestra realidad".

 

Una de sus principales aplicaciones se da en el combate a la contaminación. Los convertidores catalíticos más eficientes para los autos, por ejemplo, se fabrican a partir de nanopartículas metálicas. Su función colaboraría a reducir la presencia de monóxido de carbono, producto de la quema de combustible, al transformarlo en gases inocuos, explicó Ignacio Garzón.

 

Todo ello requiere la participación decidida de las empresas y la disminución de costos de los nuevos productos para asegurar la inserción de México a esta nueva revolución industrial, indicó Pérez López. No obstante, Ignacio Garzón reconoció que no hay una tradición de las compañías nacionales para hacer uso del conocimiento científico generado en las instituciones académicas.

 

Potencialmente, con esta técnica todos los materiales podrían mejorar su composición. En teoría, podría elegirse un elemento de la tabla periódica y analizar el comportamiento de un conjunto de sus átomos; se esperaría que sus atributos fuesen  diferentes a los de la escala normal. El campo de investigación es enorme, recalcó Luis Antonio Pérez.

 

Recordó que un nanómetro equivale a la mil millonésima parte de un metro, y las nanociencias estudian el comportamiento de la materia en esa escala. En tanto, la nanotecnología controla o manipula componentes de ese tamaño, así como la creación de estructuras y dispositivos con propiedades y funciones inéditas, útiles para posibles innovaciones.

 

Dijo que los fulerenos y nanotubos de carbono tienen particularidades notables en estas dimensiones, pues presentan alta conductividad térmica y electrónica, así como mayor resistencia mecánica, por encima, incluso, de los metales más fuertes, como el acero. “Sus características los hacen prometedores para usos comerciales”, abundó.

 

Lo mismo ocurre con el oro. Es un mineral “noble” porque químicamente no reacciona con casi nada, no se oxida ni reduce. En contraste, cuando tiene pocos átomos se vuelve activo, con propiedades catalíticas, útiles en la industria química. Se sabe, indicó, “que el mejor tamaño para ésta última aplicación es de entre cuatro y cinco nanómetros”.

 

Ignacio Garzón recordó que, a pesar de que desde hace siglos los químicos han trabajado con materiales nanoestructurados, como el dióxido de titanio, el negro de carbón o el sílice ahumado, no fue sino hasta mediados de los ochenta cuando surgió el término “nano” (del griego “enano”), luego del descubrimiento de los fulerenos, estructuras formadas por 60 átomos de carbono, y de los nanotubos de carbono en 1991.

 

Descubrir sus nuevas posibilidades fue posible gracias al desarrollo de herramientas químicas y físicas para controlar la materia en esa escala, expuso Luis Antonio Pérez. Ejemplo de eso son la síntesis de materiales, microscopías de tunelaje, de barrido y electrónica, espectroscopias ópticas y los aceleradores de partículas para implantar iones.

 

Desde hace varios años, añadió el doctor Garzón, en el IF hay investigadores dedicados a la síntesis o fabricación de estos nuevos componentes, y a su caracterización mediante una variedad de técnicas experimentales. O bien, a la predicción teórico-computacional de sus atributos y aplicaciones, finalizó.

 

 

 

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Foto 01

 

Luis Antonio Pérez López e Ignacio Garzón, del Instituto de Física, aseguraron que la nanotecnología representa una revolución industrial por el modo como se obtienen nuevos materiales y productos.

 

Foto 02

 

Investigadores universitarios experimentan con elementos nanométricos para obtener materiales más fuertes que el acero y para construir catalizadores que combatan a la contaminación de las ciudades, informó Ignacio Garzón, del Instituto de Física.

 

Foto 03

 

El físico Luis Antonio Pérez explicó que la nanotecnología es la manipulación de la materia en escala de nanómetros, equivalente a la mil millonésima parte de un metro.