06:00 hrs. Julio 22 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-519

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

USAR CÉLULAS TRONCALES, GRAN FUTURO PARA ENFERMEDADES SIN CURA

 

·        Podrían ser la solución para padecimientos como diabetes, mal de Parkinson o Alzheimer, aseguró Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM

·        La clonación terapéutica originaría tejidos pancreáticos, del corazón o hígado, así como neuronas

·        Como el material provendría del mismo individuo, no habría problemas de rechazo, señaló

 

Desarrollar células troncales in vitro para producir tejidos humanos y aplicarlos en padecimientos caracterizados por la destrucción de este elemento morfológico, puede ser la solución futura de enfermedades aún sin tratamiento efectivo, como la diabetes, mal de Parkinson o Alzheimer, afirmó Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM.

 

La manipulación con células humanas abre nuevas posibilidades a la ciencia para atender distintos males, añadió el experto, como implementar tratamientos, novedosos procedimientos quirúrgicos y trasplantes de órganos, con excepción del cerebro, que nos da nuestra personalidad, conciencia, sentimientos y emociones.

 

Pero se enfrentan problemas éticos. Por ejemplo, dijo, se pueden clonar células pluripotenciales, que pueden derivar en distintos órganos o tejidos. “La gran discusión es si es válido usar óvulos fecundados por fertilización in vitro para investigación y, en un futuro, para tratamiento de enfermedades”, mencionó Tapia.

Luego, aclaró que hay que distinguir la clonación terapéutica de la reproductiva. Al principio son iguales; de un óvulo se extrae el material genético, ubicado en el núcleo. El ADN se consigue de otra célula “donadora” que puede ser adulta.

 

Así se hizo con Dolly, además de gatos, vacas y conejos. Lo interesante es que a partir de una célula adulta, de glándula mamaria en el caso de la famosa oveja, se dio lugar a un organismo completo. Esa célula se “des–diferencia”, sentenció.

 

El consenso universal es que la clonación reproductiva en humanos no debe hacerse. Todavía falta mucho por conocer de esta técnica y hay riesgos de que el producto sea deficiente en muchos aspectos, expuso.

 

Por el contrario, aseguró, la clonación terapéutica pretende desarrollar las células troncales para diferenciarlas in vitro y producir tejidos para aplicarlas o transplantarlas a enfermos con padecimientos que se caracterizan por la destrucción celular.

 

Se usarían células adultas del propio paciente, lo cual implicaría grandes ventajas. La clonación podría dar origen a células pancreáticas, del corazón o del hígado, a neuronas, etcétera. Como el material provendría del mismo individuo, no habría problemas de rechazo.

 

Otra de sus aplicaciones sería en el mal de Parkinson, producto de la muerte de neuronas en la base del cerebro, productoras de la dopamina. Cuando desaparecen, la corteza cerebral ya no puede activar lo suficiente a las células que siguen, por eso se presenta rigidez y temblor en el cuerpo, adelantó.

 

Ante este padecimiento, prosiguió, “la idea es generar células troncales, diferenciarlas en cultivo y crear neuroblastos; luego trasplantarlos en la zona donde hacen falta. Sería la posible cura de la enfermedad”.

 

En el caso de la diabetes, “el tratamiento real sería introducir células a la glándula capaces de producir insulina. Hablaríamos de un remedio efectivo, no de remedios sustitutivos”, precisó.

También los pacientes que padecen Alzheimer, que destruye lo más humano que tenemos: la memoria, inteligencia y capacidad de asociar ideas; el cáncer, el mal de Huntington, las quemaduras y otros males donde se registra muerte celular, se verían beneficiados. Las posibilidades de tratamientos más efectivos son prometedoras, refirió,

 

El objetivo de las ciencias biológicas experimentales, reiteró, es conocer mejor el funcionamiento de nuestro organismo, así como saber qué sucede cuando hay padecimientos y la mejor forma de prevenirlos y tratarlos.

 

Puntualizó que para ello se pueden hacer, y así ocurre, estudios en humanos. Se trata de la llamada investigación clínica. Para ella hay una serie de reglas internacionales, como el Código de Nuremberg, la declaración de Helsinki y, en México, la Ley General de Salud.

 

Los reglamentos incluyen el “consentimiento informado”, que consiste en explicar al enfermo de qué trata el análisis que se le va a realizar y, luego, conseguir su autorización, concluyó.

 

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Foto 01

Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, aseveró que desarrollar células troncales es el gran futuro para enfermedades sin un tratamiento efectivo.

 

Foto 02

La diabetes, mal de Parkinson o Alzheimer entre otras, podrán ser tratadas con la manipulación de células humanas, señaló Ricardo Tapia, investigador emérito del IFC de la UNAM.