06:00 hrs. Julio 19 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-513

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

AGOTADO EL TLCAN; MÉXICO DEBE DIVERSIFICAR SU COMERCIO EXTERIOR: GAZOL SÁNCHEZ

 

·        Países que no son vecinos de Estados Unidos y no han firmado tratado alguno, superan a nuestra nación, aseguró el economista universitario Antonio Gazol

·        Ha contribuido a aumentar la concentración de la actividad económica en nuestro país, aseveró

 

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “se agotó”  y dejó de ser un factor de estímulo para la economía nacional, dijo Antonio Gazol Sánchez, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, al señalar que nuestro país debe considerar como asunto de “seguridad nacional” la diversificación de su capitalización y comercio exterior.

 

Precisó que el acuerdo “ya dio de sí todo lo que debía dar”, en sus dos funciones básicas: la de ser promotor de oferta exportable e imán de la inversión extranjera directa orientada hacia fines productivos. “En ambos temas, añadió, países no vecinos y sin tratado alguno han superado a México”.

 

Durante los diez años que lleva en vigor, argumentó, ha sido evidente que no ha sido acompañado por políticas públicas internas, en rubros como industria, comercio, tecnología, fisco o ramo agropecuario, para mitigar sus inevitables impactos negativos –como se observa en algunos sectores del campo, por ejemplo–, o para potenciar los positivos, y obtener recursos para compensar a sus partes.

Precisó que no sólo se dejó en manos del mercado la distribución de  la plusvalía y de los eventuales  beneficios del Tratado, sino que se le delegó la responsabilidad de ordenar la actividad económica y de procurar los cambios estructurales de todo proceso de desarrollo.

 

Al respecto, aclaró que no podía esperarse más de este instrumento, sobre todo, si se considera el reducido nivel arancelario que ya existía, previo a su puesta en marcha, lo que refleja que los efectos ya habían sido absorbidos por las respectivas sociedades.

 

Desde su óptica, sí ha habido un aumento en el comercio con Estados Unidos por esta consecuencia, pero obedece al marco de certidumbre que significó, más que por abatir las tarifas aduanales.

 

Así, abundó, la composición de las exportaciones sugiere una influencia parcial del acuerdo, toda vez que las ventas de maquiladoras e industria automovilística son anteriores a su suscripción; pero ella las consolidó.

 

En la maquila las ventas crecieron al 18.1 por ciento anual entre 1984 y 1993, frente a 12.8 de diez años después, mientras que las del ramo vehicular alcanzaron 22.5 por ciento en la década previa al acuerdo comercial y se ubicaron en 15.2 en el decenio siguiente.

 

Otro aspecto de los envíos hacia la Unión Americana es que hay una tendencia a la concentración en unos cuantos sectores, como el  electrónico, automotriz, así como máquinas, aparatos y artefactos mecánicos, textiles y de la confección, informó.

 

Ello refleja que el TLCAN contribuyó a centralizar la actividad económica y la generación de riqueza, sin contener los instrumentos para procurar su distribución, lo que va más allá de las limitaciones de una zona con estas características, continuó.

 

Subrayó que los flujos de inversión extranjera directa proveniente de Norteamérica registraron un alza a raíz de la entrada en vigor del acuerdo en 1994, pues el promedio anual entre 1984 y 1993 ascendió a mil 900 millones de dólares, en tanto que de 1994 a 2002 registró siete mil millones, aún sin considerar los 12 mil millones por la adquisición de Banamex por parte de City Bank en 2001.

Sin embargo, dijo, esto no se ha reflejado en el conjunto, ya que entre 1984 y 1993 la tasa media anual  de crecimiento del Producto Interno Bruto registró 2.3 por ciento y un 2.5 en la década siguiente.

 

En 1958, explicó, el salario mínimo era 58 por ciento más alto que en 1993, y en 2003 era 21 por ciento inferior al de una década anterior. La tasa de desempleo abierto es hoy mayor a la de los años precedentes al inicio del TLCAN o, como en los casos de 1993 y 1994, sólo de rango similar, en el orden de 3.3 a 3.6 por ciento.

 

Existen, apuntó, tres escenarios que pueden preceder al Tratado y todos son preocupantes: de  inercia, renegociación o el comienzo de un camino hacia el mercado común, el cual provocaría mayor aglutinamiento.

 

Por ello, concluyó, es necesario que el país sea competitivo, rearticule sus cadenas productivas, se especialice en sectores y deje atrás la dependencia de mano de obra barata.

 

 

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Foto 01

 

El TLCAN “ya dio todo lo que debía dar”, por lo que México debe diversificar sus relaciones comerciales con el exterior, aseguró el economista universitario Antonio Gazol.

 

 

Foto 02

 

El profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, Antonio Gazol, aseveró que el TLCAN no ha sido acompañado por políticas públicas internas, en rubros como industria, comercio, tecnología, fisco o actividad agropecuaria.