06:00 hrs. Julio 04 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-479

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

RECIBEN UNIVERSITARIOS PREMIOS AL MEJOR TRABAJO DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA 2003

 

·        Marco Antonio Ramos García y Manuel Rodríguez Ortega, egresados de la Facultad de Medicina de la UNAM, obtuvieron el primero y tercer lugar, respectivamente

·        Lo otorga el laboratorio Boehringer Ingelheim Promeco, coordinado por la FM y la Academia Mexicana de Cirugía

·        Ramos García descubrió que las concentraciones de hierro en las arterias, puede aumentar hasta 5.95 veces el riesgo de sufrir un infarto al miocardio

·        Rodríguez Ortega propuso diversas técnicas para intervenir en lesiones del corazón

 

Marco Antonio Ramos García y Manuel Rodríguez Ortega, egresados de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, ganaron respectivamente el primer y tercer Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2003, que otorga el laboratorio Boehringer Ingelheim Promeco, bajo la coordinación de la FM y la Academia Mexicana de Cirugía.

 

Ramos García participó con el estudio Los niveles de hierro sérico como un factor de riesgo para la presentación del infarto al miocardio. Un estudio de casos y controles, donde expuso que este elemento, en dosis o concentraciones altas, acumulado en las arterias, puede aumentar hasta 5.95 veces el riesgo de sufrir un infarto en el músculo cardiaco.

 

Por su parte, Rodríguez Ortega participó con el trabajo “Experiencias en el manejo de lesiones de corazón por el cirujano”, donde propone diversas técnicas para intervenir en traumas cardiacos, un problema de salud pública que afecta a gran parte de la población económicamente activa.

 

Marco Antonio Ramos, médico titular del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, reconoció que el hierro es importante en la nutrición, pues se encarga de niveles de una fracción de glóbulos rojos llamada hemoglobina, sustancia encargada de llevar oxígeno a todo el cuerpo, además de regresar al pulmón el bióxido de carbono producido en las células.

 

No obstante, este metal inicia el proceso de arteriosclerosis, oxidación o alteración de grasas y lípidos que conduce a su adhesión en las paredes de los vasos sanguíneos, hasta taparlos e impedir la circulación. Ello deviene en infartos, accidentes cerebro-vasculares e insuficiencias en los conductos, alertó.

 

Incluso, prosiguió, la primera causa de decesos entre los mexicanos, la diabetes mellitus tipo 2, evoluciona con esta rigidez de las paredes arteriales, con sus consiguientes consecuencias. El 80 por ciento de quienes presentan infartos de este tipo, fallecen.

 

De ahí la importancia de conocer sus factores de riesgo. Según la Organización Mundial de la Salud son diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo y dislipidemias o alteraciones en la concentración de grasas en la sangre, como colesterol y triglicéridos.

 

Ahora, según el descubrimiento del doctor Ramos García, podría sumarse la presencia excesiva de hierro. Al respecto explicó que el metal, que se ingiere en carnes y vegetales, contribuye a los procesos de oxidación de los lípidos de corazón y arterias.

 

Desde 1976 se detectó el problema. No obstante, los pacientes corredores o nadadores manifestaron niveles bajos de hierro sérico (concentraciones de ese elemento). “De ahí se explica por qué entre quienes hacen ejercicio el riesgo de tener un infarto disminuye”, aseguró.

 

No fue sino hasta 1981 cuando se descubrió que los enfermos con más de 50 años y mujeres menopáusicas presentaban depósitos más elevados e infartos al miocardio más frecuentes. En 1997 empezó el estudio en personas donadoras de sangre, quienes disminuyeron los riesgos en un 3 por ciento.

 

Explicó que el incremento se debe, primero, a la dieta “rica” en carne roja, grasas y vegetales como las espinacas, que se ingieren en forma excesiva mediante hamburguesas y comida “chatarra”.

 

La única forma para disminuir esos índices es mediante ejercicio o donar sangre. Las mujeres están protegidas por la menstruación. Sin embargo, alrededor de los 45 años, con la menopausia, los sangrados disminuyen hasta desaparecer. Entonces comienzan a infartarse igual o más que los varones. Se requiere un proceso hemorrágico para eliminar las grandes cantidades de hierro del organismo.

 

El experto indicó que aún falta mucho por estudiar. En tanto, hay que controlar o eliminar los otros factores de riesgo: presión arterial alta, diabetes, tabaquismo, obesidad, mediante una dieta balanceada, baja en grasas, sales y azúcares.

 

Dijo que haber obtenido el premio “es una gran satisfacción como médico, estudiante e investigador. Significa que el trabajo es de interés, significativo para la sociedad, que aportó algo nuevo. No he decepcionado a mi Universidad y la seguiré apoyando en lo académico y asistencial”.

 

El doctor Ramos continuará con la investigación. Su deseo es fomentar entre los jóvenes estudiantes de medicina la docencia y experimentación. México, expresó, necesita con urgencia crear nuevo conocimiento.

 

A su vez, Manuel Rodríguez, médico residente del Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, expuso los pasos que debe seguir el especialista cuando sospecha que el paciente tiene un daño de ese tipo: “Viene desglosado, se explican los pasos a seguir para llegar al diagnóstico preciso o egresarlo si no hay afectación. Muchas veces estas heridas pasan desapercibidas, de ahí la importancia de saber detectarlas a tiempo para evitar complicaciones y decesos”.

 

La mayoría de los hospitalizados son personas que se desplazan a su lugar de trabajo, escuela o negocio. Muchos jóvenes y adultos llegan a sufrir contratiempos o agresiones con arma de fuego o punzocortante, que lesiona órganos, como el referido. Esto tiene serias repercusiones, pues quedar inválido o lesionado afecta diferentes ámbitos, como el económico, que repercute en la familia.

 

A decir del galardonado, la mayor parte de los traumas son ocasionados por atropellamiento, accidentes automovilísticos; le siguen las agresiones por terceras personas, que utilizan cuchillos, armas de fuego, por ejemplo; y posteriormente los accidentados, por caídas o golpes.

 

Su investigación estuvo orientada hacia acciones penetrantes. Se buscó saber “qué tanto puede hacer el cirujano para reparar estos daños, y lograr que el paciente tenga una mejor calidad de vida, dado que antes se consideraban las lesiones cardiacas como mortales”.

 

Explicó que uno de los aspectos que deben considerarse para el éxito de una intervención de este tipo es la atención prehospitalaria, que los afectados lleguen rápido a un centro especializado donde se pueda tomar una decisión quirúrgica en caso de ser necesario.

 

Destacó que en los últimos años se modificaron estas técnicas quirúrgicas para obtener mayor éxito. Por ejemplo, se cambiaron materiales, como los parches. Antes eran sintéticos, pero ahora se utilizan elementos menos agresivos. En los últimos 15 años se han dado grandes avances en este sentido.

 

Resaltó que los métodos utilizados para el corazón también pueden aplicarse a lesiones pulmonares o diafragmáticas; todo ello debe estar acompañado de una buena atención invasiva, para que el paciente evolucione favorablemente, y así tenga una rehabilitación que asegure su restablecimiento u óptima existencia.

 

 

 

 

Este año el concurso contó con una participación de 160 trabajos, efectuados por médicos residentes de todo el país. El jurado calificador estuvo integrado por un grupo de facultativos de reconocido prestigio en el ámbito de la investigación clínica, designados por la UNAM y la Academia Mexicana de Cirugía.

 

Cabe destacar que la FM y Promeco firmaron en 1998 una carta de compromiso en donde, con diversas acciones, buscan fortalecer el Programa de Apoyo a los Alumnos del Plan Único de Especialidades Médicas.

 

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PIES DE FOTO

 

 

Foto 1

Manuel Rodríguez, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, obtuvo el tercer sitio del Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2003, al proponer técnicas novedosas para atender lesiones cardiacas.

 

 

 

Foto 2

Marco Antonio Ramos García, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, ganó el primer lugar del Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2003, por su trabajo sobre niveles de hierro en la incidencia de infartos.