Boletín UNAM-DGCS-479
Pies de fotos al
final del boletín
RECIBEN UNIVERSITARIOS
PREMIOS AL MEJOR TRABAJO DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA 2003
·
Marco Antonio Ramos García y Manuel
Rodríguez Ortega, egresados de la Facultad de Medicina de la UNAM, obtuvieron
el primero y tercer lugar, respectivamente
·
Lo otorga el laboratorio Boehringer
Ingelheim Promeco, coordinado por la FM y la Academia Mexicana de Cirugía
·
Ramos García descubrió que las
concentraciones de hierro en las arterias, puede aumentar hasta 5.95 veces el
riesgo de sufrir un infarto al miocardio
·
Rodríguez Ortega propuso diversas técnicas
para intervenir en lesiones del corazón
Marco Antonio Ramos García y
Manuel Rodríguez Ortega, egresados de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM,
ganaron respectivamente el primer y tercer Premio al Mejor Trabajo de
Investigación Clínica 2003, que otorga el laboratorio Boehringer Ingelheim
Promeco, bajo la coordinación de la FM y la Academia Mexicana de Cirugía.
Ramos García participó con el
estudio Los niveles de hierro sérico como un factor de riesgo para la
presentación del infarto al miocardio. Un estudio de casos y controles, donde
expuso que este elemento, en dosis o concentraciones altas, acumulado en las
arterias, puede aumentar hasta 5.95 veces el riesgo de sufrir un infarto en el
músculo cardiaco.
Por su parte, Rodríguez Ortega
participó con el trabajo “Experiencias en el manejo de lesiones de corazón por
el cirujano”, donde propone diversas técnicas para intervenir en traumas
cardiacos, un problema de salud pública que afecta a gran parte de la población
económicamente activa.
Marco Antonio Ramos, médico
titular del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional “Siglo XXI”,
reconoció que el hierro es importante en la nutrición, pues se encarga de
niveles de una fracción de glóbulos rojos llamada hemoglobina, sustancia
encargada de llevar oxígeno a todo el cuerpo, además de regresar al pulmón el
bióxido de carbono producido en las células.
No obstante, este metal inicia el proceso de
arteriosclerosis, oxidación o alteración de grasas y lípidos que conduce a su
adhesión en las paredes de los vasos sanguíneos, hasta taparlos e impedir la
circulación. Ello deviene en infartos, accidentes cerebro-vasculares e
insuficiencias en los conductos, alertó.
Incluso, prosiguió, la primera
causa de decesos entre los mexicanos, la diabetes mellitus tipo 2, evoluciona
con esta rigidez de las paredes arteriales, con sus consiguientes
consecuencias. El 80 por ciento de quienes presentan infartos de este tipo,
fallecen.
De ahí la importancia de conocer sus factores de riesgo.
Según la Organización Mundial de la Salud son diabetes, hipertensión, obesidad,
tabaquismo y dislipidemias o alteraciones en la concentración de grasas en la
sangre, como colesterol y triglicéridos.
Ahora, según el descubrimiento
del doctor Ramos García, podría sumarse la presencia excesiva de hierro. Al
respecto explicó que el metal, que se ingiere en carnes y vegetales, contribuye
a los procesos de oxidación de los lípidos de corazón y arterias.
Desde 1976 se detectó el
problema. No obstante, los pacientes corredores o nadadores manifestaron
niveles bajos de hierro sérico (concentraciones de ese elemento). “De ahí se
explica por qué entre quienes hacen ejercicio el riesgo de tener un infarto
disminuye”, aseguró.
No fue sino hasta 1981 cuando
se descubrió que los enfermos con más de 50 años y mujeres menopáusicas
presentaban depósitos más elevados e infartos al miocardio más frecuentes. En
1997 empezó el estudio en personas donadoras de sangre, quienes disminuyeron
los riesgos en un 3 por ciento.
Explicó que el incremento se debe, primero, a la dieta
“rica” en carne roja, grasas y vegetales como las espinacas, que se ingieren en
forma excesiva mediante hamburguesas y comida “chatarra”.
La única forma para disminuir
esos índices es mediante ejercicio o donar sangre. Las mujeres están protegidas
por la menstruación. Sin embargo, alrededor de los 45 años, con la menopausia,
los sangrados disminuyen hasta desaparecer. Entonces comienzan a infartarse igual
o más que los varones. Se requiere un proceso hemorrágico para eliminar las
grandes cantidades de hierro del organismo.
El experto indicó que aún
falta mucho por estudiar. En tanto, hay que controlar o eliminar los otros
factores de riesgo: presión arterial alta, diabetes, tabaquismo, obesidad,
mediante una dieta balanceada, baja en grasas, sales y azúcares.
Dijo que haber obtenido el
premio “es una gran satisfacción como médico, estudiante e investigador.
Significa que el trabajo es de interés, significativo para la sociedad, que
aportó algo nuevo. No he decepcionado a mi Universidad y la seguiré apoyando en
lo académico y asistencial”.
El doctor Ramos continuará con
la investigación. Su deseo es fomentar entre los jóvenes estudiantes de
medicina la docencia y experimentación. México, expresó, necesita con urgencia
crear nuevo conocimiento.
A su vez, Manuel Rodríguez,
médico residente del Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, expuso los
pasos que debe seguir el especialista cuando sospecha que el paciente tiene un
daño de ese tipo: “Viene desglosado, se explican los pasos a seguir para llegar
al diagnóstico preciso o egresarlo si no hay afectación. Muchas veces estas
heridas pasan desapercibidas, de ahí la importancia de saber detectarlas a
tiempo para evitar complicaciones y decesos”.
La mayoría de los hospitalizados son personas que se
desplazan a su lugar de trabajo, escuela o negocio. Muchos jóvenes y adultos
llegan a sufrir contratiempos o agresiones con arma de fuego o punzocortante,
que lesiona órganos, como el referido. Esto tiene serias repercusiones, pues
quedar inválido o lesionado afecta diferentes ámbitos, como el económico, que
repercute en la familia.
A decir del galardonado, la
mayor parte de los traumas son ocasionados por atropellamiento, accidentes
automovilísticos; le siguen las agresiones por terceras personas, que utilizan
cuchillos, armas de fuego, por ejemplo; y posteriormente los accidentados, por
caídas o golpes.
Su investigación estuvo
orientada hacia acciones penetrantes. Se buscó saber “qué tanto puede hacer el
cirujano para reparar estos daños, y lograr que el paciente tenga una mejor
calidad de vida, dado que antes se consideraban las lesiones cardiacas como
mortales”.
Explicó que uno de los
aspectos que deben considerarse para el éxito de una intervención de este tipo
es la atención prehospitalaria, que los afectados lleguen rápido a un centro
especializado donde se pueda tomar una decisión quirúrgica en caso de ser
necesario.
Destacó que en los últimos
años se modificaron estas técnicas quirúrgicas para obtener mayor éxito. Por
ejemplo, se cambiaron materiales, como los parches. Antes eran sintéticos, pero
ahora se utilizan elementos menos agresivos. En los últimos 15 años se han dado
grandes avances en este sentido.
Resaltó que los métodos
utilizados para el corazón también pueden aplicarse a lesiones pulmonares o
diafragmáticas; todo ello debe estar acompañado de una buena atención invasiva,
para que el paciente evolucione favorablemente, y así tenga una rehabilitación
que asegure su restablecimiento u óptima existencia.
Este año el concurso contó con
una participación de 160 trabajos, efectuados por médicos residentes de todo el
país. El jurado calificador estuvo integrado por un grupo de facultativos de reconocido
prestigio en el ámbito de la investigación clínica, designados por la UNAM y la
Academia Mexicana de Cirugía.
Cabe destacar que la FM y
Promeco firmaron en 1998 una carta de compromiso en donde, con diversas
acciones, buscan fortalecer el Programa de Apoyo a los Alumnos del Plan Único
de Especialidades Médicas.
-oOo-
PIES DE FOTO
Foto 1
Manuel Rodríguez,
egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, obtuvo el tercer sitio del
Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2003, al proponer técnicas
novedosas para atender lesiones cardiacas.
Foto 2
Marco Antonio
Ramos García, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, ganó el primer
lugar del Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2003, por su trabajo
sobre niveles de hierro en la incidencia de infartos.