06:00 hrs. Junio 22 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-454

Ciudad Universitaria

 

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SE AGOTA EL MODO DE VIDA AMERICANO, ADVIERTEN ESPECIALISTAS UNIVERSITARIOS

 

·        El sistema basado en el consumismo ya no es viable ni en  Estados Unidos, por los daños al medio ambiente y la salud, señaló Pablo Ruiz Nápoles

·        Tiene efecto en el aumento de la temperatura del planeta, y ello implica modificaciones sobre el clima global

·        Todo se ha convertido en objeto de consumo, como los valores, identidades, sexualidad y prestigios, alertó el profesor Raymundo Mier

 

El “modo de vida americano”, basado en el consumo, ya no es viable ni siquiera en Estados Unidos, pues ha generado daños al medio ambiente y la salud, destacó Pablo Ruiz Nápoles, profesor de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

Explicó que se estima que el promedio de energía requerido por una persona en un país rico es 7.5 veces mayor que la de un individuo en una sociedad pobre. Dicho cálculo, precisó, se refiere a todo lo necesario para vivir con comodidad.

 

“No se puede corregir esa desigualdad al ritmo del gasto actual, porque las reservas se agotarían antes de nivelar los consumos”, precisó en la mesa redonda El consumismo y el american way of life.

 

En otras palabras, el dispendio energético per cápita que significa el “sueño americano” no puede continuar ni se puede generalizar a otros grupos sociales que ahora no gozan de sus beneficios.

 

Este uso tiene efecto en el aumento de la temperatura promedio del planeta, y ello implica modificaciones sobre el clima global, con repercusiones negativas en todas las economías en el futuro, aseguró.

 

Lo cierto, prosiguió, es que están en marcha modelos alternativos, más amables con el medio ambiente. Sólo que su adaptación a la vida cotidiana requiere, sobre todo, de un cambio de mentalidad y ética de la población.

 

Cabe señalar que el consumo, en general, consiste en satisfacer las necesidades humanas, y para la teoría económica contemporánea es el fin último de la actividad productiva y, en consecuencia, a él atienden todas las etapas: fabricación, circulación y distribución de bienes y servicios.

 

A su vez, Raymundo Mier, profesor de la UAM Xochimilco, destacó en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras que desde su conformación, “la perspectiva norteamericana se enfrenta a una contradicción intrínseca: afirmarse con un principio de localidad, de identidad propia y, al mismo tiempo, ser un modelo “universalizante”, capaz de allanar todas las diferencias culturales.

 

Al analizar este momento, se verá que esta forma de vivir tiene una larga historia. No es un fenómeno inscrito a la modernidad tardía, ni producto de la gran revolución tecnológica contemporánea. Toma sus rasgos distintivos de la transfiguración, a partir del siglo XVIII, de los modos de pensamiento y de las formas de ampliación y consolidación de los mercados, entre otros factores.

 

Sin embargo, el tema del consumo –que no es en estricto sentido norteamericano, sino clásico de la antropología y del proceso mismo de civilización– cambia su significado y carácter rector dentro del universo mercantil a partir de la Segunda Guerra Mundial.

 

Se constituye como un momento fundamental del régimen de intercambio, en una condición también primordial de las grandes estructuras políticas; define modos particulares de la llamada sociedad postindustrial y recompone prácticamente en su totalidad el universo de las expectativas individuales y colectivas.

 

Raymundo Mier se preguntó entonces, sobre la compatibilidad de distintos grupos y formas de pensamiento; de cómo se articuló el pluralismo social y económico. “La posibilidad de coexistencia de estos mecanismos está en la transformación de la mentalidad estadounidense, que se basa hoy en la primacía radical de la gestión”.

 

Ella se ha convertido en el eje central de la organización de vida de los habitantes de ese país, al tiempo que mina todas sus capacidades de constituir una alternativa cultural y ha convertido todo en objeto de consumo, como los valores, identidades, sexualidad y prestigios.

 

Esta actividad –compleja, porque involucra en su propia naturaleza dimensiones particulares de subjetividad, deseo, satisfacción, necesidades individuales y formas de vida íntimas– permite la conformación homogénea del “modo de vida norteamericano”, pero en las lógicas de gestión, “referido a la espectacularidad; pues en sí mismo no tiene ningún sentido”, finalizó.

 

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Foto 01

En Estados Unidos todo se ha convertido en objeto de consumo, afirmó Raymundo Mier, profesor de la UAM Xochimilco, al participar en la Semana de la Historia Universal, organizada por la FFyL de la UNAM

 

Foto 02

El modo de vida americano basado en el consumo ya no es viable, afirmó Pablo Ruiz Nápoles, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, durante su participación en la Semana de la Historia Universal, organizada por la FFyL