12:00 hrs. Junio 17 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-443

Ciudad Universitaria

 

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ACADÉMICOS DE LA UNAM BUSCAN SOLUCIONES AL FENÓMENO DEL AMBULANTAJE

 

·        Deben diseñarse estrategias en beneficio de los habitantes de la Ciudad de México señaló Manuel Perló, director del PUEC

·        El sector informal da a las mujeres de escasos recursos una forma de supervivencia: Julia Chávez Carapia, de la ENTS

·        Los comerciantes son un problema para el Bosque de Chapultepec, señaló la investigadora Juliette Bonnafé

 

Comprender mejor el fenómeno del ambulantaje y permitir su transformación a partir del intercambio del conocimiento es la función de la academia, desde donde pueden diseñarse estrategias y soluciones sociales, políticas y urbanas en beneficio de los habitantes de la Ciudad de México, señaló Manuel Perló, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC).

 

El funcionario reconoció que este fenómeno es difícil de abordar debido a la diversidad de actores que lo conforman. De ahí la importancia del Seminario “El ambulantaje en la Ciudad de México: investigaciones recientes”, organizado por el Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA) y el PUEC.

 

No obstante, aseguró, “es fundamental que los investigadores conozcan los nuevos enfoques, la información y los debates que existen sobre el tema, que ha tenido una serie de cambios en los últimos años”, abundó. 

A su vez, Jérome Monnet, director del CEMCA, afirmó que esta actividad no sólo debe identificarse como un objeto social, económico o político específico, sino como una realidad vinculada con las lógicas de organización socioespacial de la metrópoli.

 

Reconoció que su conocimiento es fragmentario: “Se necesita mucho más para que los académicos ofrezcan una teoría o conceptualización útil para el debate público”. De ahí la importancia de reorganizar la reflexión. Al  analizar su morfología se podrá advertir que el ambulante es el cliente, no el vendedor, enfatizó. 

 

“Son todos los servicios a clientes ambulantes y esto permite integrar la heterogeneidad del fenómeno, desde el vendedor de tarjetas telefónicas que ofrece un servicio, hasta los escaparates extendidos de la calle que capturan el flujo de clientes”, argumentó.

 

Por su parte, Julia Chávez Carapia, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), resaltó que el sector informal ofrece a las mujeres de escasos recursos una forma de supervivencia debido a su flexibilidad, horarios de trabajo y porque no exige una especialización.

 

Según un estudio realizado por la especialista, en donde analizó la problemática familiar originada cuando el sector femenino se incorpora a este tipo de comercio, se enfrentan altos riesgos sociales porque esta actividad impide criar a los hijos, lo que conlleva a problemas escolares y de violencia intrafamiliar.

 

Las encuestadas manifestaron que su condición doméstica se ha visto deteriorada al trabajar; sin embargo, su falta de preparación y de habilidades particulares, así como su precaria situación las obliga a tomar este papel, como asienta la investigación “Condiciones de trabajo y de vida de las mujeres vendedoras ambulantes”.

 

En su oportunidad Juliette Bonnafé, del PUEC, presentó la investigación efectuada sobre la informalidad en el Bosque de Chapultepec. A decir de la académica, la presencia de comerciantes en la zona es respuesta al número de visitantes que asisten a este espacio.

 

“Nadie va a comprar o consumir, como en el caso del Centro Histórico, en donde se genera un polo de mercancías tal, que mucha gente lo visita exclusivamente para adquirir. Los visitantes del Bosque perciben esta venta como un servicio secundario y complementario a la recreación”, reconoció.

 

Destacó que ahí existen varios tipos de vendedores: formales, ubicados en locales concesionados; los no autorizados en ese perímetro, pero con permiso de las autoridades; tolerados y aquellos que son expulsados por autoridades.

 

Resaltó que son un problema importante, por razones que van más allá de lo ambiental, del impacto sobre las áreas verdes. En seguridad pública y protección civil, su número bloquea entradas y rutas de acceso; en salud, la dificultad para controlar los productos alimenticios; en imagen y política, las autoridades reportan una permanente situación de tensión y reciben quejas por abusos.

 

Por último, Ruth Pérez López, del CEMCA, presentó un trabajo realizado entre niños y jóvenes en situación de calle y su relación con el comercio informal en algunos puntos de la Ciudad de México.

 

Informó que esos menores se apropiaron de espacios públicos y han desarrollado estrategias de supervivencia para permanecer en ellos. Este sector practica diferentes formas de mendicidad y limpia de parabrisas; sin embargo, también se desempeñan como canasteros, cuida coches, aguadores y diableros.

 

Hay menor participación en acciones tradicionales, como boleros, billeteros y voceadores. Trabajan en lugares menos visibles como las centrales de abasto, mercados, contenedores de basura y estacionamientos públicos, concluyó.

 

 

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Foto 01

Manuel Perló, director del PUEC, dijo que deben diseñarse estrategias y soluciones sociales, políticas y urbanas para el ambulantaje en beneficio de los habitantes de la Ciudad de México.

 

Foto 02

Juliette Bonnafé, del PUEC, presentó los estudios realizados sobre la informalidad en el Bosque de Chapultepec. La presencia de comerciantes en la zona es respuesta al número de visitantes que asisten a este espacio, reveló.

 

Foto 03

Ruth Pérez López, del Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, presentó en la UNAM un trabajo realizado entre niños y jóvenes en situación de calle y su relación con el comercio informal en algunos puntos de la Ciudad de México.

 

Foto 04

Julia Chávez Carapia, de la ENTS de la UNAM, resaltó que el sector informal de la economía ofrece a las mujeres de escasos recursos una forma de supervivencia debido a su flexibilidad, horarios de trabajo y porque no exige una capacitación especializada.