14:00 hrs. Junio 15 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-437

Ciudad Universitaria

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PRESENTAN PROBLEMAS DE INFERTILIDAD MILLONES DE PERSONAS EN MÉXICO

 

·        En la mesa de trabajo “Género y ética en la fertilización asistida”, en el CEIICH, especialistas explicaron que las tecnologías han sustituido procesos como la fecundación

·        La coordinadora, Lorenza Robles Tapia, dijo que los métodos más recurridos son la estimulación ovárica y la inseminación artificial

·        Las innovaciones eliminan contacto físico y coito, condiciones indispensables para la procreación: Javier Flores, de la Facultad de Medicina

 

Entre el 5 y 30 por ciento de la población mundial enfrenta problemas para procrear, según datos de la Organización Mundial de la Salud. En México se calcula que la incidencia podría abarcar de 2.4 a 4.6 millones de personas, aseguró Lorenza Robles Tapia, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

 

Ante ese panorama, añadió la también coordinadora de la mesa de trabajo “Género y ética en la fertilización asistida”, efectuada en esa dependencia universitaria, las tecnologías han sustituido procesos biológicos clave, como la fecundación. No sólo eso; también ha cambiado el número de participantes en el transcurso de reproducción y a la pareja tradicional se suma el donador de óvulos o espermatozoides.

 

Con ello se transforman las relaciones de parentesco y la organización social. “Al modificarse esas formas de asociación, se está en los umbrales de una evolución en las estructuras colectivas basadas en la reproducción”, añadió Javier Flores, profesor de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Medicina.

 

Robles Tapia reveló que en regiones como Europa el 5 por ciento de los nacimientos son resultado de técnicas de germinación asistida. Los métodos más recurridos son la estimulación ovárica y la inseminación artificial, aunque también existen estudios relativos a la selección de sexo, que también se hace en México.

 

Aseguró que quienes que acuden a las clínicas especializadas no son sólo aquellos con problemas de fertilidad, sino jóvenes solas, no emparejadas, que desean procrear. O bien, personas que por causas biopsicosociales no han podido engendrar, o quienes en un momento se esterilizaron –hombres vasectomizados o mujeres con las trompas de Falopio ligadas– y ahora desean reproducirse.

 

También parejas que no quieren descendencia en ese momento, pero sí preservar sus embriones para el futuro, o señoras maduras que dejaron atrás su etapa reproductiva y quieren hijos.

 

La primera y más importante alternativa es la adopción; aunque, no se deja de lado, incluso, recurrir a hierbas medicinales, acupuntura u homeopatía, indicó.

 

La infertilidad, presente en la historia, simboliza “lo seco, lo que no da fruto”. No debe verse como un problema de salud, aunque puede asociarse con el tabaquismo, contaminantes, enfermedades de transmisión sexual, entre otras causas. En contraste, la procreación ha sido un deber ser de la condición femenina. Simboliza el clímax de su existencia, refirió.

 

Para hacer frente a las controversias generadas por los tratamientos de reproducción asistida, la especialista propuso dotar de información a los pacientes, crear grupos y redes de apoyo, incluso por Internet; formar comités interdisciplinarios de bioética o un consejo consultor para analizar los casos y técnicas conforme a cada asunto; investigaciones interdisciplinarias, entre otros. Además, “que sea un derecho y llegue a todas las clases sociales”.

 

Javier Flores expuso que tecnologías como inseminación artificial, fertilización in vitro, transferencias de espermatozoides y preservación de gametos tienen efectos. El primero y más impresionante es la eliminación del contacto físico, del coito, que había sido condición indispensable para la germinación.

 

El también divulgador refirió que el motor de los avances científicos y tecnológicos en este campo es el combate a los diferentes tipos de infertilidad. A cada tipo corresponde una técnica en particular.

 

A finales del siglo pasado y en lo que va del actual surgió la transferencia de citoplasma, en donde se inyecta una porción de esa parte de la célula proveniente de un óvulo donador, en otro de una mujer infértil, añadió.

 

Empero, en esa fracción hay distintos organelos, como la mitocondria, que también contiene ADN. De esa forma, los nuevos seres humanos poseen información genética de tres personas. “Eso involucra problemas éticos. Hasta el año 2000 había reportados 40 niños nacidos con esta técnica”, indicó.

 

Con las nuevas tecnologías, además, se modifica el tiempo reproductivo, la edad fértil. En cualquier época se pueden tener vástagos, reveló.

 

Otra es la clonación. Este proceso consiste en quitar el núcleo a un óvulo, que es sustituido por otro tomado de una célula cualquiera de otra persona, explicó. Luego se produce la división celular, hasta que el blastocisto, o conjunto formado entre 60 y 150 células puede dar lugar a diferentes tejidos especializados: neuronas, células hepáticas, del corazón, entre otras.

 

Esta técnica, en su uso terapéutico, es una posibilidad de atender distintas enfermedades, como el Parkinson, con la ventaja de que los trasplantes serían compatibles, sin problemas de rechazo como ocurre en los procedimientos convencionales.

 

En el caso de la clonación reproductiva, al usarse el ADN del donador, el resultado sería un nuevo ser genéticamente idéntico a él mismo. Sin embargo, afirmó Flores, hasta ahora no se ha reportado el nacimiento de ningún ser humano clonado y pasarán muchos años para que así ocurra.

 

A pesar de que en teoría sería posible lograrlo, ha habido un gran rechazo social. Lo que ahora sí existe son embriones humanos clonados para la producción de células, argumentó.

 

En su modalidad reproductiva no se requeriría del espermatozoide. Se necesita un óvulo y el núcleo de una célula somática. Se entraría “a un escenario donde habría una ausencia de componentes masculinos. Aquí, no sólo el óvulo es modificado al ser desprovisto de su núcleo, sino que no hay fecundación”, adujo.

 

El número de participantes biológicos en el proceso cambia. Puede ser uno solo y hasta tres: la donadora del óvulo, la del núcleo y la madre subrogada, enfatizó.

 

Desde el punto de vista médico y científico, aclaró Javier Flores, hay objeción porque los estudios hechos en animales muestran que su eficiencia es baja. Se crea un número grande de embriones, pero sólo una mínima cantidad tiene éxito. El tiempo de gestación es prolongado y se han encontrado anomalías en el desarrollo fetal, abortos, muerte materna o del recién nacido. Por ello, finalizó, mientras no se logren resolver estos asuntos habrá oposición a su práctica.

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Foto 1

Lorenza Robles Tapia, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, dijo que de 2.4 a 4.6 millones de personas en México tienen problemas para procrear.

 

Foto 2

Javier Flores, profesor del posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, dijo que al modificarse las relaciones de parentesco se transforma a la par la organización social.