06:00 hrs. Junio 8 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-423

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

CRECIMIENTO CONSTANTE DE LA INDUSTRIA DE REFRESCOS Y AGUAS EMBOTELLADAS EN MÉXICO

 

·        Aún cuando la economía nacional ha disminuido en los últimos años, indicó Jesús Sánchez Arciniega, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

·        Sin embargo, los consumidores no se han beneficiado, pues sus precios se mantienen por arriba de la inflación

 

La industria de los refrescos y aguas embotelladas en México mantiene un crecimiento constante aún cuando la economía del país ha disminuido en los últimos años. “No se ve reflejada la situación crítica o de desaceleración que ha presentado el resto de la manufactura en los últimos tres años”, destacó Jesús Sánchez Arciniega, profesor de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

Lo anterior, recalcó, es un claro indicador de que se trata de productos que difícilmente serán desplazados por razones monetarias, pues ya “están incluidos en la canasta de consumo de los mexicanos”.

 

Con tan sólo 2.6 por ciento del total de las compañías de la división de alimentos, bebidas y tabaco, produce el 13.5 por ciento del valor agregado. En ella predominan las medianas y grandes empresas.

 

Las cinco grandes productoras del 95 por ciento del volumen nacional muestran alta rentabilidad, como resultado de una demanda creciente a pesar del estancamiento comercial, expresó en la conferencia Clusters en la industria de refrescos y aguas embotelladas.

 

Si bien los precios a la alza debiesen frenar su compra, ello no sucede. En primer lugar, aseguró, porque hay un serio problema con los acuíferos. La gente prefiere consumir gaseosas por la certeza de que poseen mayor calidad que el agua disponible. En segundo, es uno de los principales energéticos del pueblo mexicano.

 

Asimismo, dijo que las fusiones y compras de empresas regionales por parte de los dos grandes consorcios o holdings internacionales, han impulsado la productividad, aunque la inversión, especialmente la extranjera, no ha sido un detonador del rendimiento sino de los costes de venta al público y de sus insumos.

 

En la Sala Multimedia Octaviano Campos Salas de la FE, precisó que aunque crece su índice de rendimiento, la ocupación cayó 9.6 por ciento al pasar de 624 mil trabajadores en 1994 a 564 en el 2001. Por su crecimiento, señaló, podría esperarse que la participación foránea se elevara, pero sólo lo hizo en 2001. Ello significa, advirtió, “que con sus propias utilidades adquieren nuestras empresas”.

 

Sin embargo, las fusiones y la mayor productividad no benefician a los consumidores, reveló, pues a partir de 1995 los precios de refrescos y aguas embotelladas han sido más dinámicos que el Índice Nacional de Precios al Consumidor, y se han mantenido por arriba de la inflación.

 

Respecto del comercio exterior, indicó que “las transacciones con el resto del mundo son pequeñas”. En promedio, representan 128 millones de dólares anuales, entre compras y ventas. Nuestro principal cliente y abastecedor es Estados Unidos.

 

Finalmente, Sánchez Arciniega hizo una serie de recomendaciones, como hacer alianzas para beneficiar en términos netos a los mexicanos, a través de la estricta vigilancia de la Comisión Federal de Competencia, para que no sean sólo dos las industrias que monopolicen el mercado.

 

Asimismo, estudiar con mayor rigor la situación financiera de este mercado; agilizar la dotación de agua potable a las comunidades rurales y mantener una estricta vigilancia respecto de la contaminación de los mantos acuíferos y líquidos superficiales.

 

Una de las principales causas que explican ese consumo es precisamente, la falta del recurso hídrico en ciertas regiones. Finalmente, brindar mayor educación sobre los perjuicios que conlleva ingerir estos productos, concluyó.

 

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Foto 01

Jesús Sánchez Arciniega, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, reveló que la industria de los refrescos y aguas embotelladas en México mantiene un crecimiento constante, pese a que ha disminuido la economía del país en los últimos años.

 

Foto 02

El crecimiento y mayor productividad de las refresqueras no benefician a los consumidores, reveló el economista universitario Jesús Sánchez Arciniega, pues los precios de sus productos se han mantenido por arriba de la inflación.