06:00 hrs. Mayo 30 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-403

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

 

RECOMIENDAN A LA INDUSTRIA DEL VESTIDO AGRUPARSE PARA VENDER

 

·        En México pueden hacerlo las empresas integradoras que otorgan servicios especializados a las razones sociales asociadas, sin perder su autonomía económica ni de gestión

·        Consideró Isabel Rueda Peiro, del IIEc

·        Su utilidad fue en 1993 de 0.35 por ciento, y en 1998 de 0.31, destacó María Antonieta Martín, de la FCyA

 

Agruparse para vender es una de las alternativas para que la industria del vestido repunte. “Este ha sido el gran éxito de los llamados consorcios italianos, de donde el gobierno mexicano tomó la figura de empresa integradora”, señaló Isabel Rueda Peiro, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

La especialista universitaria dictó la conferencia La industria de la confección en México en tiempos de crisis y globalización, en el Auditorio Ricardo Torres Gaitán de la Torre II de Humanidades.

 

Dichas corporaciones, explicó, otorgan servicios especializados como comercializar la producción, comprar materias primas o maquinaria, o capacitar a la fuerza de trabajo, entre otros, a las razones sociales asociadas, sin que ellas pierdan su autonomía económica ni de gestión.

 

En China, por ejemplo, el ascenso de las exportaciones se basó en pasar de fabricar prendas con insumos nacionales, como telas, adornos, botones o hilos,  para después diseñar –en toda la etapa productiva es la que mayor valor agregado ofrece, y es donde está la fuerza de trabajo más calificada– y suministrar marcas propias.

 

Los mismos empresarios señalan que el crecimiento “consiste en superar la mera elaboración de artículos diseñados por las compañías líderes, que se encargan también de vender el producto”, refirió.

 

Al respecto, María Antonieta Martín, de la Facultad de Contaduría y Administración, en la conferencia Salarios mínimos y costos laborales en la industria del vestido en México, analizó datos del sector ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.

 

El número de trabajadores se duplicó de 1993 –antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte– a 1998. En el primer año mencionado se registraron 200 mil 612 y en el segundo 457 mil 101 sujetos. Si a principios de esa década por cada trabajador hombre había tres empleadas, a finales era de un varón por dos mujeres.

 

Sin embargo, las remuneraciones en 1993, en salarios y prestaciones, fueron de dos mil 129 millones de pesos aproximadamente contra 10 mil 274 millones de pesos en 1998. Si se divide el número total de asalariados entre la cantidad por los salarios, se obtiene un promedio de entre dos y 2.5 salarios mínimos y eso, dijo, sólo en las maquiladoras, pero debería tomarse en cuenta a los grupos informales, que no tienen seguridad social, por ejemplo.

 

Además, el Estado no recauda Impuesto sobre la Renta con ese nivel. Debe considerarse que los patrones aportan un 37 por ciento más, por cuotas al Infonavit, Fondo de Retiro, pago al Instituto Mexicano del Seguro Social y, en su caso, impuesto local sobre nóminas, aseveró en el Foro Retos y alternativas de la industria del vestido en México.

 

Por otra parte, indicó, la utilidad de esta industria fue en 1993 de 0.35 por ciento, y en 1998 de 0.31; por eso, muchos empresarios meten su dinero al banco, que da el uno por ciento anual, sin arriesgar el capital.

 

En esas condiciones, preguntó María Antonieta Martín, ¿cómo va a competir el industrial nacional con una maquiladora que trae maquinaria casi nueva, financiamientos bajos y gran capital?

 

Ante este panorama, insistió, el gobierno, empresarios y académicos deben repensar las políticas de México y apoyar a los empleadores mexicanos para que obtengan créditos con el fin de modernizar sus equipos, capacitar a sus empleados y no fincar el desarrollo de un país en las manufacturas para ensamblaje.

 

Se nos olvida que un país sin industria no tiene futuro. “Si seguimos como hasta ahora, la actual política económica no prosperará”, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

Foto 01

 

Isabel Rueda, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, recomendó a la industria del vestido agruparse para vender. Este ha sido el gran éxito de los llamados consorcios italianos, de donde el gobierno mexicano tomó la figura de empresa integradora.

 

 

Foto 02

 

María Antonieta Martín Granados, de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, destacó que gobierno, empresarios y académicos deben repensar las políticas de México y apoyar a los empleadores mexicanos para que obtengan créditos; sólo así podrán competir.