06:00 hrs. Mayo 23 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-385

Ciudad Universitaria

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PODRÍA PROVOCAR INESTABILIDAD MUNDIAL LA LUCHA DE EU POR MANTENER SU PODER HEGEMÓNICO

 

·        Alma Chapoy Bonifaz, del IIEc, confirmó que el mercado de ese país continúa, por mucho, como el mayor del mundo en términos de producción y comercio

·        En los últimos 20 ó 30 años se ha visto una incapacidad creciente del capital para incorporar productivamente, y de una manera creciente y masiva, a la fuerza de trabajo del planeta: Eugenia Correa, de la FE

 

Provocará inestabilidad económica la lucha de Estados Unidos por mantener su poder hegemónico en el ámbito mundial, ante el surgimiento de otros posibles centros de poder, especialmente comercial, financiera y cambiaria, advirtió Alma Chapoy Bonifaz, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

Al participar en la conferencia “El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos”, dijo que el mercado de ese país sigue siendo, por mucho, el mayor del planeta en términos de producción y comercio.

 

En los años 90 alcanzó altos niveles de crecimiento, a lo que se suma que sus instituciones financieras son las más desarrolladas y tienen la mayor liquidez en el orbe.

 

A pesar de ello y de los buenos resultados recientes, los déficit fiscal y comercial de la Unión Americana constituyen un serio problema para esa nación en particular, y para la economía global.

 

Refirió que al iniciarse los años setenta Norteamérica era el mayor acreedor del planeta. Pero las constantes pérdidas erosionaron de forma gradual su posición y la hicieron la mayor deudora del mundo.

 

Los déficit provocaron una deuda externa cercana a los dos billones de dólares. Ello representa más del 20 por ciento del Producto Interno Bruto estadounidense y se pronostica que podría llegar a 40 por ciento en 2007.

 

Chapoy Bonifaz resaltó que en el siglo XXI la Unión Europea ampliada, China en ascenso, Rusia, Japón e incluso India pueden convertirse en centros de poder, con la suficiente fuerza para constituir un factor de equilibrio. Ello evitaría la unipolaridad, el peor escenario para todo tipo de relaciones internacionales y no sólo las económicas.

 

No sólo es deseable incorporar a esos nuevos actores, a fin de combatir la extrema desigualdad en el trato entre sociedades, es indispensable garantizar a los países subdesarrollados, emergentes y en transición, una equitativa participación en la toma de decisiones.

 

Ello permitiría que el mundo no esté sometido a los intereses y designios de un gobierno hegemónico, lo que ocasiona crisis, desequilibrios, perturbaciones e intervenciones mediante guerras o derrocamiento de dirigentes locales.

 

Indicó que Estados Unidos debe dejar de ser un predador económico global y acoplar sus propios beneficios con el avance de otras regiones, integrar a los nuevos poderes en las estructuras diplomáticas existentes, aceptar a controlar la riqueza del planeta conjuntamente e idear técnicas de cooperación constructiva.

 

No obstante, añadió, lo más probable es que nuestro vecino del norte recurra a acciones desesperadas y más agresivas para retener su posición financiera, como demuestran las recientes confrontaciones con Afganistán e Irak, y las amenazas contra Irán, Cuba, Corea del Norte y otros Estados.

 

La investigadora universitaria subrayó que en EEUU se genera el 25 por ciento de la producción total y gran parte del comercio internacional. En la actualidad esa nación está creciendo más rápidamente que la mayoría de sus socios comerciales.

 

Además, el grueso de las materias primas, incluyendo el petróleo, se cotiza en dólares; 65 por ciento de las reservas monetarias están en esa moneda, y alrededor del 50 por ciento de los dólares en circulación están fuera de EU.

 

Por su parte, Eugenia Correa, profesora del posgrado de la Facultad de Economía, subrayó que el sistema financiero unipolar que se ha venido organizando en torno al dólar en los últimos 20 o 30 años, se ha cimentado en la conflictiva y confrontada consolidación de esa hegemonía, a través de los conglomerados estadounidenses.

 

Se han dado choques importantes entre Japón, los emporios europeos y se dan visos que en el plano bursátil “podemos encontrar fracturas. No hay necesariamente una posición solidificada, y en los próximos años podría esperarse que esa lucha continúe y se empiece a vivir un mundo unipolar en transición”.

 

La economista aseveró que en los últimos 20 o 30 años, pero sobre todo en la última década,  se ha visto una incapacidad creciente del capital para incorporar productivamente y de una manera creciente y masiva, a la fuerza de trabajo de todo el globo. Sería un límite fundamental en su propia reproducción, lo que estaría haciendo una sociedad cada vez más frágil y volátil.

 

En su oportunidad, Roberto Castañeda, también investigador del IIEc, subrayó que Estados Unidos tiene el aparato militar más poderoso de la Tierra. No obstante, ello no significa que tenga la capacidad de convencimiento, interpretación y menos la habilidad para sacar al planeta del atolladero en que se encuentra.

 

“La humanidad se ha ido perdiendo a sí misma conforme los objetos producidos adquieren vida y nos dan instrucciones y órdenes, y nos dicen por dónde debemos seguir buscando en las calles oscuras”, concluyó.

 

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Foto B06

Eugenia Correa y Roberto Castañeda, ambos del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, durante la  conferencia “El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos”.

 

 

Foto B07

Alma Chapoy, Jorge Veraza, Eugenia Correa y Roberto Castañeda durante la  conferencia “El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos”, efectuada en el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.