Boletín UNAM-DGCS-380
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
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Si
no hay show de por medio, no hay rating, y la noticia ya no es
información, sino espectáculo: Florence Toussaint, de la FCPyS
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Mayté Noriega expuso que en los medios
electrónicos, las violaciones a la ley dejaron de ser una audacia de
conductores o actores
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Los contenidos de los programas han
participado en un cambio cultural retrógrado, consideró el catedrático
universitario Carlos Ramos Padilla
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Concluyó el Seminario Ética, responsabilidad
y medios electrónicos en la Casa Universitaria del Libro
El rating no tiene ética, ni
responsabilidad, y los medios que se escudan en éste para violar las normas que
nos rigen como sociedad, hacen que el tejido social de México, de por sí
lastimado, acabe de romperse, y nos convierten a todos en espectadores de
nuestra propia debacle, afirmó Florence Toussaint profesora de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Al participar en la última
mesa del Seminario Ética, responsabilidad y medios electrónicos, la
especialista apuntó que en el país se ha dejado avanzar el proceso de
espectacularidad, que ha arrasado con todo, y no se han puesto límites legales
ni éticos.
Toussaint afirmó que “si no hay show de por medio, no hay rating y la
noticia ya no es información, sino
espectáculo, elaborado a costa de políticos corruptos, muertos,
decapitados y hasta de pleitos de comadres”.
Así, abundó, los lineamientos
morales que rigen la difusión de programas tienen que ver, en primer lugar, que
éstos sean aceptados por el público y por los anunciantes, según la medición de
la audiencia. “No importan los principios, sino los resultados, y a partir de
esto se conforman conductas que
constituyen los patrones éticos y de responsabilidad de los medios”.
En mesa El rating… ¿cueste lo
que cueste?, moderada por Gustavo Rentería, de Radio Fórmula, la especialista
opinó que en México, aunque existen leyes que determinan el comportamiento de
los medios, éstos las ignoran con frecuencia, y si se les llama la atención contestan con un llamado a la
defensa de la libertad de expresión para responder a sus críticos.
Explicó que el rating es una
muestra que no representa a toda la sociedad mexicana, pues es el resultado de
una medición de aparatos encendidos en un tiempo y durante un programa, cuyo
puntaje refiere cientos o miles de personas que se convierten en espectadores.
Sin embargo, continuó, pasó a
ser un elemento fundamental de decisión. Así, se volvió importante como
justificación ante los críticos y las autoridades de la puesta al aire de
ciertos programas. Además, indicó que los concesionarios justifican las
transmisiones con la frase “la audiencia lo pide” para enfrentar la censura.
En tanto, Mayté Noriega,
conductora productora de PCTV, dijo que en los medios electrónicos, las
violaciones a la ley dejaron de ser una audacia de conductores o actores porque
no se vigila su observancia y cumplimiento. “Ya nadie sanciona. Se puede decir
todo y de la peor manera porque el rating así lo exige”.
Los analistas de las
televisoras han detectado que el empleo reiterado de “malas palabras” y de
albures aumenta la audiencia, por ello, hasta en los noticiarios se alienta el
uso del doble sentido o las ofensas. “La ‘frescura’, la espontaneidad que da la
falta de pudor y la ignorancia, tienen receptores”.
Noriega expuso que la
“desnudez” intelectual, ingenuidad, oportunismo y falta de oficio han hecho que
la popularidad de los personajes de la política más “notorios” acaparen las
pantallas de los noticiarios. “Asistimos a la desintegración del país, al
desprecio de la cultura y sus manifestaciones”.
En los medios, sentenció, hace
falta responsabilidad, o sea, responder ante alguien. Sin embargo, ellos no lo
hacen sino ante sus propios intereses y se han convertido en fines, sobre todo,
para detentar dinero.
Nicolás Alvarado, director
general de la revista El Huevo y conductor del programa “Suave es la noche”, de
Canal 22, expuso que no es posible producir radio ni televisión a
contracorriente del mercado. Si no hay anuncios ni quien subvencione los costos
operativos de canales privados no hay contenidos, ni buenos ni malos. Por ello
se impone una solución de compromiso: adecuar los programas a la lógica
mercantil.
El público, por lo general,
busca diversión gratuita e instantánea. Pero tal hecho no se contrapone con la
buena televisión y al buen radio. Conservando las formas de “seducción”, de
espectacularidad, es tiempo de devolver a las transmisiones el papel que les
corresponde en las transformaciones culturales y psicológicas de nuestros
tiempos. Deben ser inteligentes, formativos, atractivos, exitosos y rentables,
refirió.
El rating “cueste lo que
cueste” es el camino para hacer la peor televisión; pero tampoco se trata de
hacer “arte y cultura hasta la sepultura”. Lo mejor, dijo, es pagar el precio
justo: el de la creatividad, basada en la innovación y el compromiso, con ayuda
de profesionales, quienes, empero, no existen sino a cuentagotas.
Antes, en la mesa Medios
electrónicos ¿informan o deforman?, Carlos Ramos Padilla, catedrático
universitario, columnista y conductor de "En la noticia" de ABC
Radio, afirmó que los contenidos de los programas de los medios electrónicos
han participado, y de forma grave, en la deformación y en un cambio cultural
retrógrado, con estímulos a la agresión y ámbitos nocivos que empañan al
civismo y deterioran el lenguaje. Además, han permitido una deformación de la
realidad, la cual no sólo transmiten, sino que, en ocasiones, producen.
Señaló que en México, "alguien"
nos hizo creer que la alternancia y la democracia nos permitirían superarnos
como nación y se nos ofreció más y mejor libertad de expresión.
No obstante, entre una
política entrampada en pleitos y una sociedad confundida, estancada, irritada y
apática se hallan los medios electrónicos, donde se litigan los asuntos más
graves y controvertidos del país.
Abundó que en la actualidad se
permite que se violenten los más elementales articulados que rigen a aquellos
en la Ley Federal de Radio y TV. Así sucede cuando los comunicadores son
sujetos a sanción, y los medios a condicionantes comerciales o de concesión.
Los medios electrónicos,
finalizó, "estamos para servir, informar, orientar, entretener y divulgar.
Sin embargo, la propia realidad lleva a reflexionar si, en especial, los
espacios noticiosos informan o deforman".
En tanto, Tere Vale,
conductora en Radio Fórmula y catedrática, opinó que el avance de los medios de
comunicación y su influencia en la sociedad mexicana ha representado un
retroceso democrático para nuestro país.
Ellos y los líderes de
opinión, de cierta manera, "pensamos que tenemos la ley en la mano.
Determinamos los índices de popularidad y jerarquizamos los temas. Por eso habría
que reflexionar si tales 'decididores' de la realidad nacional hacen un trabajo
responsable y serio", indicó.
Para el político, sostuvo la
experta, la comunicación y la imagen son dos elementos fundamentales de
estrategia, más aún que tomar buenas decisiones. En ese sentido, lo más
importante es cómo se comunica lo que se hace, aunque lo realizado no tenga la
suficiente sustancia.
Eso ha generado una enorme
indiferencia cívica. "Estamos saturados de información tratada de manera
escandalosa o superficial. Todo se decide en el ágora electrónico, ya no existe
la plaza pública y está desvirtuado cualquier espacio de convivencia para la
reflexión", aseguró.
En ese sentido, agregó, los
medios son generadores de alienación y el único poder sin contrapoder o
contrapeso. Pueden despolitizar e inmovilizar, lo cual debe hacer pensar, sobre
todo a los profesionales del área, acerca del tipo de periodismo que desean
desarrollar. La aspiración es que sea cívico, crítico y responsable,
inteligente, reflexivo, comprometido y despertador de conciencias.
Jorge Lumbreras, catedrático
de la FCPyS y comentarista político refirió que las sociedades de la
información han construido una segunda naturaleza para percibir lo que ocurre
en el entorno. Eso lleva a pensar que en el siglo XXI asistimos a una nueva
invención de la política, que pasa por los medios de comunicación, donde se
define la agenda de discusión pública. Ellos son la mediación entre realidad y
percepción.
Se ha construido una política
mediática, del marketing y la ficción. Pero esa no sirve para resolver los
problemas, sobre todo en sociedades como la nuestra, donde la mitad de la
población vive en condiciones de pobreza y las contradicciones sociales y
estructurales se aceleran de forma expansiva y profunda. Por ello, los medios y
políticos se equivocan al comprometer su trayectoria y capacidades en la farsa
de la imagen, argumentó.
Sin la construcción de una
radio y televisión públicas, sin una democratización profunda en México, los
riesgos exponenciales son, no sólo para procesar el conflicto social, sino para
tener patrones mínimos de estabilidad y desarrollo, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Gustavo Rentería,
Mayté Noriega, Florence Toussaint y
Nicolás Alvarado, durante su participación en el Seminario Ética,
responsabilidad y medios electrónicos.
FOTO 2
Aspecto de la
mesa “Medios electrónicos... ¿informan o deforman?”, en donde intervinieron
Irene Moreno, Jorge Lumbreras, Tere Vale y Carlos Ramos Padilla.