15:00 hrs. Mayo 19 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-373

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

INDISPENSABLE, UN OMBUDSMAN DE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS

 

·        En México, es necesario revisar a fondo el régimen de relación entre la política y los medios electrónicos, e impulsar una reforma integral en materia mediática: Rolando Cordera

·        Se realiza el segundo día de trabajos del Seminario Ética, responsabilidad y medios electrónicos, que organizan la UNAM y la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión

 

Para avanzar en la reforma del Estado mexicano en materia de comunicación y construir una nueva política nacional en el área, se debe crear la figura del ombudsman, el cual analice imparcialmente los conflictos de intereses que se dan en ese terreno, así como en la acción y transformación de la estructura informativa en el plano legislativo, político y académico.

 

Así se señaló durante la realización de la mesa ¿Se requiere un ombudsman para los medios electrónicos de comunicación?, en el marco del Seminario Ética, responsabilidad y medios electrónicos, organizado por la UNAM y la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).

 

Al respecto, Ernesto Villanueva, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, consideró que cada medio de comunicación electrónico mexicano debe tener un defensor de la audiencia, ya que no basta con poseer un código de ética que no se cumple.

 

Esa norma se elabora por la voluntad de los integrantes del medio, permisionarios y periodistas. Se trata, dijo, de reglas de obligado cumplimiento, voluntariamente asumidas para mostrar su responsabilidad social frente al público e, incluso, las relaciones internas.

 

Empero, si no va acompañado de un administrador, de un defensor, de un ombudsman, “lo que se tiene en realidad es una figura decorativa”, sostuvo el especialista.

 

Por esa razón es importante que la audiencia cuente con un vigilante, le garantizará al público la posibilidad de verificar que el nivel de compromiso del medio con la sociedad, y lo establecido en su código de ética, transitan por un mismo sendero.

 

Mencionó que tenemos una gran libertad de información y de expresión, pero también se requiere calidad y responsabilidad frente a la ciudadanía. Ante tal panorama, los mecanismos de autorregulación son herramientas de auto-contención que enriquecen el contenido informativo, aumentan el derecho a saber y logran mejorar la credibilidad de los medios electrónicos.

 

Por su parte, Feliciano Hernández Sánchez, académico de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Aragón, explicó que el ombudsman debe ser un representante, mediador, protector, mandatario del pueblo que corrige los actos de gobernantes y de la justicia.

 

El también secretario técnico de la carrera de Comunicación y periodismo, recordó que en México, en 1999, surgió un defensor de lectores en algunos medios impresos, personaje con independencia y dotado de autonomía, cuya función era hacer propuestas, aclarar y representar al consumidor ante la redacción.

 

En tanto, señaló, los atributos de una figura de este tipo en medios electrónicos se cifrarían en recibir las quejas de televidentes y radioescuchas que hayan sido tratados injustamente; vigilar los trabajos publicados de acuerdo con los códigos de ética; canalizar las observaciones de la audiencia y tener un espacio al aire para estas aclaraciones, entre otras funciones.

 

Los medios seguirán difundiendo en las distintas esferas del conocimiento humano, pero deben tener responsabilidad social, finalizó Hernández Sánchez.

 

En su oportunidad, Manuel Quijano Torres, jefe de la División de Educación Continua y Vinculación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, opinó que es necesario un ombudsman para proteger y defender a la audiencia con base en usos y costumbres en tiempo y lugares específicos, lenguajes y acentos, que resguarde el “buen gusto”, la moral, respeto y honorabilidad.

 

Sin embargo, el también comentarista de ABC Radio, abundó que en una sociedad multi y pluricultural como la mexicana, la creación de esa figura presenta varios problemas, por ejemplo, el gran número de estaciones de radio y televisión que transmiten en todo el país.

 

Luego de mencionar la conveniencia de que, además, exista un personaje para defender a los medios y a los periodistas, recordó que el artículo 7º de la Constitución no está reglamentado y, en consecuencia, el público no está protegido en relación con los medios electrónicos. Hasta ahora no ha habido preocupación por acotar el poder de las grandes transnacionales económicas.

 

El Estado vigilante de la “política formal”

Antes, el economista Rolando Cordera, al dictar una conferencia magistral, expresó que en México es necesario revisar a fondo el régimen de relación entre la política y los medios electrónicos, e impulsar una reforma integral en materia mediática.

 

Consideró que los partidos políticos se han convertido  en uno de los principales vehículos de transmisión de recursos públicos a empresas privadas, a través de campañas electorales en los medios electrónicos.

 

Al respecto, precisó que debemos defender a fondo el financiamiento público, pero no admitir que so pretexto de éste y de la promoción de la democracia, cada tres años se contribuya a que las corporaciones de comunicación masiva tengan mejores estados financieros.

 

El profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, aseveró que  si pasamos a un régimen de financiamiento político, de lo público a lo privado, lo que tendremos será diputados y senadores de empresas.

 

Desde su óptica, existe  un problema real no resuelto en la relación entre el dinero y la política, el cual llevó a los antiguos consejeros del Instituto Federal Electoral a plantearse la necesidad de avanzar en el tema de la fiscalización de los fondos públicos que se usan para las contiendas electorales.

 

Frente a ello, indicó que sin abordar con amplitud y franqueza el tema del dinero, el sistema político se aproxima peligrosamente a una arena donde la disputa por el  poder se va a ver teñida y sometida por los intereses de hecho, que pueden ser legales, pero también criminales,  que dan cuerpo a la sociedad económica mexicana de hoy.

 

Aseveró que  la práctica democrática aceptó con sorprendente rapidez y facilidad el estilo americano de hacer elecciones y comunicación de masas para fines electorales, por lo que hoy tiene que asumir que ese estilo tiene límites y costos que un país como México no puede afrontar, sin el riesgo inminente de caer en las versiones  grotescas del espectáculo estadounidense

 

Por ello, opinó que sin “amarres eficientes”  en el poder judicial  y sin controles mínimos sobre las decisiones  que en la materia tomen las empresas mediáticas, el despliegue del poder concentrado en la gran corporación, no encontrará diques ni cauces coherentes con el propósito original y primordial, que es la construcción de un orden democrático, que dependa de la  confianza y credibilidad que pueda despertar entre los ciudadanos.

 

“O el Estado se hace cargo de la organización y vigilancia de la política formal, de la enorme dificultad de la relación entre dinero y política, y se las arregla para construir mecanismos de fiscalización eficaces y métodos de juicio oportunos, o esta actividad  se deslizará a la compra y venta de protección, donde los involucrados se verán en el papel de intermediarios y operadores del sistema económico”, advirtió.

 

La sociedad, añadió, se quedará sin mediaciones ni recursos institucionales para poner coto a los abusos que son inherentes al ejercicio del poder y  el país entrará  a una fase de irrefrenable trasiego de montos públicos a manos privadas.

 

Por otro lado, expresó que necesitamos leyes federales, e incluso pensar en revisar la Constitución misma, para regular a los medios, que dé lugar a un sistema de comunicación social del que México carece: “Hay que pensar en  una reforma integral en el sistema de medios, en la reivindicación de que sean públicos y estatales y no privados.”

 

Señaló que en nuestro país ha habido una serie de propuestas para establecer un Código de Ética y una Ley de Medios, pero ésta última ha sido sistemáticamente rechazada  por las empresas.

 

Se planteó también el papel de sus trabajadores y se propuso un nuevo estatuto u ordenamiento que asegure sus derechos, por el interés público de hacer posible la comunicación y la transmisión.

 

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Foto 01

Rolando Cordera expresó durante el Seminario Ética, responsabilidad y medios electrónicos, que es necesario revisar a fondo el régimen de relación entre la política y los medios electrónicos, e impulsar una reforma integral en materia mediática.

 

Foto 02

Ernesto Villanueva, Feliciano Hernández y Manuel Quijano participaron en el segundo día de actividades del Seminario Ética, responsabilidad y medios electrónicos, organizado por la UNAM y la ANPERT.