06:00 hrs. Mayo 16 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-361

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

COBERTURA SOCIAL, PRINCIPAL RETO DEL SECTOR TELECOMUNICACIONES: FERNANDO BUTLER

 

·        El académico de la Facultad de Economía dijo que sin servicio telefónico, no hay acceso a la sociedad de la información

·        Mientras en Estados Unidos se registran 62 líneas fijas por cada 100 habitantes, en México hay 14

 

 

México necesita que en los próximos 10 ó 15 años el sector telecomunicaciones proporcione servicios telefónicos al 98 por ciento de la población rural y al 55 de la urbana; de otra forma “no habrá acceso a la sociedad de la información”, aseguró Fernando Butler Silva, académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.

 

Sin esa expansión se condena a que una parte  de los mexicanos  vivan segregados y marginados, sentenció en la conferencia Microeconomía, regulación y telecomunicaciones, realizada en la propia dependencia.

 

Dijo que es desigual poner a competir en el mercado laboral a jóvenes indígenas que habitan en el campo, o a los habitantes citadinos de bajos ingresos, quienes no tienen ni línea telefónica ni mucho menos Internet.

 

El ex director de Estudios Económicos y Regulatorios en la Comisión Federal de Telecomunicaciones afirmó que para atender a toda la ciudadanía se requieren, por lo menos, cinco mil millones de dólares.

 

En México hay pocos aparatos de comunicación, que son la plataforma tecnológica para introducir Internet, video y otros servicios. Mientras en Estados Unidos se presenta una teledensidad superior al 62 por ciento (62 líneas telefónicas fijas por cada 100 habitantes); en España, de 38, y en Chile de 25, “nuestro país tiene 14, promedio inferior, incluso, al de naciones de desarrollo económico similar y social al nuestro”. Este rezago, advirtió, debe superarse.

 

El especialista recordó que este sector experimentó un fuerte cambio estructural en los últimos años. En 1990 –cuando había poco más de 5 líneas por cada 100 habitantes– se privatizó Teléfonos de México (Telmex).

 

También se registró un importante programa de ajuste en las tarifas; la apertura en 1997 a la competencia del servicio de larga distancia y local, con la llegada de empresas como Avantel y Alestra, representantes de grupos financieros extranjeros; la introducción de los sistemas de prepago y la modalidad “el que llama paga” en telefonía celular.

 

El objetivo de estas acciones fue la expansión de la cobertura social, es decir, propiciar que un mayor número de mexicanos tuviera acceso a estos servicios, opinó.

 

Butler Silva expuso que 77 por ciento de los usuarios de Telmex sólo paga renta básica y realiza menos de 100 llamadas al mes. El resto desembolsa el costo del servicio medido, situación que explica con mucho la rentabilidad de la empresa.

 

Ella posee alrededor del 70 por ciento de las líneas de larga distancia y 96 por ciento de las locales, es decir, apenas el 4 por ciento ha sido absorbido por la expansión de Axtel, Avantel y Alestra, que ofrecen servicios a corporativos, pero no contribuyen con ingresos a aumentar la infraestructura.

 

En telecomunicaciones, explicó el universitario, se cubren todos los mercados. Lo mismo se llega a zonas como Santa Fe y las Lomas que a Chalco o Chimalhuacán. Pero, el volumen de tráfico que se cobra mediante servicio medido en puntos como San Ángel, financia implícitamente a las de escasos recursos, que sólo tienen renta básica.

Este mecanismo de subsidio implícito cruzado permite, mediante el excedente, mantener precios menores a las que habría en otras condiciones. Así, si Telmex perdiera a sus clientes de Polanco o el Pedregal, debido a una medida agresiva en tarifas o al fuerte crecimiento de los consorcios rivales, su costo tendría que subir en los centros populares.

 

Mucha de la conectividad se logra por la telefonía celular. Al momento de la privatización, en 1990, había 64 mil líneas; para 2001 ya había 27 millones. Su alza ha sido superior a la local fija. En 1998 el programa “el que llama paga” disparó masivamente su volumen de tráfico en el país.

 

En contraste, la “densidad fija” es un problema para el país, pues las líneas no se distribuyen de forma homogénea. La inversión, lo mismo que la cobertura, se hallan concentradas en el DF, que tiene una teledensidad similar a la de España.

 

La disponibilidad cobertura en áreas urbanas es del 42 o 44 por ciento, pero en hogares rurales no supera el 2 por ciento. Así, la fuerte asimetría regional debe ser corregida.

 

En el lapso de 1990 a la fecha, este sector pasó del 0.2 a más del 2 por ciento del Producto Interno Bruto. La cobertura mejoró, elevándose el número de poblaciones con servicio telefónico, de 7 mil a 51 mil, de las 180 mil que existen –faltan rancherías con un promedio de menos de 100 habitantes–, aunque la mayoría lo tienen a través de casetas, no en los domicilios, finalizó Butler.

 

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FOTO 01

En los próximos diez o 15 años el sector telecomunicaciones del país enfrentará problemas con su cobertura social, señaló el académico de la Facultad de Economía de la UNAM, Fernando Butler Silva, en la conferencia Microeconomía, regulación y telecomunicaciones.

 

FOTO 02

Al dictar la conferencia Microeconomía, regulación y telecomunicaciones, el académico de la Facultad de Economía de la UNAM, Fernando Butler Silva, advirtió que sin acceso al servicio telefónico la población no podrá entrar a la sociedad de la información.