Boletín UNAM-DGCS-361
Ciudad Universitaria
·
El académico de la
Facultad de Economía dijo que sin servicio telefónico, no hay acceso a la
sociedad de la información
·
Mientras en Estados Unidos
se registran 62 líneas fijas por cada 100 habitantes, en México hay 14
México necesita que en los
próximos 10 ó 15 años el sector telecomunicaciones proporcione servicios
telefónicos al 98 por ciento de la población rural y al 55 de la urbana; de
otra forma “no habrá acceso a la sociedad de la información”, aseguró Fernando
Butler Silva, académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
Sin esa expansión se condena a
que una parte de los mexicanos vivan segregados y marginados, sentenció en
la conferencia Microeconomía, regulación y telecomunicaciones, realizada en la
propia dependencia.
Dijo que es desigual poner a
competir en el mercado laboral a jóvenes indígenas que habitan en el campo, o a
los habitantes citadinos de bajos ingresos, quienes no tienen ni línea
telefónica ni mucho menos Internet.
El ex director de Estudios
Económicos y Regulatorios en la Comisión Federal de Telecomunicaciones afirmó
que para atender a toda la ciudadanía se requieren, por lo menos, cinco mil
millones de dólares.
En México hay pocos
aparatos de comunicación, que son la plataforma tecnológica para introducir
Internet, video y otros servicios. Mientras en Estados Unidos se presenta una
teledensidad superior al 62 por ciento (62 líneas telefónicas fijas por cada
100 habitantes); en España, de 38, y en Chile de 25, “nuestro país tiene 14,
promedio inferior, incluso, al de naciones de desarrollo económico similar y
social al nuestro”. Este rezago, advirtió, debe superarse.
El especialista recordó
que este sector experimentó un fuerte cambio estructural en los últimos años.
En 1990 –cuando había poco más de 5 líneas por cada 100 habitantes– se
privatizó Teléfonos de México (Telmex).
También se registró un
importante programa de ajuste en las tarifas; la apertura en 1997 a la
competencia del servicio de larga distancia y local, con la llegada de empresas
como Avantel y Alestra, representantes de grupos financieros extranjeros; la
introducción de los sistemas de prepago y la modalidad “el que llama paga” en
telefonía celular.
El objetivo de estas acciones fue la expansión de la
cobertura social, es decir, propiciar que un mayor número de mexicanos tuviera
acceso a estos servicios, opinó.
Butler Silva expuso que 77 por
ciento de los usuarios de Telmex sólo paga renta básica y realiza menos de 100
llamadas al mes. El resto desembolsa el costo del servicio medido, situación
que explica con mucho la rentabilidad de la empresa.
Ella posee alrededor del
70 por ciento de las líneas de larga distancia y 96 por ciento de las locales,
es decir, apenas el 4 por ciento ha sido absorbido por la expansión de Axtel,
Avantel y Alestra, que ofrecen servicios a corporativos, pero no contribuyen
con ingresos a aumentar la infraestructura.
En telecomunicaciones, explicó
el universitario, se cubren todos los mercados. Lo mismo se llega a zonas como
Santa Fe y las Lomas que a Chalco o Chimalhuacán. Pero, el volumen de tráfico
que se cobra mediante servicio medido en puntos como San Ángel, financia
implícitamente a las de escasos recursos, que sólo tienen renta básica.
Este mecanismo de subsidio
implícito cruzado permite, mediante el excedente, mantener precios menores a
las que habría en otras condiciones. Así, si Telmex perdiera a sus clientes de
Polanco o el Pedregal, debido a una medida agresiva en tarifas o al fuerte
crecimiento de los consorcios rivales, su costo tendría que subir en los
centros populares.
Mucha de la conectividad se
logra por la telefonía celular. Al momento de la privatización, en 1990, había
64 mil líneas; para 2001 ya había 27 millones. Su alza ha sido superior a la
local fija. En 1998 el programa “el que llama paga” disparó masivamente su
volumen de tráfico en el país.
En contraste, la “densidad
fija” es un problema para el país, pues las líneas no se distribuyen de forma
homogénea. La inversión, lo mismo que la cobertura, se hallan concentradas en
el DF, que tiene una teledensidad similar a la de España.
La disponibilidad cobertura en
áreas urbanas es del 42 o 44 por ciento, pero en hogares rurales no supera el 2
por ciento. Así, la fuerte asimetría regional debe ser corregida.
En el lapso de 1990 a la
fecha, este sector pasó del 0.2 a más del 2 por ciento del Producto Interno
Bruto. La cobertura mejoró, elevándose el número de poblaciones con servicio
telefónico, de 7 mil a 51 mil, de las 180 mil que existen –faltan rancherías
con un promedio de menos de 100 habitantes–, aunque la mayoría lo tienen a
través de casetas, no en los domicilios, finalizó Butler.
--o0o--
FOTO 01
En los próximos
diez o 15 años el sector telecomunicaciones del país enfrentará problemas con
su cobertura social, señaló el académico de la Facultad de Economía de la UNAM,
Fernando Butler Silva, en la conferencia Microeconomía, regulación y
telecomunicaciones.
FOTO 02
Al dictar la conferencia Microeconomía, regulación y telecomunicaciones, el académico de la Facultad de Economía de la UNAM, Fernando Butler Silva, advirtió que sin acceso al servicio telefónico la población no podrá entrar a la sociedad de la información.