· Las que más se venden son maquinaria y equipo

· El cambio se ha logrado gracias a la mayor diferenciación del producto y a su penetración por reducción de costos: Rogelio Huerta, de la Facultad de Economía

El 74 por ciento de las ventas manufactureras al exterior de México se dan en la división de maquinaria y equipo. Ello indica que el país “no sólo ha cambiado en términos de dejar de depender de las exportaciones de bienes primarios, sino que se ha especializado”, señaló Rogelio Huerta, de la Facultad de Economía de la UNAM.

Para el 2004, añadió, el volumen del comercio al extranjero sumó 12 mil 651 millones de dólares, dividido en 82.8 por ciento para manufacturas, 13.2, a petroleras; 3. 5 a agropecuarias, y 0.5 por ciento para extractivas.

En la conferencia ¿Qué y por qué nos compran otros países?, explicó que en los últimos 23 años la economía mexicana ha modificado su estructura productiva, así como la forma de insertarse en el mercado global. “Ha dejado de ser una nación principalmente exportadora de materias primas y básicos para convertirse en una que compite con ventaja internacional en la industria manufacturera”, indicó.

Si bien en 1980 del 80 al 85 por ciento de las ventas al exterior se centraron en el petróleo, en la actualidad, debido al profundo cambio en la disposición comercial del país, la mayor parte se dedica a las manufacturas.

Recordó que cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, una buena parte de las voces que se alzaron en contra indicaron que si se abrían las fronteras indiscriminadamente, “la industria y la producción nacional iban a ser barridas por los norteamericanos, porque en todos los campos –y estaba demostrado– eran más eficientes”.

Sin embargo, el resultado ha sido contrario: lo elaborado en México, sea por empresas locales o extranjeras, pero que dan empleo a mexicanos, ha sido capaz de contender con ventaja en el mercado estadounidense.

Rogelio Huerta agregó que existe una subdivisión para maquinaria y equipo, compuesta de 28 por ciento de ventas para “máquinas, material eléctrico y sus partes, aparatos de grabación o reproducción de sonido, de televisión, refacciones y accesorios”. El 17 se refirió a “automóviles, tractores, velocípedos y demás vehículos terrestres, y el 14 por ciento se ubicó en “canteras, artefactos mecánicos y reactores nucleares”.

Lo más sorprendente, advirtió en el Auditorio Sotero Prieto, “es que lo hace de manera eficiente y competitiva, a tal grado que el año pasado la balanza comercial de nuestro país con Estados Unidos fue favorable en aproximadamente 36 mil millones de dólares; es decir, poco a poco, de ser deficitario en su relación con aquel país, ha pasado a ser superavitario”.

Tres son las razones que explican este fenómeno. La primera es que durante el proceso de industrialización en los años 50 y 70 –cuando el sector interno estaba protegido por altos aranceles– se creó una planta fabril que no era tan obsoleta como se dijo, por lo que cuando se dio la apertura en ciertas áreas, tenía capacidad instalada para enfrentar al mundo.

Un segundo elemento fue permitir la inversión extranjera a partir de 1985, la cual modifica la organización productiva de México y la hace más rentable. Fue atraída a tal grado que, desde 1990, empezó a crecer aceleradamente, haciéndola su principal fuente de divisas, en comparación con la deuda externa en los 80.

El tercer factor tiene que ver con la especialización que, para alcanzar el éxito en la inserción global, se guía por las capacidades comparativas. “Ha habido –señaló Rogelio Huerta– una mejora en la actividad tecnológica, en la calificación de mano de obra”.

Así, México ha logrado incrementar sus exportaciones, en particular las manufactureras, no sólo por el aumento en la demanda en el mercado norteamericano. Tiene que ver con su mayor preparación internacional a partir de la diferenciación de productos, es decir, su calidad creció notablemente, y la penetración, la posibilidad de reforzar la elaboración a través de las economías de escala, las cuales permiten reducir costos.

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El 74 por ciento de las ventas manufactureras al exterior de México se dan en la división de maquinaria y equipo. Ello indica que el país ha dejado de depender de las exportaciones de bienes primarios, señaló Rogelio Huerta, de la Facultad de Economía de la UNAM.

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El economista universitario Rogelio Huerta dijo que en los últimos 23 años la economía mexicana ha modificado su estructura productiva, así como la forma de insertarse en el mercado global.