14:00 hrs. Abril 29 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-318

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SUICIDIO, CUARTA CAUSA DE MUERTE EN LOS ADOLESCENTES

 

·        Investigadoras de la UNAM dijeron que los motivos principales son la depresión, estrés, pobreza, desempleo y falta de comunicación con los padres

·        En los niños, la desesperanza y el maltrato

·        El Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad del ramo, lleva a cabo programas tanto para los menores como para los progenitores, a fin de evitar o corregir este tipo de problemas

 

En México el suicidio representa la cuarta causa de muerte en los adolescentes de 15 a 19 años de edad, aunque también incide en los niños mayores de ocho años. Los motivos principales son la depresión estrés, pobreza,  desempleo y falta de comunicación con los padres, en el primer caso, mientras que en el segundo sobresalen desesperanza y maltrato.

 

Las investigadoras de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Emilia Lucio Gómez Maqueo y Silvia Morales Chainé, precisaron que uno de los riesgos que más se han incrementado en los últimos diez años es la conducta suicida en la adolescencia, al pasar del octavo al cuarto sitio en las causas de muerte.

 

Aun cuando la tendencia de nuestro país se ubica entre la posición 20 y 30 en el ámbito mundial, por debajo de Japón y Estados Unidos, destacaron, en proporción puede resultar alta la incidencia.

 

En el Centro de Servicios Psicológicos (CSP) de la FP, informaron, se llevan a cabo diversos programas para ayudar a los padres, adolescentes y niños, a fin de evitar o corregir este tipo de situaciones.

 

Detallaron que los intentos de suicidio de los adolescentes son 20 veces más que los casos consumados. La idea de cometer esta acción se da entre el 20 y 40 por ciento, de acuerdo a diferentes estudios; el intento entre el ocho y 13 por ciento y el lograrlo entre el dos y cuatro por ciento.

 

En conferencia de prensa, agregaron que de los hechos reportados en el 2001, el 11.5 por ciento perteneció al grupo de hombres y el 21.4 al de mujeres, ambos entre los 15 y 19 años de edad. Los primeros son quienes más concretan este acto, en tanto que las segundas lo intentan con mayor frecuencia.

 

Las dos investigadoras expusieron que su ideación y puesta en práctica se presentan en cualquier clase social, tanto en adolescentes como en niños; la incidencia se eleva a partir de los ocho años de edad; aunque son importantes la pobreza y el desempleo, además d que los conflictos emocionales también influyen.

 

Rechazaron el mito de que la desilusión amorosa sea causa fundamental de este fenómeno en el grupo de 13 a 18 años de edad. Los afectan más y con mayor frecuencia los problemas familiares.

 

Por lo regular utilizan los métodos del ahorcamiento, las armas blancas –como navajas– y de fuego y, en el caso femenino, la ingestión de pastillas; los intentos y suicidios se incrementan en verano y disminuyen en invierno, es decir, el clima tiene una relevante influencia. El lugar donde cometen con mayor frecuencia este hecho es en el hogar, aunque también lo hacen en la escuela o parques.

Las especialistas de la FP resaltaron las conductas verbales y no verbales que indican la posibilidad de riesgo suicida: la desesperación, el abuso de sustancias y la depresión enmascarada.

 

En el primer caso, la conducta verbal es dar señalamientos como “me quiero morir”, “estoy desesperanzado” y me siento impotente”; la no verbal son acciones de retardo psicomotor, insensibilidad, aislamiento y alejamiento de las personas.

 

En cuanto al abuso de sustancias, es verbal cuando se dice “estoy fuera de control” o “necesito ayuda pero no sé cómo utilizarla”; la no verbal, es el consumo frecuente de alcohol y drogas.

 

La depresión enmascarada se presenta en el primer caso cuando se piensa que no hay nada malo en ser rebelde y antisocial; en el segundo, mediante la agresión física, ansiedad e impulsividad marcada.

 

Los adolescentes y los niños, señalaron, son muy sensibles y perciben el estrés y el malestar de los padres. Además, el exceso de trabajo también afecta el estado de ánimo de los progenitores; la falta de espacios para convivir con la familia, así como la imitación de conductas, cuando se registran altos niveles de ansiedad, con el consecuente nerviosismo, sudor de manos e intranquilidad.

 

Emilia Lucio Gómez y Silvia Morales aseguraron que la falta de atención psicológica se da por factores económicos, ignorancia, carencia de cultura y de educación en la sociedad.

 

Consideraron fundamental elevar el nivel de comunicación con los hijos y aprender a hablar de sus problemas con ellos; dejar al joven o niño platicar con el psicólogo, con el respeto a la confidencialidad y ética; los padres deben poner límites y aplicar los diferentes recursos que tienen, pero con cariño, pues de lo que más se quejan los menores es de que son fríos y distantes.

 

Entre las habilidades básicas que en el CSP se enseñan a los progenitores sobresalen: el control y pensamiento previo; relajación por respiración profunda y por pensamiento, control y distensión; solución de los conflictos, y actividades recreativas individuales, de pareja y familiares.

 

Dijeron que como a nadie se le enseña a ser padre, es necesario que observen e interactúen más con los hijos, que averigüen las causas del nerviosismo, el sudor de manos, los dolores de estómago, el dormir demasiado o no hacerlo, la irritabilidad, la inquietud y el aislamiento, pues son señales alarmantes.

 

Antes, las investigadoras indicaron que la desobediencia, agresión, berrinches, protestas, oposición e hiperactividad, entre otros, son factores que propician problemas de conducta infantil, social y clínicamente relevantes por su elevada incidencia y por las consecuencias que a mediano y largo plazo representan.

 

En la ciudad de México, añadieron, la frecuencia se eleva, por lo que constituyen la causa principal de atención infantil en el CSP de la UNAM.

 

En el último año, dieron a conocer, el 12 por ciento de la población atendida en el Centro corresponde a niños con problemas de conducta infantil. Esto significa que de dos mil 161 pacientes de la población total, 257 familias fueron atendidas en el Programa de Terapia Conductual Infantil de abril de 2003 al mismo mes de este año.

 

En un estudio donde se entrevistó a 300 padres de familia de una comunidad urbana, se concluyó que el 69 por ciento de los niños presentaban por lo menos cuatro problemas de conducta dentro de su rutina diaria. Las más frecuentes son el berrinche, con el 80 por ciento; el enojo, el 78; la oposición, también el 78 por ciento, y la irritabilidad el 65 por ciento.

 

Otras conductas reportadas fueron la agresión física, con el 40 por ciento; la verbal, el 21; el déficit en el control de esfínteres, el 25, y la dificultad para motivar a los niños, el 29 por ciento. Asimismo, de atención, con el 28 por ciento; hiperactividad el 44, y la combinación de ambos el 19 por ciento.

 

 

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FOTO 01

El Centro de Servicios Psicológicos desarrolla programas tanto para los menores como para los padres, a fin de evitar o corregir los problemas de conducta de adolescentes y niños, dijo Silvia Morales Chainé, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

FOTO 02

La investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, Silvia Lucio Gómez, señaló que en México el suicidio representa la cuarta causa de muerte en los adolescentes de 15 a 19 años de edad, aunque también se presenta en niños mayores de ocho años.