Boletín UNAM-DGCS-316
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
CAMBIOS LEVES EN EL CUERPO HUMANO POR EL HORARIO DE VERANO
·
Afirmó Elia Naranjo Rodríguez, jefa del
Departamento de Farmacología de la Facultad de Química de la UNAM
·
Influye en las concentraciones de
melatonina, hormona de la que se estudia su efecto para reducir el estrés
El horario de verano modifica
el ciclo vigilia–sueño y las secreciones hormonales que se liberan a
determinadas horas del día. Sin embargo, al sólo requerir de una hora, no
interfiere en el resto de las actividades cotidianas, señaló Elia Naranjo
Rodríguez, jefa del Departamento de Farmacología de la Facultad de Química (FQ)
de la UNAM.
Naranjo Rodríguez se refirió
en particular a la variación en las concentraciones de melatonina, hormona
secretada por la glándula pineal, relacionada con el mecanismo natural que,
entre otras funciones, regula cambios de tipo estacional en especies con
actividad fotoperiódica, como las ovejas y los osos; y misma que se libera en
los ciclos de luz–oscuridad, particularmente en este último.
También se le ha atribuido un
efecto para reducir el estrés o ansiolítico, aspecto que trabaja la
investigadora universitaria. Se busca “determinar la presencia de un compuesto
capaz de inhibir, reducir o eliminar la ansiedad”, que esté al alcance de la
población y no provoque efectos adversos o de adicción como los medicamentos
existentes, especialmente las benzodiacepinas, que componen el diazepam, mejor
conocido por el nombre comercial de Valium.
Agregó que se trabaja en la
síntesis de análogos de melatonina, con ayuda de Ofelia Espejo y Alfonso Lira,
también de la FQ: “Varias sustancias podrían sustituir a las benzodisaepinas,
incluso una es más potente que la propia secreción. Se han hecho análisis in
vitro e in vivo; no obstante, “falta considerar la farmacocinética, su
mecanismo de acción”.
Estudiar esa hormona para
reducir las tensiones es importante, “porque estamos sometidos a una constante
ansiedad debido al ritmo de vida que llevamos”, destacó en la conferencia Melatonina
y ansiedad, realizada dentro del ciclo La ciencia más allá del aula.
Si bien la tensión nerviosa es
un mecanismo de defensa de nuestro organismo, para contender contra acciones
agresivas del medio ambiente, subrayó que “es algo con lo que viviremos
siempre, pero a veces rebasa cierto límite y llega a producir patologías, que
pueden convertirse en depresión profunda y desencadenar suicidios”.
En el Auditorio “A” de la FQ,
Naranjo Rodríguez precisó que esta secreción implica la regulación
fotoneuroendocrina, porque funciona en relación con la cantidad de luz y
obscuridad. Se conecta con todo el resto del sistema nervioso central y
antiguamente se le definió como el órgano de la clarividencia, la meditación o
la tranquilidad. Está localizada en el diencéfalo y mide dos milímetros de
diámetro.
Su producción endógena normal,
difícil de manejar como fármaco, se ha determinado en 28 microgramos por día,
aunque en pacientes cirróticos y geriátricos disminuye a 12 diarios. Entre las
12 horas de la noche y las seis de la mañana es cuando su concentración en el
organismo humano es mayor.
Su descubrimiento se hizo en
1917. En 1925 se observó que sus extractos conducían a las aves a un periodo
cíclico denominado fotoperiodo. En 1957 se advirtió su efecto aclarador en la
piel de los anfibios. Al año siguiente fue denominada química y
estructuralmente. En 1960 se determinó al funcionamiento de la glándula pineal
y que su actividad depende de la luz ambiental; dos años después, que la
secreta en forma de hormonas. En 1978, que es moduladora de las reacciones
fisiológicas de defensa y adaptación al síndrome de estrés. En 1983 se le llamó
“la hormona antiestrés”, y en 1991 Naranjo Rodríguez estableció que es
ansiolítica.
La melatonina es una
estructura que se absorbe bien cuando se administra por lo general por vía
oral, intramuscular o intravenosa. Entre sus efectos adversos destaca la
cefalea y nauseas. Actualmente, finalizó la investigadora, la venden en Estados
Unidos como complemento vitamínico más que como fármaco.
-oOo-
FOTO 01
Elia Naranjo Rodríguez, jefa del
Departamento de Farmacología de la Facultad de Química de la UNAM, indicó que
el horario de verano produce cambios leves en el organismo humano.
FOTO 02
El horario de verano modifica el ciclo vigilia–sueño y las secreciones hormonales que se liberan a determinadas horas del día, aunque no interfiere en el resto de las actividades cotidianas, dijo Elia Naranjo Rodríguez, jefa del Departamento de Farmacología de la Facultad de Química de la UNAM.