12:00 hrs. Abril 28 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-313

Ciudad Universitaria

 

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EL ORDEN POLÍTICO CAPITALISTA SE ERIGE SOBRE LA EXALTACIÓN DE LA CIUDADANÍA: MARÍA JESÚS IZQUIERDO

 

·        Lo cierto es que somos interdependientes, dijo la catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, España

·        Es necesario construir un nuevo concepto de individuo, que integre dependencia y autonomía, autosuficiencia y necesidad del otro, sugirió

·        Ofreció en la UNAM la conferencia La constitución de la subjetividad de género y sus consecuencias

 

 

El orden político capitalista se erige sobre la exaltación de la ciudadanía, que requiere de individuos autosuficientes, libres y autónomos, cuando más bien los seres humanos somos interdependientes, señaló en la UNAM María Jesús Izquierdo, catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, España,

 

Durante la conferencia La constitución de la subjetividad de género y sus consecuencias, dijo que en la sociedad actual no hay condiciones para constituir una subjetividad sensible, que ponga a las personas en contacto con sus obligaciones.

 

Hay una dislocación entre lo general –como trabajo y política– y lo particular –el hogar– propiciada por la división sexual laboral, “la cual hace que la mujer no vea a la humanidad y el hombre ignore a sus semejantes”, expresó. 

Dicha escisión se construyó a partir de suponer que la precariedad y la necesidad del otro son anomalías para apartar o marginar, y que los humanos tienen una parte repugnante que enferma y muere. “Esta idea le es impuesta a la familia utilizando al sexo femenino”, explicó.

 

Esta posición, relativamente reciente, nació de la institucionalización capitalista, cuando se concibe y crea el concepto actual de ciudadanía, que es contractual, y actúa bajo la siguiente lógica: “yo, autosuficiente, me uno cuando me conviene y rompo el contrato cuando ya no me es útil. Este modo de pensar impide articular el componente autónomo con el comunitario, el de formar parte de un todo del que se es responsable y, que a su vez, se obliga del sujeto”.

 

Esta pretensión de libertad en el modo de producción señalado, insistió María Jesús Izquierdo, niega el hecho de que hay un vínculo entre una persona y otra, y se centra en que “el otro es un fin para mí”.

 

Por tanto, es necesario erigir una nueva categoría que integre dependencia y autonomía, autosuficiencia y necesidad del otro; en otras palabras, introducir precariedad y mortalidad. Dicha unión no es factible sin superar la división de género, porque las subjetividades que se construyen impiden pensar que siendo libre se es también necesitado. “No se le puede mostrar en el trabajo, dirigiendo al mundo, y al mismo tiempo deprimido, cansado y requiriendo de cuidados tras una jornada laboral”, advirtió.

 

Se busca entonces, dijo, que la gente se cuide y se ocupe de sí misma, y dejar espacio para que se entre en contacto con la inestabilidad y se pida ayuda a los demás. Por ello, la experta propuso un modelo solidario, donde “la forma de vincularse entre uno y otro sea recíproca, no como sucede hoy en día”.

 

Comentó, además, que la subjetividad se determina por el trabajo, que no es un proceso puramente intelectual, sino también emotivo: hay un ir y venir entre qué me mueve a poner en práctica mis conocimientos, qué hago y qué conciencia tengo de lo realizado. El primer producto de un proceso laboral, dijo, es “erigir como persona; hacerla en tanto que se hace”. De este modo, finalizó la investigadora, uno se juega la vida en su actividad.

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El orden político capitalista se erige sobre la exaltación de la ciudadanía, dijo la catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, María Jesús Izquierdo, al ofrecer una conferencia en la UNAM.