Boletín UNAM-DGCS-313
Ciudad Universitaria
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EL ORDEN POLÍTICO CAPITALISTA SE ERIGE SOBRE LA EXALTACIÓN DE LA CIUDADANÍA: MARÍA JESÚS IZQUIERDO
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Lo cierto es que somos interdependientes,
dijo la catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, España
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Es necesario construir un nuevo concepto de
individuo, que integre dependencia y autonomía, autosuficiencia y necesidad del
otro, sugirió
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Ofreció en la UNAM la conferencia La
constitución de la subjetividad de género y sus consecuencias
El orden político capitalista se erige sobre la
exaltación de la ciudadanía, que requiere de individuos autosuficientes, libres
y autónomos, cuando más bien los seres humanos somos interdependientes, señaló
en la UNAM María Jesús Izquierdo, catedrática de la Universidad Autónoma de
Barcelona, España,
Durante la conferencia La
constitución de la subjetividad de género y sus consecuencias, dijo que en la
sociedad actual no hay condiciones para constituir una subjetividad sensible,
que ponga a las personas en contacto con sus obligaciones.
Hay una dislocación entre lo
general –como trabajo y política– y lo particular –el hogar– propiciada por la
división sexual laboral, “la cual hace que la mujer no vea a la humanidad y el
hombre ignore a sus semejantes”, expresó.
Dicha escisión se construyó a
partir de suponer que la precariedad y la necesidad del otro son anomalías para
apartar o marginar, y que los humanos tienen una parte repugnante que enferma y
muere. “Esta idea le es impuesta a la familia utilizando al sexo femenino”,
explicó.
Esta posición, relativamente
reciente, nació de la institucionalización capitalista, cuando se concibe y
crea el concepto actual de ciudadanía, que es contractual, y actúa bajo la
siguiente lógica: “yo, autosuficiente, me uno cuando me conviene y rompo el
contrato cuando ya no me es útil. Este modo de pensar impide articular el
componente autónomo con el comunitario, el de formar parte de un todo del que
se es responsable y, que a su vez, se obliga del sujeto”.
Esta pretensión de libertad en
el modo de producción señalado, insistió María Jesús Izquierdo, niega el hecho
de que hay un vínculo entre una persona y otra, y se centra en que “el otro es
un fin para mí”.
Por tanto, es necesario erigir
una nueva categoría que integre dependencia y autonomía, autosuficiencia y
necesidad del otro; en otras palabras, introducir precariedad y mortalidad.
Dicha unión no es factible sin superar la división de género, porque las
subjetividades que se construyen impiden pensar que siendo libre se es también
necesitado. “No se le puede mostrar en el trabajo, dirigiendo al mundo, y al
mismo tiempo deprimido, cansado y requiriendo de cuidados tras una jornada
laboral”, advirtió.
Se busca entonces, dijo, que la gente se cuide y se ocupe
de sí misma, y dejar espacio para que se entre en contacto con la inestabilidad
y se pida ayuda a los demás. Por ello, la experta propuso un modelo solidario,
donde “la forma de vincularse entre uno y otro sea recíproca, no como sucede
hoy en día”.
Comentó, además, que la
subjetividad se determina por el trabajo, que no es un proceso puramente
intelectual, sino también emotivo: hay un ir y venir entre qué me mueve a poner
en práctica mis conocimientos, qué hago y qué conciencia tengo de lo realizado.
El primer producto de un proceso laboral, dijo, es “erigir como persona;
hacerla en tanto que se hace”. De este modo, finalizó la investigadora, uno se
juega la vida en su actividad.
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El orden político capitalista se erige sobre la exaltación de la ciudadanía, dijo la catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, María Jesús Izquierdo, al ofrecer una conferencia en la UNAM.