11:00 hrs. Abril 27 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-310

Ciudad Universitaria

 

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LA MIGRACIÓN DE MEXICANOS A ESTADOS UNIDOS NO HA DISMINUIDO, A DIEZ AÑOS DEL TLCAN

 

·        Actualmente hay 10 millones de personas nacidas en México que viven en la Unión Americana

·        En el 2003 ingresaron a nuestro país 13 mil 266 millones de dólares en remesas

 

La migración de mexicanos hacia Estados Unidos no se redujo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como tampoco la enorme diferencia salarial, por ello actualmente hay cerca de 10 millones de personas nacidas en México que radican en la Unión Americana, afirmó la especialista universitaria Elaine Levine.

 

Al dictar la conferencia Migración, dentro del ciclo A diez años del TLCAN, en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Levine precisó que las remesas que envían los connacionales adquieren mayor importancia para nuestra economía y, al mismo tiempo, el flujo de indocumentados a esa nación se incrementa.

 

En el 2003 ingresaron al país 13 mil 266 millones de dólares como producto de esos envíos familiares. Este monto es 35 por ciento mayor al de 2002 y el doble de lo registrado en el 2000. Apuntó que el Banco de México reportó que uno de cada cuatro hogares recibe recursos por este medio y reconoce que es uno de los factores que sostiene el consumo interno nacional.

 

Los envíos superaron la entrada estimada de inversión extranjera directa y también el monto aportado por el turismo internacional. Asimismo, recalcó, el flujo de divisas generado fue equivalente a 79 por ciento del valor de las exportaciones  de petróleo crudo en el 2003 y representa el 2.2 por ciento del Producto Interno Bruto.

 

En la sede de la FE, la especialista señaló que el censo estadounidense del 2000 revela que en la década  de los noventa, ese país recibió 14 millones de inmigrantes, la oleada más grande en términos absolutos de toda su historia, quienes representaron el 41 por ciento del crecimiento poblacional, la mayor proporción registrada por ese concepto en el siglo XX.

 

Mientras la sociedad norteamericana, en general, se incrementó 13.2 por ciento en diez años, el componente latino –de nacidos en México o sus descendientes, que constituyen casi dos tercios del total– creció 57.9 por ciento, cifra superior a la de los asiáticos que fue del 53 por ciento, lo que convierte a este sector en el grupo minoritario más numeroso de ese país, dijo.

 

Explicó que las presiones para expatriarse son más fuertes hoy que hace diez años y mediante este proceso se consolida, paulatinamente, la integración de facto de los mercados laborales, pero en condiciones desventajosas para los connacionales.

 

Ello porque en nuestro país el poder adquisitivo de la mayoría de la población es bajo y la economía no genera suficientes empleos para absorber la creciente fuerza de trabajo. Así, en los últimos 25 años el salario real se ha desplomado 70 por ciento y más del 85 por ciento de los trabajadores percibe hasta cinco salarios mínimos.

 

Dicho monto, refirió, equivale aproximadamente al 50 por ciento del minisalario estadounidense, que está ligeramente arriba del umbral de pobreza en esa colectividad. Paralelamente, los trabajadores mexicanos que radican en Norteamérica generalmente ocupan los puestos menos deseados y peor pagados, y se agrupan en barrios marginales donde sus hijos asisten a escuelas en donde predominan infantes de las llamadas minorías étnicas o raciales.

 

Debido a su bajo nivel de escolaridad y su falta de conocimiento del idioma inglés, no se puede esperar más de un mercado laboral tan segmentado y estratificado, consideró la también integrante del Centro de Investigaciones Sociales para América del Norte.

 

Advirtió que la mayoría de los inmigrantes de primera generación son pobres y tienen escasa formación, en comparación con los asalariados norteamericanos.

 

Así, en la estructura ocupacional  actual de toda la población de origen mexicano en el país vecino –según datos del Departamento del Trabajo para el año 2002–, se puede  observar que más del 60 por ciento de ésta se reparte en proporciones más o menos homogéneas, en puestos de obreros no calificados (22.6 por ciento), técnicos, ventas y apoyos administrativos (22) y servicios (20.3 por ciento). El 16 se desempeña como obrero calificado, el 12.2 en puestos directivos o como profesionistas, y solamente el 6.8 por ciento en labores agrícolas.

 

Este perfil muestra  un avance significativo con respecto a los primeros residentes pero, de cualquier forma, en comparación con otros grupos de latinos, o inclusive con los  afroamericanos y, sobre todo, frente al conjunto de los blancos, las desventajas de los connacionales son notorias, finalizó.

 

 

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La especialista Elaine Levine dijo en la UNAM que la migración de mexicanos hacia Estados Unidos no se redujo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio. Actualmente hay 10 millones de connacionales en ese país, refirió.

 

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Las remesas enviadas por los mexicanos residentes en la Unión Americana ascendieron a 13 mil 266 millones de dólares en 2003. Uno de cada cuatro hogares en el país recibe recursos por este medio, reveló en la UNAM Elaine Levine.