Boletín UNAM-DGCS-294
Claustro de Sor Juan
Pies de foto al final del boletín
FRENAN AL FUNDAMENTALISMO LAS
UNIVERSIDADES: DE LA FUENTE
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El rector de la UNAM, agregó que son el
contrapeso de la sociedad al pensamiento único
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Afirmó que la diferencia entre los regímenes
democráticos y los totalitarios es la autonomía universitaria
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Participó en la sesión inaugural de las
Jornadas Culturales “Universidad y sociedad”, realizada en la Universidad del
Claustro de Sor Juana
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Carmen Beatriz López–Portillo, rectora de la
UCSJ, señaló que la universidad debe contribuir a dar respuesta a las demandas
sociales, ser motor de la sociedad y una fuerza democratizante
Las
universidades son el único contrapeso de que disponen las sociedades contra el
pensamiento único y el mejor freno ante los preocupantes fundamentalismos
religiosos, étnicos o económicos, aseguró el rector Juan Ramón de la Fuente.
Indicó
que la diferencia entre los regímenes democráticos y los totalitarios es
precisamente la autonomía universitaria, la cual no significa
extraterritorialidad, es respeto absoluto por parte del Estado a la forma de
organización, de gobierno y de los valores supremos de las instituciones de
educación superior: la libertad de cátedra, de investigación y la capacidad
ganada para autogobernarse y administrar su patrimonio.
Al dictar una conferencia magistral en la sesión inaugural de las Jornadas Culturales “Universidad y sociedad”, que se llevan a cabo en la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), y ante su homóloga Carmen Beatriz López–Portillo, De la Fuente advirtió que de lo contrario, el Estado viola y violenta la autonomía universitaria.
En México, resaltó, las universidades gozan de autonomía e independencia y su relación con los poderes públicos es más respetuosa. Obtener este derecho marcó de manera decisiva e irreversible el curso de la educación superior en el país y muchos de los fenómenos que más han impactado el desarrollo nacional en el siglo pasado y los primeros años de este.
Sin
autonomía, sostuvo, no puede haber libertad académica. Pero, se convierte en el
“hilo delgado” en la relación entre la universidad y el Estado, sobre todo en
los aspectos referentes al financiamiento.
Frente
al agregado de Cooperación Universitaria e Investigación de la Embajada de
Francia en México, Jean Franco; el secretario general de la Universidad
Autónoma Metropolitana, Ricardo Solís Rosales, y la comunidad de esa
institución, aseveró que el reto de la universidad es adaptarse a los
vertiginosos cambios que se han suscitado y, al mismo tiempo, no desvirtuar su
esencia y misión. Esta última es la enseñanza, la investigación y la extensión
del conocimiento y la cultura a amplios sectores de la sociedad.
Es
decir, especificó, la academia sigue siendo la razón de ser de la universidad.
Resulta importante, porque la institución está en permanente riesgo de perder
la brújula, de tomar orientación diferente, lo que provocaría el grave riesgo
de desnaturalizarse.
Por
eso, inmersa en el centro de los problemas de la sociedad que la auspicia, no
puede ser una institución militante, que se pliegue a los dogmas, las doctrinas
o los intereses políticos en boga, y menos aún a las leyes económicas que hoy
día ejercen una enorme influencia sobre la vida de todos los países, alertó.
El
rector previó que para preservar su misión académica, la universidad debe
mantener los elementos fundamentales que permiten el desarrollo de la academia:
la libertad, la autonomía y la independencia.
Así,
recalcó, las instituciones de educación superior deben ser “insensatamente
independientes”, pues si pierden esa capacidad dejará de ser la conciencia crítica
que las sociedades requieren para examinarse en forma periódica y encontrar
mejores caminos para su desarrollo.
El
Estado, abundó más adelante, está mejor cuando respeta las decisiones que toman
las universidades, que si trata de entrometerse en sus asuntos internos.
Dejó
en claro que las universidades tienen importantes responsabilidades con la
sociedad y el Estado. La primera, como reclamo generalizado, es la calidad de
los servicios educativos, de investigación y de difusión de la cultura; la segunda,
es la transparencia y rendición escrupulosa de cuentas.
Indicó
que las humanidades, las ciencias sociales y las artes son disciplinas cada vez
más subordinadas y segregadas. Aseguró que ninguna institución de educación
superior debe hacerlas a un lado.
En
la presentación de las Jornadas Culturales, la rectora de la UCSJ subrayó que
la universidad debe contribuir a dar respuesta a las demandas sociales, ser
motor de la sociedad y una fuerza democratizante. Así, se podrá activar la
crítica inherente a las presunciones implícitas e interpretativas del discurso
político y, de ser necesario, frente a la lógica del poder y su ejercicio.
Consideró
que a la universidad le corresponde abrir un espacio desde el cual se pueda
intervenir social y discursivamente en el entramado cultural al que pertenece y
transformar las estructuras existentes desde la tolerancia y el respeto a la
diferencia, así como el reconocimiento a la dignidad propia y a la ajena.
En
estas instituciones, agregó, se puede definir e interpretar la justicia desde
la redefinición de la solidaridad como expectativa compartida, como la
disposición de reconocer al otro con la igualdad que la vida misma implica.
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FOTO 01
Juan Ramón de la Fuente, rector de la UNAM, durante el
acto inaugural de las Jornadas Culturales “Universidad y sociedad”, que se
efectúan en la Universidad del Claustro de Sor Juana.
FOTO 02
El rector de la UNAM, Juan Ramón de
la Fuente, recibe de manos de su homóloga de la Universidad del Claustro de Sor
Juana, Carmen Beatriz López Portillo, un reconocimiento por su participación en
las Jornadas Culturales “Universidad y sociedad”. Los observa el representante
de la embajada de Francia en México, Jean Franco.