11:00 hrs. Abril 15 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-277

Ciudad Universitaria

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DOS CIENTÍFICOS PUMAS RECIBIRÁN EL DOCTORADO HONORIS CAUSA DE LA UAM

 

·        René Drucker Colín y Mario Molina Enríquez fueron distinguidos con este reconocimiento

·        Destacaron por sus contribuciones en los campos de las neurociencias y química ambiental, respectivamente

 

Dos destacados científicos de la UNAM, René Drucker Colín y Mario Molina Enríquez, fueron distinguidos con el doctorado Honoris Causa que otorga la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por sus sobresalientes trayectorias científicas y académicas, así como por sus relevantes contribuciones al desarrollo de la ciencia en los ámbitos nacional e internacional, en los campos de las neurociencias y química ambiental, respectivamente.

 

De acuerdo con el Reglamento de Ingreso, Promoción y Permanencia del Personal Académico, se otorga el doctorado Honoris Causa a personas que han sido reconocidas por sus aportaciones al avance de las ciencias, las artes y las humanidades.

 

Los integrantes del Colegio Académico de la UAM determinaron otorgar el galardón a ambos especialistas, quienes además de generar conocimiento para la solución de problemas mundiales son promotores de la investigación científica.

 

En el caso de René Drucker, se destacó su trabajo realizado en el área de las neurociencias y, en forma específica, sus estudios sobre el sueño y aspectos relacionados con la fisiología cerebral.

 

Se resaltó la producción científica del coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, la cual abarca la autoría de más de 200 artículos publicados en las más importantes revistas internacionales, así como mil 500 referencias que ha generado su obra, lo que lo ubica como uno de los diez científicos mexicanos más citados.

  

También se manifestó que una de las aportaciones más importantes de Drucker Colín es definir la participación de un neurotransmisor, situado en una serie de puntos del sistema nervioso que interviene en los mecanismos del sueño. De igual modo, sus trascendentes trabajos relacionados con el transplante supra–renal al cerebro para el tratamiento del mal de Parkinson.

 

Respecto de la labor científica de Mario Molina Enríquez –Premio Nobel de Química en 1995–, se consideraron sus sobresalientes contribuciones a la química atmosférica y, en particular, a los estudios sobre formación y distribución del ozono.

 

Además, se señaló que esta distinción constituye no sólo un reconocimiento a uno de los científicos mexicanos más destacados, sino también una invitación a reflexionar sobre las virtudes que tiene nuestro sistema de educación superior pública.

 

Se destacó la trayectoria del doctor Molina Enríquez, quien se formó profesionalmente en las aulas de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, y cuya carrera como investigador se ha desarrollado en Estados Unidos, principalmente.

 

Con este grado se le rinde homenaje a un mexicano excepcional, a un ejemplo de lo que es posible alcanzar con disciplina, talento y mucho trabajo.

 

Los integrantes del Colegio Académico de la UAM expusieron que las investigaciones de Mario Molina no sólo se enfocan a la generación de nuevos conocimientos, sino que buscan un impacto que trascienda el “cerrado ámbito de la ciencia” y propician la reducción de daños causados por los contaminantes atmosféricos.

 

El actual titular de la Coordinación de la Investigación Científica, René Drucker, ha sido investigador titular “C” del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, Nacional de Excelencia y Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

 

Ha recibido los premios UNAM en Investigación en Ciencias Naturales, Nacional de Ciencias y Artes, Fundación Mexicana para la Salud, Miguel Otero al Mérito en Investigación Científica y a la Excelencia Médica. Los dos últimos otorgados por la Secretaría de Salud.

 

Asimismo, Drucker Colín fue merecedor de la Condecoración Orden Andrés Bello, Clase Banda de Honor, que otorga el gobierno de la República de Venezuela, y el reconocimiento especial por trayectoria científica de la International Behavioral Neuroscience Society (IBNS) de Estados Unidos.

 

El doctor en fisiología ha desempeñado diversos cargos en la UNAM; fue becario de la Fundación Guggenheim; consejero representante de Latinoamérica ante la IBNS; presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, y asesor de Ciencia, Tecnología y Educación Superior para el gobierno del Distrito Federal, entre otros.

 

José Mario Molina es doctor en física química por la Universidad de California, Berkeley. Se incorporó como asociado posdoctoral en esa institución para luego trasladarse al campus de Irvine donde trabajó con el profesor Shervin Rowland.

 

En el Instituto Tecnológico de California realizó estudios acerca del adelgazamiento de la capa de ozono en la Antártida y a partir de 1989 labora en el Instituto Tecnológico de Massachussets.

 

Su obra ha tenido grandes repercusiones, sobre todo en Estados Unidos y otros países, como la eliminación del uso de ciertos gases propelentes en las latas de aerosoles, así como la firma de diversos protocolos internacionales para la reducción paulatina y la eliminación total de esos contaminantes.

 

Entre los reconocimientos obtenidos por Mario Molina resaltan el Tyler; el de Excelencia de la Sociedad Americana de Química; el Newcomb–Cleveland; el del Programa Ambiental de Naciones Unidas; la Medalla de la NASA; el Premio Nobel de Química 1995, por sus contribuciones en beneficio de la humanidad, y el grado de Doctor Honoris Causa que un año después le otorgó la UNAM.

 

 

 

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Foto 1

René Ducker Colín, coordinador de la Investigación Científica en la UNAM, se hizo merecedor a un Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana, por sus aportes en neurociencias.

 

Foto 2

Mario Molina Enríquez, Premio Nobel de Química 1995 y egresado de la Universidad Nacional, fue reconocido por la Universidad Autónoma Metropolitana con un Doctorado Honoris Causa por sus estudios sobre la reducción de contaminantes atmosféricos.