Boletín UNAM-DGCS-277
Ciudad Universitaria
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DOS CIENTÍFICOS
PUMAS RECIBIRÁN EL DOCTORADO HONORIS CAUSA DE LA UAM
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René Drucker Colín y Mario Molina Enríquez
fueron distinguidos con este reconocimiento
·
Destacaron por sus contribuciones en los
campos de las neurociencias y química ambiental, respectivamente
Dos destacados científicos de
la UNAM, René Drucker Colín y Mario Molina Enríquez, fueron distinguidos con el
doctorado Honoris Causa que otorga la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
por sus sobresalientes trayectorias científicas y académicas, así como por sus
relevantes contribuciones al desarrollo de la ciencia en los ámbitos nacional e
internacional, en los campos de las neurociencias y química ambiental,
respectivamente.
De acuerdo con el Reglamento
de Ingreso, Promoción y Permanencia del Personal Académico, se otorga el
doctorado Honoris Causa a personas que han sido reconocidas por sus
aportaciones al avance de las ciencias, las artes y las humanidades.
Los integrantes del Colegio
Académico de la UAM determinaron otorgar el galardón a ambos especialistas,
quienes además de generar conocimiento para la solución de problemas mundiales
son promotores de la investigación científica.
En el caso de René Drucker, se
destacó su trabajo realizado en el área de las neurociencias y, en forma
específica, sus estudios sobre el sueño y aspectos relacionados con la
fisiología cerebral.
Se resaltó la producción
científica del coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, la cual
abarca la autoría de más de 200 artículos publicados en las más importantes
revistas internacionales, así como mil 500 referencias que ha generado su obra,
lo que lo ubica como uno de los diez científicos mexicanos más citados.
También se manifestó que una
de las aportaciones más importantes de Drucker Colín es definir la
participación de un neurotransmisor, situado en una serie de puntos del sistema
nervioso que interviene en los mecanismos del sueño. De igual modo, sus
trascendentes trabajos relacionados con el transplante supra–renal al cerebro
para el tratamiento del mal de Parkinson.
Respecto de la labor
científica de Mario Molina Enríquez –Premio Nobel de Química en 1995–, se
consideraron sus sobresalientes contribuciones a la química atmosférica y, en
particular, a los estudios sobre formación y distribución del ozono.
Además, se señaló que esta
distinción constituye no sólo un reconocimiento a uno de los científicos
mexicanos más destacados, sino también una invitación a reflexionar sobre las
virtudes que tiene nuestro sistema de educación superior pública.
Se destacó la trayectoria del
doctor Molina Enríquez, quien se formó profesionalmente en las aulas de la
Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, y cuya
carrera como investigador se ha desarrollado en Estados Unidos, principalmente.
Con este grado se le rinde
homenaje a un mexicano excepcional, a un ejemplo de lo que es posible alcanzar
con disciplina, talento y mucho trabajo.
Los integrantes del Colegio
Académico de la UAM expusieron que las investigaciones de Mario Molina no sólo
se enfocan a la generación de nuevos conocimientos, sino que buscan un impacto
que trascienda el “cerrado ámbito de la ciencia” y propician la reducción de
daños causados por los contaminantes atmosféricos.
El actual titular de la
Coordinación de la Investigación Científica, René Drucker, ha sido investigador
titular “C” del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, Nacional de
Excelencia y Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Ha recibido los premios UNAM
en Investigación en Ciencias Naturales, Nacional de Ciencias y Artes, Fundación
Mexicana para la Salud, Miguel Otero al Mérito en Investigación Científica y a
la Excelencia Médica. Los dos últimos otorgados por la Secretaría de Salud.
Asimismo, Drucker Colín fue
merecedor de la Condecoración Orden Andrés Bello, Clase Banda de Honor, que
otorga el gobierno de la República de Venezuela, y el reconocimiento especial
por trayectoria científica de la International Behavioral Neuroscience Society
(IBNS) de Estados Unidos.
El doctor en fisiología ha
desempeñado diversos cargos en la UNAM; fue becario de la Fundación Guggenheim;
consejero representante de Latinoamérica ante la IBNS; presidente de la
Academia Mexicana de Ciencias, y asesor de Ciencia, Tecnología y Educación
Superior para el gobierno del Distrito Federal, entre otros.
José Mario Molina es doctor en
física química por la Universidad de California, Berkeley. Se incorporó como
asociado posdoctoral en esa institución para luego trasladarse al campus de
Irvine donde trabajó con el profesor Shervin Rowland.
En el Instituto Tecnológico de
California realizó estudios acerca del adelgazamiento de la capa de ozono en la
Antártida y a partir de 1989 labora en el Instituto Tecnológico de
Massachussets.
Su obra ha tenido grandes
repercusiones, sobre todo en Estados Unidos y otros países, como la eliminación
del uso de ciertos gases propelentes en las latas de aerosoles, así como la
firma de diversos protocolos internacionales para la reducción paulatina y la
eliminación total de esos contaminantes.
Entre los reconocimientos
obtenidos por Mario Molina resaltan el Tyler; el de Excelencia de la Sociedad
Americana de Química; el Newcomb–Cleveland; el del Programa Ambiental de
Naciones Unidas; la Medalla de la NASA; el Premio Nobel de Química 1995, por
sus contribuciones en beneficio de la humanidad, y el grado de Doctor Honoris
Causa que un año después le otorgó la UNAM.
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Foto 1
René Ducker
Colín, coordinador de la Investigación Científica en la UNAM, se hizo merecedor
a un Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana, por sus
aportes en neurociencias.
Foto 2
Mario Molina Enríquez, Premio Nobel de Química 1995 y egresado de la Universidad Nacional, fue reconocido por la Universidad Autónoma Metropolitana con un Doctorado Honoris Causa por sus estudios sobre la reducción de contaminantes atmosféricos.