Boletín UNAM-DGCS-268
Ciudad Universitaria
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PREOCUPACIÓN POR EL NÚMERO DE ADOLESCENTES QUE CONSUMEN ALCOHOL
·
El jefe del Programa de Conductas Adictivas
de la FP de la UNAM, Horacio Quiroga, resaltó que, según datos oficiales,
los índices entre sexos tienden a homologarse
·
Los estudiantes de secundaria consumen mayor
cantidad de sustancias ilícitas
· La FP tiene tres centros donde se atiende a sujetos con problemas de adicciones
Consumen por lo menos una copa de alcohol alrededor de 3
millones 522 mil adolescentes de entre 12 y 17 años, equivalentes al 25 por
ciento del total nacional de este sector de la población, a pesar de que la
edad permitida para hacerlo es hasta los 18 años. De esta cantidad, las jóvenes
urbanas sumaron un millón 252 mil 712, frente al millón 726 mil 518 de varones.
Así lo informó Horacio
Quiroga, jefe del Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología
(FP) de la UNAM, quien señaló que por esta razón la dependencia universitaria
mantiene tres centros de atención abiertos a la población en general, a fin de
ayudarla a resolver los problemas de adicción.
Al retomar los datos de la Encuesta Nacional de
Adicciones 2002 (ENA), recordó que en todo el país 32 millones 315 mil 760
personas de 12 a 65 años tomaron cerveza, destilados, vino de mesa, pulque y
alcohol del 96 como bebida etílica, por lo menos en alguna ocasión. La ingesta per
cápita general alcanzó los 2.79 litros, que se incrementó a 3.48 en el segmento
de 18 a 65 años.
Si bien, dijo, tradicionalmente se había observado la
prevalencia de los varones en esta estadística, en los últimos años esa
tendencia se ha revertido y los índices tienden a homologarse, sobre todo entre
los jóvenes que viven en las zonas urbanas, en donde por cada mujer que prueba
alcohol hay 1.4 varones, a diferencia del 1.8 que se registra en las zonas
rurales.
Explicó que de 1998 al 2002 aumentó de 27 a 35 por ciento
el número de varones adolescentes que tomaron alcohol y de 18 a 25 por ciento
entre mujeres.
Los jóvenes, destacó, son el
sector más vulnerable, pues de hecho las conductas adictivas se presentan con
mayor frecuencia en esa edad. Sin embargo, aclaró, esto dependerá del tipo de
sustancia, pues algunas son más populares en determinadas edades. Por ejemplo,
las personas mayores de 18 años consumen más alcohol y tabaco.
El académico universitario
señaló que los estudiantes de secundaria cada vez hacen un uso mayor de
sustancias ilícitas como la cocaína, aunque todavía se encuentran los
inhalables y las pastillas en primer lugar. Entre la población general, abundó,
circula en mayor proporción la marihuana, drogas duras, estimulantes y
sedantes.
Cabe destacar que según datos
de la misma Encuesta Nacional, 215 mil 634 adolescentes de 12 a 17 años
probaron alguna droga, en una proporción de 3.5 hombres por cada mujer, y el 86
por ciento de los consumidores residió en zonas urbanas. Los patrones de uso de
sustancias ubican a la mariguana, inhalables y cocaína como las más socorridas
en este rango de edad, aunque las mujeres varían en el siguiente orden:
mariguana, coca y estimulantes disolventes.
Para abatir su uso, expresó,
debe considerarse que estos compuestos no respetan condiciones sociales,
económicas, políticas, religiosas o de raza; por lo tanto, todos los grupos
humanos tienen posibilidad de caer en una situación de apego excesivo, alertó.
De hecho, señaló, las razones
para su empleo son múltiples, aunque la influencia social es importante, pues
si se convive con personas intoxicadas se tiene alta probabilidad de utilizar
algún enervante.
El académico resaltó que la FP
es pionera en trabajos sobre adicciones. Desde principios de los años 70 se
labora de manera sistemática y hasta la fecha se han desarrollado diversos
sistemas e investigaciones sobre esta problemática.
Uno de los tres centros con
que cuenta esta dependencia universitaria se encuentra ubicado en la propia
Facultad, donde se tiene un programa específico para atender a los pacientes,
precisó.
En el Centro de Servicios
Psicológicos Acazulco, indicó, existen cinco líneas de trabajo que contemplan
tratamiento o prevención secundaria. Ahí se aplican modelos de intervención y
terapia breve en adultos y adolescentes con problemas de consumo.
También, abundó, está el
Centro Comunitario “Oswaldo Robles”, donde se encargan de dos áreas: prevención
primaria a personas que aún no hacen uso de sustancias para retrasar o evitar
ese momento, y atención a alcohólicos.
Además, señaló, la FP cuenta
con una residencia en Psicología de las Adicciones en maestría. Aquí se forma a
los especialistas que están demandando las instituciones para desintoxicar a
los afectados.
Horacio Quiroga subrayó que
resolver esta problemática es responsabilidad de muchas áreas. Por ejemplo,
buena parte de los programas de previsión no han sido efectivos, porque se han
tenido diferencias para instrumentarlos.
Muchas veces, mencionó,
quienes los diseñan no piensan en las necesidades de los consumidores
potenciales, y así no pueden obtener buenos resultados.
En ese sentido, aseguró, se
requieren estrategias integrales que contemplen las diferentes dimensiones del
asunto y, al mismo tiempo, estén vinculados entre sí.
Su efectividad también
dependerá de qué tanto se involucre el usuario; por ello, si éste no satisface
sus expectativas, abandonará la terapia, destacó.
Por ello, en el combate a las
adicciones es preciso trabajar en diferentes frentes. “El gobierno, las
instituciones, la familia, las escuelas y la población en general deben asumir
la responsabilidad que les compete”, para erradicar esas conductas, puntualizó.
Asimismo, las organizaciones
son parte importante en la solución de esta problemática, por lo que su
participación debe ser activa tanto en la detección de conductas de riesgo como
en la oferta de servicios, concluyó.
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Foto 01
Los estudiantes de secundaria cada
vez consumen mayor cantidad de sustancias ilícitas como la cocaína, señaló el
académico universitario Horacio Quiroga.
Foto 02
Todos los grupos humanos tienen posibilidad de caer en una situación de consumo excesivo de sustancias, alertó Horacio Quiroga, jefe del Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología de la UNAM.