Boletín UNAM-DGCS-265
Ciudad Universitaria
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DESARROLLAN EN LA
UNAM INSTRUMENTO MÁS BARATO PARA MEDIR
LA DEFORMACIÓN DE LA CÓRNEA
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Se trata de un videoqueratómetro, que sirve
también para diagnosticar otras enfermedades oculares
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Incluso, puede ser utilizado para probar el
espejo secundario del Gran Telescopio Milimétrico que se desarrolla en Puebla,
explicó Rufino Díaz Uribe, coordinador del Laboratorio de Óptica Aplicada de la
UNAM
Con la finalidad de abaratar y
hacer más precisos los instrumentos para diagnosticar enfermedades oculares,
investigadores del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico
(CCADET) de la UNAM desarrollan un videoqueratómetro para determinar las
deformaciones de la córnea humana informó el coordinador del Laboratorio de
Óptica Aplicada, Rufino Díaz Uribe.
El costo de este aparato
alcanza hasta 60 mil dólares o más en el mercado, mientras que el prototipo
universitario asciende a 20 mil pesos, incluyendo los aditamentos donde el
paciente coloca el ojo dentro de un cilindro con líneas blancas y negras
dibujadas, el monitor de observación y la computadora de captura de datos.
Los productos comerciales,
refirió, han sido desarrollados por especialistas en el área de medicina, sin
muchas bases de física, óptica e ingeniería. A diferencia de los existentes, la
innovación elimina aproximaciones y es, por lo tanto, más preciso.
Explicó que cuando esta máquina registra rayas circulares
y radiales deformes hay algún defecto en la córnea. También se evalúa el radio
de curvatura de la membrana (reflejado como espaciamiento), que en ocasiones no
se relaciona de forma correcta con el tamaño del globo ocular, lo que produce
personas miopes.
Dijo que su superficie no es
uniforme y, por tanto, produce anomalías visuales, refractivas, presentes en el
70 por ciento de los desórdenes oculares más comunes, como la miopía, la
hipermetropía, el astigmatismo y el queratocono (cuando adquiere forma de
cono).
Rufino Díaz
enfatizó que la tecnología empleada en este nuevo prototipo permitirá
incluso, su utilización en el espejo
secundario del Gran Telescopio Milimétrico (GTM) que erige el Instituto
Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) en la Sierra de la Negra,
Puebla.
Ahí se tienen dificultades
para probar el cristal secundario, de dos metros y medio, que además es
convexo, como el ojo humano. Este instrumento, cuyo espejo principal medirá 50
metros, no será para observación en el visible, sino en ondas milimétricas del
espectro electromagnético.
El equipo del doctor Díaz
trabaja con un modelo a escala de 40 centímetros fabricado de fibra de carbono,
como el original, por ser más ligero y resistente que el vidrio. Debido a que
se hubiera requerido de un cilindro de 25 metros de altura para evaluar ese
aditamento, se ha optado por usar una línea de puntos de luz, a semejanza de
una lámpara.
A pesar de estar formada por
orificios de diferente tamaño y a distintas distancias, en el “espejo” se
observan de igual tamaño y a intervalos regulares. Se requiere de cálculos para
que el muestreo sea uniforme. Luego se coloca sobre una platina que gira. Cada
cinco grados se toman imagen y datos, de modo que al integrar todas las
mediciones se puede evaluar la superficie completa.
El objetivo es evitar la
miopía del telescopio, como fue el caso del Hubble, que debió ser corregida en
el espacio. Una vez que esté listo el diseño final se realizarán las pruebas en
el INAOE.
Tal propuesta parte de una
investigación de doctorado, ha sido llevada a los congresos internacionales
SPIE´s (Society of Photo-Optical and Instrumentation Engineers) 47 Annual
Meeting, en Seattle, Washington, EUA, en julio del 2002, y el International
Symposium on Photonics in Measurement, de Aachen, Alemania, en junio del 2002.
También será enviada para su publicación en Applied Optics. Deberá estar lista
este año, antes de que se inaugure el Telescopio
Además de estos esfuerzos, el CCADET ya tiene fabricado
otro instrumento óptico, el queratopógrafo láser, que identifica los defectos
en dicha parte del ojo para su posible corrección.
A semejanza de un escáner que
explora la superficie de un documento, repasa examina esa zona con un láser.
Funciona con un haz delgado, casi puntual, parte del cual entra al globo ocular
y el resto –alrededor de 4 por ciento– se refleja. Lo último se utiliza para el
diagnóstico. Así, rastrea miles de puntos para evaluar esa membrana.
Se usan rayos de baja potencia, de helio-neón, para no
afectar la retina y provocar ceguera. Asimismo, se determinó el límite de
exposición para no registrar daño, aclaró Díaz Uribe. A ello contribuye el
recorrido constante de esa concentración lumínea.
Las pruebas realizadas sobre
lentes pequeñas, como de contacto para simular esa membrana, aunque sin la
colaboración de oftalmólogos, tuvieron buenos resultados en el barrido de la
superficie y en la captura de la información con ayuda de un software creado en
el propio laboratorio.
Hasta ahora este proyecto ha
dado lugar a tres tesis de licenciatura y una de maestría, además de dos artículos
en las revistas internacionales Applied Optics y Optometry and Vision Science,
finalizó Díaz.
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Foto 1
En el CCADET de la UNAM se
desarrollan sistemas para diagnosticar enfermedades oculares y para probar el
espejo secundario del Gran Telescopio Milimétrico, informó el coordinador del
Laboratorio de Óptica Aplicada, Rufino Díaz Uribe.
Foto 2
Rufino Díaz Uribe, del CCADET de la UNAM, dijo que la
superficie de la córnea no es uniforme y, por lo tanto, produce defectos
visuales o refractivos que deben corregirse.