Boletín UNAM-DGCS-264
Ciudad Universitaria
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PROPONEN MÉTODO PARA INCREMENTAR LA PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS AGRÍCOLAS
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Es mediante el azolve de las aguas negras
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La técnica fue propuesta por investigadores
del Instituto de Ingeniería de la UNAM
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Los lodos generados en los drenajes de la
Ciudad de México pueden emplearse en la agricultura y en la nivelación de
terrenos: Blanca Jiménez
La aplicación de lodos de las
aguas negras en superficies infértiles o dañadas podría incrementar la
productividad de los suelos agrícolas
hasta en un 400 por ciento, de acuerdo a un sistema propuesto por
investigadores del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.
Así lo informó Blanca Jiménez
Cisneros, miembro de esa dependencia, quien agregó que se trabaja en la
construcción de un prototipo de planta de tratamiento para limpiar los caudales
y recuperar su materia orgánica, que posee nitrógeno, fósforo y
microorganismos.
Jiménez Cisneros calificó
de urgente la necesidad de tratar el agua y obtener subproductos, sobre todo si
se considera que el Distrito Federal necesita cada día entre 35 y 37 mil litros
de agua por segundo y que el 37 por ciento de la potable se desperdicia en
fugas.
Recomendó el uso de los
flujos tratados para liberar el recurso destinado al consumo humano, pues el 80
por ciento del líquido disponible se emplea para riego, cuando la norma
internacional recomienda que sea el 70. Esta práctica es común en 52 países del
mundo, donde las aguas negras riegan más de 500 mil hectáreas de cultivos.
Esta técnica de recuperación
fue desarrollada por A. Castrejón, J. A. Barrios, B. Jiménez, C. Maya, A.
Rodríguez y A. González, miembros del II,
en el estudio Evaluación de la calidad de lodos residuales de México. Su
importancia radica en que no hay referencias en la literatura científica para
valorar las diferentes propiedades de los azolves en determinados usos. Ello se
debe a que en las naciones industrializadas no se forman capas de esos
residuos.
A partir de ello
investigadores universitarios desarrollaron el Tratamiento Primario Avanzado
(TPA), tecnología para obtener asientos de materia orgánica a partir de aguas
residuales y, al mismo tiempo, se eliminaran los parásitos causantes de
malestares gastrointestinales.
La reducción de hasta un
tercio en el costo de los implementos comerciales y su alta efectividad para
erradicar microorganismos patógenos permitió implementar este sistema en dos
plantas de tratamiento de Ciudad Juárez, cuatro de Puebla y una de Mazatlán. Su
uso ha llegado incluso a países de Asia y África.
Un proyecto para los
productores agrícolas del norte de Puebla, en donde abundan los suelos de
tepetate, mostró la efectividad del cieno libre de tóxicos, con un rendimiento
hasta 400 veces mayor que los sembradíos tradicionales de la zona.
Hoy día los universitarios
colaboran con los gobiernos de los estados de Hidalgo, México y Distrito
Federal para localizar fuentes alternas de suministro hídrico para la capital
del país.
Al describir su mecanismo de operación, la investigadora explicó
que luego de un filtro primario de líquido residual se concentran sus
compuestos y se forman sólidos a partir de material coloidal y partículas
mayores.
Lo extraído en forma de lodo
concentra gran cantidad de contaminantes del caudal influente, lo que puede ser
peligroso, y de contener químicos deben confinarse en lugares controlados.
Destacó que gran parte de los
sedimentos generados son descargados al drenaje o desechados en presas,
terrenos o en las mismas fuentes de suministro sin ningún tipo de tratamiento
previo. En algunos casos han sido dispuestos en lagunas y rellenos sanitarios.
Esto genera severos problemas de afectación.
Sin embargo, resaltó que
poseen características benéficas, como nutrientes y materia orgánica que puede
ser aprovechada. Esto permite que una vez procesados se utilicen como
mejoradores de suelo –como en el ex lago de Texcoco–, fertilizantes o como
cubierta de rellenos. Además, se pueden limpiar los terrenos afectados por
hidrocarburos.
Antes deben eliminar a los patógenos
que contiene. El primer paso consiste en analizar la caracterización
fisioquímica y biológica del fango crudo; y después de la estabilización,
determinar las características finales que determinan su uso y tasa de
aplicación.
Jiménez Cisneros explicó que
este fango se compone de muchos tipos de basura, como botellas, trapos o
comida, y se combina con la tierra húmeda de las plantas de tratamiento, que
son vertidos al desagüe a pesar de que a partir del año 2000 existe una ley que
lo prohibe.
De acuerdo con la
especialista, el problema de los azolves repercute en diversas formas: “No se
puede aprovechar el agua captada en algunas presas de la Ciudad de México
debido a que están contaminadas por esta mezcla”.
Otro aspecto es que muchos
agricultores los utilizan en sus cultivos, sin saber que poseen microorganismos
patógenos e hidrocarburos. De ahí la importancia de los estudios para
identificarlos y hacer un índice que permita saber cuáles pueden utilizarse.
“Se nos olvida que la parte
sur de la ciudad sigue siendo agrícola, como Xochimilco y Milpa Alta. Muchos de
sus habitantes pueden aprovechar los azolves”. El riego con aguas negras y el
uso de lodo entre esas comunidades se explica al considerase que el líquido
cuenta con materia orgánica que sirve de abono.
Por ejemplo, existen parques a
los que se dotó de esta materia enriquecida para luego colocarles tierra.
Gracias a ello se recuperaron. Sin embargo, los de la zona oriente de la ciudad
son salinos y al arrojarla al campo lo destruyeron por intolerancia al cloruro
de sodio.
Con el análisis de referencia,
dijo, se puede saber cuáles son útiles para la siembra, la nivelación de
terrenos e incluso, se habla de que pueden utilizarse para hacer cementos,
tabiques y otros productos. Además, si se tratan adecuadamente con cal, podrían
servir para elaborar capas de suelo que tapasen la basura en algunos tiraderos.
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Foto 1
La productividad
del suelo agrícola puede incrementarse hasta en un 400 por ciento, gracias a un
sistema a partir de lodos propuesto por investigadores del Instituto de
Ingeniería de la UNAM, informó la profesora Blanca Jiménez.
Foto 2
Los azolves
procesados puedan utilizarse como mejoradores de suelo, fertilizantes o como
cubierta de rellenos. Con ellos se pueden limpiar terrenos afectados por
hidrocarburos, reveló Blanca Jiménez, del II de la UNAM.