06:00 hrs. Abril 10 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-264

Ciudad Universitaria

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PROPONEN MÉTODO PARA INCREMENTAR LA PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS AGRÍCOLAS

 

·        Es mediante el azolve de las aguas negras

·        La técnica fue propuesta por investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM

·        Los lodos generados en los drenajes de la Ciudad de México pueden emplearse en la agricultura y en la nivelación de terrenos: Blanca Jiménez

 

La aplicación de lodos de las aguas negras en superficies infértiles o dañadas podría incrementar la productividad de los suelos agrícolas  hasta en un 400 por ciento, de acuerdo a un sistema propuesto por investigadores del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.

 

Así lo informó Blanca Jiménez Cisneros, miembro de esa dependencia, quien agregó que se trabaja en la construcción de un prototipo de planta de tratamiento para limpiar los caudales y recuperar su materia orgánica, que posee nitrógeno, fósforo y microorganismos.

 

Jiménez Cisneros calificó de urgente la necesidad de tratar el agua y obtener subproductos, sobre todo si se considera que el Distrito Federal necesita cada día entre 35 y 37 mil litros de agua por segundo y que el 37 por ciento de la potable se desperdicia en fugas.

 

Recomendó el uso de los flujos tratados para liberar el recurso destinado al consumo humano, pues el 80 por ciento del líquido disponible se emplea para riego, cuando la norma internacional recomienda que sea el 70. Esta práctica es común en 52 países del mundo, donde las aguas negras riegan más de 500 mil hectáreas de cultivos.

 

Esta técnica de recuperación fue desarrollada por A. Castrejón, J. A. Barrios, B. Jiménez, C. Maya, A. Rodríguez y A. González, miembros del II,  en el estudio Evaluación de la calidad de lodos residuales de México. Su importancia radica en que no hay referencias en la literatura científica para valorar las diferentes propiedades de los azolves en determinados usos. Ello se debe a que en las naciones industrializadas no se forman capas de esos residuos.

 

A partir de ello investigadores universitarios desarrollaron el Tratamiento Primario Avanzado (TPA), tecnología para obtener asientos de materia orgánica a partir de aguas residuales y, al mismo tiempo, se eliminaran los parásitos causantes de malestares gastrointestinales.

 

La reducción de hasta un tercio en el costo de los implementos comerciales y su alta efectividad para erradicar microorganismos patógenos permitió implementar este sistema en dos plantas de tratamiento de Ciudad Juárez, cuatro de Puebla y una de Mazatlán. Su uso ha llegado incluso a países de Asia y África.

 

Un proyecto para los productores agrícolas del norte de Puebla, en donde abundan los suelos de tepetate, mostró la efectividad del cieno libre de tóxicos, con un rendimiento hasta 400 veces mayor que los sembradíos tradicionales de la zona.

 

Hoy día los universitarios colaboran con los gobiernos de los estados de Hidalgo, México y Distrito Federal para localizar fuentes alternas de suministro hídrico para la capital del país.

 

Al describir su mecanismo de operación, la investigadora explicó que luego de un filtro primario de líquido residual se concentran sus compuestos y se forman sólidos a partir de material coloidal y partículas mayores.

Lo extraído en forma de lodo concentra gran cantidad de contaminantes del caudal influente, lo que puede ser peligroso, y de contener químicos deben confinarse en lugares controlados.

 

Destacó que gran parte de los sedimentos generados son descargados al drenaje o desechados en presas, terrenos o en las mismas fuentes de suministro sin ningún tipo de tratamiento previo. En algunos casos han sido dispuestos en lagunas y rellenos sanitarios. Esto genera severos problemas de afectación.

 

Sin embargo, resaltó que poseen características benéficas, como nutrientes y materia orgánica que puede ser aprovechada. Esto permite que una vez procesados se utilicen como mejoradores de suelo –como en el ex lago de Texcoco–, fertilizantes o como cubierta de rellenos. Además, se pueden limpiar los terrenos afectados por hidrocarburos.

 

Antes deben eliminar a los patógenos que contiene. El primer paso consiste en analizar la caracterización fisioquímica y biológica del fango crudo; y después de la estabilización, determinar las características finales que determinan su uso y tasa de aplicación.

 

Jiménez Cisneros explicó que este fango se compone de muchos tipos de basura, como botellas, trapos o comida, y se combina con la tierra húmeda de las plantas de tratamiento, que son vertidos al desagüe a pesar de que a partir del año 2000 existe una ley que lo prohibe.

 

De acuerdo con la especialista, el problema de los azolves repercute en diversas formas: “No se puede aprovechar el agua captada en algunas presas de la Ciudad de México debido a que están contaminadas por esta mezcla”.

 

Otro aspecto es que muchos agricultores los utilizan en sus cultivos, sin saber que poseen microorganismos patógenos e hidrocarburos. De ahí la importancia de los estudios para identificarlos y hacer un índice que permita saber cuáles pueden utilizarse.

 

 

 

“Se nos olvida que la parte sur de la ciudad sigue siendo agrícola, como Xochimilco y Milpa Alta. Muchos de sus habitantes pueden aprovechar los azolves”. El riego con aguas negras y el uso de lodo entre esas comunidades se explica al considerase que el líquido cuenta con materia orgánica que sirve de abono.

 

Por ejemplo, existen parques a los que se dotó de esta materia enriquecida para luego colocarles tierra. Gracias a ello se recuperaron. Sin embargo, los de la zona oriente de la ciudad son salinos y al arrojarla al campo lo destruyeron por intolerancia al cloruro de sodio.

 

Con el análisis de referencia, dijo, se puede saber cuáles son útiles para la siembra, la nivelación de terrenos e incluso, se habla de que pueden utilizarse para hacer cementos, tabiques y otros productos. Además, si se tratan adecuadamente con cal, podrían servir para elaborar capas de suelo que tapasen la basura en algunos tiraderos.

 

 

 

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PIES FOTO

 

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La productividad del suelo agrícola puede incrementarse hasta en un 400 por ciento, gracias a un sistema a partir de lodos propuesto por investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM, informó la profesora Blanca Jiménez.

 

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Los azolves procesados puedan utilizarse como mejoradores de suelo, fertilizantes o como cubierta de rellenos. Con ellos se pueden limpiar terrenos afectados por hidrocarburos, reveló Blanca Jiménez, del II de la UNAM.