06:00 hrs. Abril 5 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-255

Ciudad Universitaria

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AGROINDUSTRIA Y AGRICULTURA POR CONTRATO AFECTAN A LOS CAMPESINOS: FLAVIA ECHÁNOVE

 

·        Ha provocado que los campesinos y sus familias asuman por completo los riesgos de la producción y sea mayor la degradación del medio ambiente, señaló Flavia Echánove Huacuja, investigadora del IG de la UNAM

·        Son mecanismos con los que los grandes consorcios vinculan a los productores locales con los mercados globales, mencionó

 

La agroindustria y la agricultura por contrato han provocado que los campesinos y sus familias asuman por completo los riesgos de la producción; que pierdan independencia sobre las decisiones de trabajo; que se incremente la diferenciación social en el ámbito local, y sea mayor la degradación del medio ambiente ocasionada por la disminución y contaminación de los recursos hídricos, deterioro de los suelos e incremento en el uso de pesticidas, entre otros perjuicios.

 

Lo anterior lo señaló Flavia Echánove Huacuja, investigadora del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, quien agregó que las nuevas tendencias en los hábitos de alimentación en los países desarrollados han propiciado la expansión y fortalecimiento de nuevas modalidades, que controlan cada vez en mayor medida el conjunto de actividades del campo y desempeña un papel central en la reestructuración agrícola de varios países.

 

Aspectos como la demanda de mayor variedad, calidad y valor agregado en los productos naturales han dado paso a un sistema de procesamiento y distribución cada vez más complejo, indicó.

 

Explicó que como resultado de una investigación realizada en el estado de Guanajuato, se encontró que a pesar de considerarse a esa entidad como una importante generadora de granos, en los últimos años se ha convertido en una de las principales áreas hortícolas del país.

 

En esta reconversión, dijo, ha sido determinante tanto el incremento de la demanda externa, en particular la estadounidense, como la expansión del consumo interno de esos bienes. Los productores de esta entidad, acotó, consideran que las principales ventajas de trabajar bajo contrato con esas empresas, es contar con un mercado asegurado, así como recibir asistencia técnica y financiamiento para la adquisición de insumos.

 

Entre los mecanismos más comunes por los cuales se ha venido dando la creciente integración y subordinación de la agricultura a los agronegocios se encuentra la modalidad por contrato, puntualizó la especialista en abasto alimentario.

 

Se trata, precisó, de acuerdos entre productores y compañías en los que se especifican una o más condiciones de la producción y la transacción de una cosecha.

 

Si bien, puntualizó, es una institución heterogénea, con numerosas variantes en el mundo, se distingue de los pactos de comercialización o desempeño porque incide directamente en las decisiones de los trabajadores independientes, ejerciendo control sobre su actividad al regular de antemano el precio, prácticas, calidad y crédito obtenido.

 

Por ello, indicó, es una forma de apropiación industrial en el proceso de explotación agrícola, que permite a estos consorcios contar con un abasto continuo de piezas con determinadas características, y transferir a los productores los riesgos de esta actividad, tanto en términos climáticos como laborales. 

 

En los países subdesarrollados, dijo, su difusión ha estado vinculada al dinamismo de las exportaciones de mercancías no tradicionales, entre las que figuran las frutas y hortalizas.

 

De hecho, esos envíos se han incrementado a partir de los años 80, con la creación de programas de ajuste estructural implantados por los gobiernos, ante la crisis de sus deudas externas y la necesidad de reestructurar sus sectores de venta al exterior.

 

Los mecanismos que las agroindustrias utilizan para abastecerse de los insumos del campo dependen de varios factores como su tipo, estacionalidad u oferta, demanda, tipo de productor con el que se relacionan las empresas, experiencias positivas y negativas resultado de esa relación, lineamientos concretos, tenencia de la tierra y el escenario político del país donde operan, abundó.

 

En México se trata de un régimen al amparo del cual se producen caña de azúcar y tabaco; sin embargo, se utiliza también en los sectores avícola, porcícola, de frutas y hortalizas, semillas y granos en mucho menor medida, refirió la investigadora miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

 

Específicamente, dijo, la pérdida de rentabilidad de la producción de granos básicos ha llevado a muchos agricultores nacionales a aventurarse en el cultivo de hortalizas por encargo.

 

Otros factores que han contribuido a esta situación han sido los bajos salarios imperantes en nuestro país, la liberación comercial, el régimen de tenencia de la tierra y la laxa reglamentación en cuanto al cuidado del ambiente. Sus principales compradores son las tiendas de autoservicio y los restaurantes de origen estadounidense, cuyos pedidos responden a los gustos y preferencias de los clientes, puntualizó.

 

A las agroindustrias les corresponde organizar el desarrollo industrial, definiendo aspectos clave como qué generar, cómo procesarlo y empacarlo. Sin embargo, mediante el régimen de agricultura por contrato, las empresas ejercen también control sobre todo el procedimiento, para lo cual cuentan con personal técnico dedicado a esa actividad.

A pesar de sus desventajas para los productores de hortalizas, tanto el trabajo por contrato, como la mediería, la renta de tierras y la emigración, son estrategias de sobrevivencia para enfrentarse a políticas públicas cada vez más adversas para este sector, destacó.

 

En ese contexto, consideró, se requiere un cambio institucional respecto de la valoración de los espacios rurales y sus actores sociales, que se refleje en un diferente rol del gobierno, rescatando sus obligadas funciones de apoyo y fomento al sector agrícola.

 

Precisamente, la falta de crédito, asistencia técnica y regulación de mercados, entre otros factores, ha sido el principal factor nacional que ha incidido en la expansión de este modo de trabajar. Sin embargo, los hallazgos de la investigación no lo muestra como un régimen laboral y productivo sustentable en términos sociales, económicos y ambientales, concluyó.

 

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Foto 1

 

La agroindustria desempeña un papel central en la reestructuración de las agriculturas de varios países, afirmó Flavia Echánove Huacuja, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM.

 

Foto 2

 

México requiere un cambio institucional respecto de la valoración de los espacios rurales y sus actores sociales, destacó Flavia Echánove Huacuja, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM.