Boletín UNAM-DGCS-253
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al
final del boletín
·
En el mundo cerca del dos por ciento de los
casos de este padecimiento son causados por alguna especie de helmintos
·
Afirmó Luis Alonso Herrera Montalvo, de la
Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer y del Instituto de Investigaciones
Biomédicas de la UNAM-Instituto Nacional de Cancerología
“En el mundo alrededor del dos por ciento de los cánceres
en los seres humanos son causados por alguna especie de helmintos, los
parásitos que más frecuentemente nos afectan”, aseguró Luis Alonso Herrera
Montalvo, de la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer, establecida entre
el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y el Instituto Nacional
de Cancerología.
Normalmente, dijo, cuando los médicos valoran a
individuos con una gran carga parasitaria alivian sus consecuencias más
inmediatas, como anemia o crisis convulsivas, por ejemplo. No obstante,
preocupa el caso de aquellos que no presentan síntomas severos y, por lo mismo,
no reciben tratamiento. Ellos estarían en riesgo de desarrollar una neoplasia
maligna.
Afortunadamente, señaló, en México no estamos expuestos a
las dos especies más dañinas, como la Schistosoma haematobium (causante de
tumoraciones de vejiga) y Opistorchis viverrini (en vías biliares), según
consigna la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
Esta enfermedad se caracteriza por una serie de
alteraciones genéticas en la proliferación celular. Hay pocos tipos originados
por un solo factor de riesgo, que puede ser químico, viral o físico; la mayoría
se generan por la combinación de una exposición a distintos agentes.
Las neoplasias más comunes son los carcinomas, sarcomas,
linfomas y leucemias. Los primeros provienen de las células que cubren las
superficies externas e internas del cuerpo; son de pulmón, seno y colon. Los
sarcomas surgen de las unidades de los elementos que sostienen el cuerpo como
el hueso, cartílago, tejido conectivo, músculo y grasa.
Los linfomas se originan en los ganglios linfáticos y en
los tejidos del sistema inmune del cuerpo. Finalmente, las leucemias son
cánceres de células inmaduras de la sangre producidas en la médula ósea y que
tienden a acumularse en grandes cantidades dentro del torrente sanguíneo.
La relación entre enfermedades
crónicas derivadas de algún organismo oportunista con el peligro de generar
alguna neoplasia no ha sido lo suficientemente estudiada, a pesar de que el
mundo está lleno de parásitos: se calcula que hay casi uno por cada ser humano,
es decir, seis mil millones. “Desafortunadamente –indicó– no están distribuidos
proporcionalmente: hay áreas del mundo donde los individuos prácticamente no
los tienen y otras con gente infestada”.
Por ello, es necesario investigar cuáles son los reconocidos como agentes
causales de cáncer y cuáles los que producen las mismas alteraciones en el
hospedero, Herrera Montalvo y sus colaboradores plantearon la necesidad de analizar
si la cisticercosis (Taenia solium), una de las parasitosis más frecuentes en
nuestro país, podría estar asociada con la inducción de ese mal en las células.
Estudios previos muestran que alrededor del 20 por ciento
de los sujetos cuya causa de muerte fue la neurocisticercosis tenía asociada
alguna neoplasia, y aproximadamente el 7 por ciento de pacientes con algún
trastorno hematológico maligno habían desarrollado también ese problema
transmitido por la carne de cerdo; curiosamente éste no producía síntomas y
estaba calcificado, lo cual es importante porque demuestra que no era recién
adquirida.
Según datos de la Academia Mexicana de Ciencias,
recabados por el investigador Julio Sotelo, director del Instituto Nacional de
Neurología y Neurocirugía “Dr. Manuel Velasco Suárez”, el 2 por ciento de la
población mexicana, cerca de 2 millones, tiene cisticercos en el organismo,
aunque sólo el 3 por ciento, cerca de 180 mil, la desarrolla.
Entre las cuestiones descubiertas es que los infectados
tienen un daño en los genes, pero
después de tres meses de tratamiento contra la neurocisticercosis, dicha
tendencia retornó a los valores normales.
“Este dato apoyó nuestra hipótesis de que el agente
dependiente está induciendo algún daño en las células del hospedero, como
aberraciones cromosómicas”, expresó.
Comprobaron también que cierto compuesto que secreta la Taenia
solium –el cual todavía no está caracterizado, aunque se sabe que es una
molécula de RNA ligada a una proteína y cuyo peso molecular es bajo– era capaz
de inducir daño genético a células humanas in vitro, así como de transformar
morfológicamente las unidades de hámster sirio. Al inyectarlo en ratones,
observaron que fue capaz de producirles tumores. Por eso se afirmó que es
potencialmente carcinogénico.
La pregunta es si ese elemento es secretado también por
el parásito cuando se encuentra en el hombre. “Eso no se sabe, ni tampoco si
las cantidades que genera son suficientes para inducir alteraciones in vivo.
Faltan estudios por hacer”.
De esta forma, se analiza si
la neurocisticercosis es un factor de riesgo para el cáncer. Al respecto,
precisó que los datos que tienen todavía son insuficientes. “Lo que más nos ha
costado trabajo es encontrar métodos para detectar infecciones que ocurrieron
hace mucho tiempo y que sean aplicables a gran escala, en estudios
epidemiológicos.
Por ello, concluyó, “uno de
nuestros objetivos principales para continuar con este estudio es desarrollar
procedimientos específicos y sensibles para casos anteriores, en donde el
elemento oportunista seguramente ya se encuentra calcificado y además, no causó
ningún síntoma en el portador”, finalizó.
-oOo-
Foto 1
Algunos parásitos pueden originar
cáncer, aseguró Luis Alonso Herrera Montalvo, del Instituto de Investigaciones
Biomédicas de la UNAM y el Instituto Nacional de Cancerología.
Foto 2
El investigador Luis Alonso Herrera Montalvo aseguró que en todo el mundo, alrededor del dos por ciento de los cánceres en los humanos son causados por alguna especie de los parásitos helmintos.