Boletín UNAM-DGCS-252
Ciudad Universitaria
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POSIBLE CRISIS POR INSUFICIENTE ABASTO DE AGUA EN LA CIUDAD DE MÉXICO
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El agotamiento de las fuentes
subterráneas es su principal síntoma: Adalberto Noyola Robles
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El subdirector de las áreas Hidráulica
y Ambiental del II de la UNAM aseguró que la urbe importa de otras cuencas el
25 por ciento del agua que requiere
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Sólo se trata el 12 por ciento del
líquido residual que genera la ciudad, el resto se descarga crudo
El 25 por ciento del líquido
requerido en la Ciudad de México proviene de fuentes externas de
abastecimiento, principalmente de los acuíferos del Lerma, Estado de México, y
del sistema hidrológico Cutzamala, Guerrero, reveló el subdirector de las áreas
Ambiental e Hidráulica del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, Adalberto
Noyola Robles.
Los 20 millones de personas
que habitan en la cuenca de la capital del país consumen aproximadamente 65
metros cúbicos de agua por segundo, de los cuales una cuarta parte debe
importarse de otros estados de la república, lo que se traduce en un problema
de escasez y sustentabilidad, añadió.
A diario el Distrito
Federal necesita de 35 a 37 mil litros de agua cada segundo. Su uso se
estratifica de acuerdo con el nivel socioeconómico y puede alcanzar de 20
litros diarios por habitante en clase baja hasta 600 en personas de altos
ingresos.
El Sistema Cutzamala aporta
nueve metros cúbicos por segundo y el Lerma cuatro, excepto en temporada de
estiaje; lo restante proviene de manantiales y pozos de distintos puntos
metropolitanos los cuales pueden alcanzar 450 metros de profundidad.
Esa crisis deficitaria tiene
su principal síntoma en el agotamiento de sus fuentes subterráneas, afirmó el
funcionario, quien agregó que deben adoptarse medidas encaminadas a recuperar
la autonomía hidráulica de la urbe y reestructurar los sistemas tarifarios,
para que los grandes consumidores paguen su efectivo servicio.
Ello financiará la limpieza de
514 kilómetros de acueductos y líneas de conducción que desembocan en 297 tanques
de almacenamiento, que a su vez llegan a las tomas de los usuarios a través de
910 km de red primaria y 11 mil 900 Km de distribución.
De acuerdo con reportes de la
Comisión Nacional del Agua, el 88 por ciento del líquido en México está
clorado. Sin embargo, datos del sector salud indican que cumple en un 60 por
ciento con la calidad microbiológica exigida. Es decir, 40 por ciento del
suministro no se desinfecta.
A eso debe agregarse, informó
Noyola Robles, que sólo se trata el 12 por ciento del agua residual que genera
la ciudad, el resto se descarga cruda. Este es un grave remanente, dijo, porque
el fluido es un recurso que, una vez utilizado, puede volver a ser útil para
sustituir usos que demanden menor calidad.
El Gobierno del Distrito
Federal cuenta con 24 plantas de tratamiento que cada día producen 3 mil litros
por segundo, esencialmente para riego, actividades industriales y servicios de
limpieza de transporte e instalaciones públicas.
El ingeniero ambiental
reconoció que las organizaciones gubernamentales encargadas de su manejo en el
país hacen un buen trabajo; sin embargo, hay rezagos en la infraestructura que
no se han atendido, y agregó que “el Distrito Federal necesita mayor inversión
en sus sistemas de conducción, reparación de fugas, creación de plantas de
tratamiento para filtrar y liberar corrientes potables, así como de recursos
suficientes para el drenaje, sobre todo en lo referente a su mantenimiento”.
En esta crisis que enfrenta la
capital faltan, fundamentalmente, acciones políticas, y que la ciudadanía apoye
los ordenamientos y esté dispuesta a erogar cantidades más reales, señaló.
“En la Ciudad de México se
paga, aproximadamente, una cuarta o una quinta parte del costo real del agua.
Tenemos un subsidio enorme y, como ciudadanos, no queremos cubrir su consumo”.
Es paradójico, mientras un
metro cúbico cuesta entre 60 y 70 centavos de dólar, y el usuario sólo paga
entre 20 y 40 centavos, una botella de a litro del líquido puede llegar a
costar poco menos de un dólar. A pesar de ello, la gente se resiste a
desembolsar más.
El peor de los escenarios
llegará de continuar con la actual situación. Sin tomar medidas, sin
financiamiento para mejorar su uso, en pocos años empezarán los tandeos de
agua, donde un día se tiene agua y otro no. De hecho, en algunas colonias de la
ciudad esto ya sucede, afirmó el investigador universitario.
En algunos puntos de la
república ya se aplica, sobre todo en época de estiaje, lo que conlleva una
menor calidad porque al vaciarse la red de distribución, ingresan líquidos
contaminados al acuífero.
No sólo eso, algunos tramos de
los 153 kilómetros de drenaje de aguas negras también están rotos. Hay fugas y
ese flujo puede incorporarse al conjunto. De manera que cuando nuevamente
arriba el caudal potable se infecta. El riesgo de enfermedades se presenta
cuando se operan así los sistemas, indicó.
El ambientalista insistió en
que en todo el país hay un serio problema respecto de la calidad del agua que
se bebe, pues los vertidos sucios desembocan en las afluentes limpias, lo que
propicia un mayor número de afecciones, básicamente diarréicas.
Si no se atienden estas
necesidades, visibles desde hace años, y todos los involucrados soslayan o
retrasan las acciones efectivas, las probabilidades de escasez estarán
presentes.
No obstante, dijo,
difícilmente habrá una interrupción abrupta en su disponibilidad, salvo que se
rompa un acueducto, aunque cada vez habrá más zonas con problemas de
distribución, hasta que llegue el momento en que la ciudadanía se concientice,
concluyó.
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Foto 01
El investigador del II de la UNAM, Adalberto Noyola
Robles, reconoció que el 25 por ciento del líquido necesario en la capital de
la República proviene de otros estados, lo que afecta la sustentabilidad en
materia de agua.
Foto 02
El ingeniero ambientalista de la UNAM, Adalberto Noyola Robles, advirtió sobre la necesidad de mayores inversiones en los sistemas de conducción de agua y reparación de fugas en la capital del país.