Boletín UNAM-DGCS-250
Ciudad Universitaria
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final del boletín
NO PRESENTAN DIFERENCIAS PSICOLÓGICAS LOS HIJOS DE MADRES SOLTERAS Y LOS DE FAMILIAS INTEGRADAS
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Varía el trato que reciben, la relación con
los cuidadores principales, el contacto sociocultural en que se desarrollan y
el tipo de escuelas a las que asisten
·
Aseguró Rolando Díaz Loving, investigador de
la Facultad de Psicología de la UNAM
No hay diferencias
psicológicas entre los hijos de madres solteras y los que forman parte de
familias integradas. Sin embargo, puede variar el trato que reciban, el vínculo
con sus cuidadores principales, el contexto sociocultural en el que se
desarrollen y el tipo de escuelas a las que asistan, entre otros factores.
“Todo depende de la calidad de las relaciones. Las hay
constructivas y destructivas entre sus miembros, sea en un sistema tradicional
o no”, afirmó Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de
la UNAM.
Al referirse a las
características de estas madres autónomas, explicó que “hay cuando menos dos
tipos: quienes tomaron esa opción por decisión propia y aquellas para las que
esa no era su intención original”.
En el primer caso, dijo, son
por lo general mujeres asertivas, de alta autoestima y valor propio, que
consideran tienen derecho a escoger cuándo, cómo y con quién tener a sus hijos;
estarán orientadas a los logros y a la búsqueda de expectativas bastante
precisas sobre las relaciones con sus vástagos y con las competencias que ellos
desarrollarán a través del tiempo.
Cabe señalar que esos
objetivos en ocasiones provocan en los infantes ansiedad y menor desarrollo de
sus capacidades afectivas y expresivas.
Respecto de aquellas que no
eligieron esa condición, tendrán mayores problemas “al resolver algunas de las
necesidades de la díada: madre–hijo o hija”. Esto sucede porque deben asumir
muchos papeles –como proveedor, protector, sujeto cariñoso o amoroso– entonces
necesitan realmente ser fuertes para enfrentarlas de forma constructiva.
En México sucede con
frecuencia que la familia extendida salva la situación de la crianza bajo
condiciones adversas. La abuela, tía, comadre u otros personajes satisfacen las
necesidades sentimentales. Ese niño o niña crecerán bajo una red de apoyo
conformada por diferentes sujetos. Es menor el número de mujeres sin ayuda; en
caso de no contar con ese entramado social “es más fácil que los pequeños
crezcan en la calle”.
Esta situación puede deberse a
embarazos no deseados en la adolescencia o, incluso, al abandono dentro de una
relación. Se sabe con mucha claridad que las actitudes violentas y negativas
entre padre y madre producen más daño a los infantes que cuando viven con uno
solo de sus progenitores.
Ser criado bajo este modelo
maternal puede llevar a los pequeños a reproducir las características positivas
de la tutora, en sus rasgos de persona creativa, paciente, productiva, que
resuelve las partes del cariño y la producción. Sin embargo, si carece de esas
cualidades tendrán una relación con una persona de quien no se puede aprender,
“no tendremos un buen modelo, y las relaciones podrán ser conflictivas”.
Pese a todo, existe el estigma
social frente a esta estructura y para evitar las generalizaciones los seres
humanos debemos madurar, entender que hay muchas formas de alcanzar el
bienestar. Para ello, debe hacerse el bien a los demás y buscar la felicidad.
Debe buscarse, entonces, lo
mejor de las diferentes culturas y de los hombres y mujeres para forjar
personas amables, atentas, cariñosas, expresivas, productivas, creativas,
pacientes, trabajadoras y responsables; con esas características se tendrá un
carácter más flexible, para lidiar con situaciones de producción y convivencia
de forma más intensa, positiva y obtener mejores relaciones para todos.
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PIES DE FOTO
Foto 1
No hay diferencias
entre los hijos de madres solteras y los de una familia integrada,
indicó Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la
UNAM.
Foto 2
Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de
Psicología de la UNAM, destacó que los hijos de madres solteras pueden
reproducir las características positivas de sus progenitoras.