06:00 hrs. Abril 3 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-250

Ciudad Universitaria

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NO PRESENTAN DIFERENCIAS PSICOLÓGICAS LOS HIJOS DE MADRES SOLTERAS Y LOS DE FAMILIAS INTEGRADAS

 

·        Varía el trato que reciben, la relación con los cuidadores principales, el contacto sociocultural en que se desarrollan y el tipo de escuelas a las que asisten

·        Aseguró Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM

 

 

No hay diferencias psicológicas entre los hijos de madres solteras y los que forman parte de familias integradas. Sin embargo, puede variar el trato que reciban, el vínculo con sus cuidadores principales, el contexto sociocultural en el que se desarrollen y el tipo de escuelas a las que asistan, entre otros factores.

 

“Todo depende de la calidad de las relaciones. Las hay constructivas y destructivas entre sus miembros, sea en un sistema tradicional o no”, afirmó Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Al referirse a las características de estas madres autónomas, explicó que “hay cuando menos dos tipos: quienes tomaron esa opción por decisión propia y aquellas para las que esa no era su intención original”.

 

En el primer caso, dijo, son por lo general mujeres asertivas, de alta autoestima y valor propio, que consideran tienen derecho a escoger cuándo, cómo y con quién tener a sus hijos; estarán orientadas a los logros y a la búsqueda de expectativas bastante precisas sobre las relaciones con sus vástagos y con las competencias que ellos desarrollarán a través del tiempo.

 

Cabe señalar que esos objetivos en ocasiones provocan en los infantes ansiedad y menor desarrollo de sus capacidades afectivas y expresivas.

 

Respecto de aquellas que no eligieron esa condición, tendrán mayores problemas “al resolver algunas de las necesidades de la díada: madre–hijo o hija”. Esto sucede porque deben asumir muchos papeles –como proveedor, protector, sujeto cariñoso o amoroso– entonces necesitan realmente ser fuertes para enfrentarlas de forma constructiva.

 

En México sucede con frecuencia que la familia extendida salva la situación de la crianza bajo condiciones adversas. La abuela, tía, comadre u otros personajes satisfacen las necesidades sentimentales. Ese niño o niña crecerán bajo una red de apoyo conformada por diferentes sujetos. Es menor el número de mujeres sin ayuda; en caso de no contar con ese entramado social “es más fácil que los pequeños crezcan en la calle”.

 

Esta situación puede deberse a embarazos no deseados en la adolescencia o, incluso, al abandono dentro de una relación. Se sabe con mucha claridad que las actitudes violentas y negativas entre padre y madre producen más daño a los infantes que cuando viven con uno solo de sus progenitores.

 

Ser criado bajo este modelo maternal puede llevar a los pequeños a reproducir las características positivas de la tutora, en sus rasgos de persona creativa, paciente, productiva, que resuelve las partes del cariño y la producción. Sin embargo, si carece de esas cualidades tendrán una relación con una persona de quien no se puede aprender, “no tendremos un buen modelo, y las relaciones podrán ser conflictivas”.

 

Pese a todo, existe el estigma social frente a esta estructura y para evitar las generalizaciones los seres humanos debemos madurar, entender que hay muchas formas de alcanzar el bienestar. Para ello, debe hacerse el bien a los demás y buscar la felicidad.

 

Debe buscarse, entonces, lo mejor de las diferentes culturas y de los hombres y mujeres para forjar personas amables, atentas, cariñosas, expresivas, productivas, creativas, pacientes, trabajadoras y responsables; con esas características se tendrá un carácter más flexible, para lidiar con situaciones de producción y convivencia de forma más intensa, positiva y obtener mejores relaciones para todos.

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

No hay diferencias  entre los hijos de madres solteras y los de una familia integrada, indicó Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Foto 2

 

Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, destacó que los hijos de madres solteras pueden reproducir las características positivas de sus progenitoras.