Boletín UNAM-DGCS-238
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
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El ex presidente del IFE señaló que no
existe democracia sustentable sin un sistema de partidos fuerte y con arraigo
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A pesar de los escándalos, éstos siguen
siendo indispensables para su desarrollo saludable, señaló la académica
Jacqueline Peschard
· Octavio Rodríguez Araujo, maestro emérito de la FCPyS, reconoció que ese sistema no ha resuelto las desigualdades
México vive el deterioro de la
percepción de la política por la sobreventa de expectativas en la democracia,
el nulo o escaso crecimiento económico del país en los últimos 20 años, y el
bajo nivel del debate político, aseguró José Woldenberg, académico de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), en el coloquio Los partidos
políticos en México: evolución y perspectivas.
El ex presidente del Instituto
Federal Electoral (IFE) explicó que la democracia ayuda a resolver dos grandes
problemas de toda sociedad moderna, masiva y compleja: la forma como convive y
compite la pluralidad política, y de qué manera dicha pluralidad nombra,
designa y elige a gobernantes y legisladores.
Agregó que la economía
mexicana se ha mantenido estancada, y generación tras generación ve erosionarse
las expectativas de mejoramiento.
Respecto al bajo nivel del
debate político, indicó que éste se ha sumido en “dimes y diretes”, todo tipo
de descalificaciones, y en el cual es difícil que emerjan los programas y
propuestas que tienen los partidos y los políticos.
En el auditorio “Ricardo
Flores Magón” de la FCPyS, Woldenberg aseguró que no hay democracia sustentable
sin un sistema de institutos políticos fuerte y con arraigo. Es decir, de
organizaciones que sean representativas de las funciones de una determinada
sociedad”.
Los partidos son
insustituibles como agregadores de intereses, como referentes ideológicos,
redes de relaciones y plataformas de procesamiento y postulación de candidatos
a cargos de elección popular.
Añadió que aunque el financiamiento
público enfrenta opiniones adversas, debe ser preeminente en relación con el
privado, porque se intenta garantizar la transparencia del flujo de recursos
hacia ellos.
Con ello se equilibran las
condiciones de competencia en México; además, cuando se resolvió que el
financiamiento público fuera generoso, importante y distribuido de manera
equitativa entre los partidos, se pensaba que evitaría la dependencia de los
grandes intereses económicos o delincuenciales.
José Woldenberg recomendó que
para tener buenos resultados en materia de dinero y política debemos
multiplicar las facultades fiscalizadoras del IFE y de los institutos federales
locales.
A su vez, Jacqueline Peschard,
académica de la misma Facultad y ex consejera electoral, sostuvo que los
elevados montos monetarios que se allegan los partidos políticos y el manejo
poco transparente de los recursos son las razones más socorridas de su
desprestigio.
Los grandes escándalos
financieros recientes que han involucrado a partidos de diversa tendencia,
tanto en democracias emergentes (Perú, Brasil o México), como en otras
consolidadas (Alemania e Italia), han confirmado las sospechas ciudadanas de la
falta de solvencia moral de los políticos profesionales y de las organizaciones
partidarias.
Sin embargo, estas
organizaciones siguen siendo indispensables para el desarrollo saludable de la
democracia. No existen sustitutos a su función articuladora de intereses
sociales alrededor de proyectos políticos integrados.
Por ello, requieren
urgentemente un proceso de reconversión, tanto en sus referentes doctrinarios
como en sus propuestas programáticas, para restituir sus canales de
comunicación con la ciudadanía, y sensibilizarse frente a sus necesidades y
demandas, recuperar la confianza perdida y reconstituirse como órganos eficaces
de construcción política.
Por su parte, el maestro
emérito de la FCPyS, Octavio Rodríguez Araujo, reconoció que la ampliación de
la democracia en el mundo es un hecho inminente, ya que más de 125 países en el
planeta son formalmente democráticos. Sin embargo esa expansión ha coincidido
con el crecimiento de la pobreza y las desigualdades sociales.
Es decir, abundó, este sistema
en el mundo no ha resuelto los problemas de inequidad y esto tiene mucho que
ver con las instituciones políticas.
Los partidos surgieron con una
ideología y una identificación de clase. No obstante, han abandonado los
compromisos ideológicos con sus seguidores. Han olvidado su definición
doctrinaria por ganar votos y ser competitivos.
Además, Leonardo Valdés,
consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, dijo que tras las
elecciones de 1994 y 1997 en México se inauguró un sistema de pluralismo
moderado, en el que tres o cuatro partidos tienen fuerza electoral, rodeados de
otros menos importantes.
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Foto 01
Jacqueline
Peschard, académica de la FCPyS y ex consejera del IFE, sostuvo que los montos
elevados de dinero que se allegan los partidos políticos y el manejo poco
transparente de los recursos son las razones más socorridas de su desprestigio.
Foto 02
La expansión de
la democracia ha coincidido con el crecimiento de la pobreza y las
desigualdades sociales, reconoció el maestro emérito de la FCPyS, Octavio
Rodríguez Araujo.
Foto 03
El profesor
universitario José Woldenberg aseveró que México vive un deterioro en la
percepción de la política por la sobreventa de expectativas, el nulo
crecimiento económico del país, y el bajo nivel del debate político en la
democracia.
Foto 04
Leonardo Valdés y Octavio Rodríguez durante el coloquio Los partidos políticos en México: evolución y perspectivas, efectuado en la FCPyS de la UNAM.