12:30 hrs. Marzo 24 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-223

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

URGE REIVINDICAR EL DERECHO INTERNACIONAL COMO GUÍA DE LAS RELACIONES ENTRE LOS PUEBLOS

 

·        Fernando Pérez Correa, director de la FCPyS, señaló que México ha aportado un legado fundamental para la construcción moderna de esa normatividad

·        En los albores del siglo XXI se ha vivido la manifestación del terrorismo, que cobra víctimas entre población inocente e indefensa

 

 

Ante el desarrollo de nuevas hegemonías que buscan el consenso y la legitimidad, y frente a la fragilidad y fragmentación de los pueblos, debe reivindicarse la tradición mexicana de considerar al Derecho internacional como guía de las relaciones de poder entre las naciones, aseguró Fernando Pérez Correa, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Dijo que en la Constitución se consagran los principios fundamentales de la política exterior de nuestro país: reconocimiento a la igualdad jurídica de los Estados, rechazo a la violencia, solución pacífica de las controversias, reivindicación de la libre autodeterminación y, sobre todo, solución de las diferencias a partir de los principios de la legislación mundial.

 

Al participar en el XXIX Coloquio Internacional de Primavera 2004, Legitimidad y violencia en las relaciones internacionales del siglo XXI, señaló que México ha aportado un legado fundamental para la construcción moderna de esa normatividad.

 

En el auditorio “Ricardo Flores Magón” de la FCPyS, subrayó que el concepto de legitimidad está en crisis porque no reina la certidumbre con relación a la naturaleza, atributos y características del orden mundial contemporáneo.

 

El derecho enfrenta entonces, el desafío de generar procedimientos e instituciones supranacionales que hagan posible establecer y regular el equilibrio entre los Estados, así como acoger y dar cauce de expresión legítima a las inquietudes y demandas de los ciudadanos. Por el contrario, la convivencia se ve rebasada por la violencia.

 

Pérez Correa reconoció que en los albores del siglo XXI se ha expresado el terrorismo, que cobra víctimas entre la población civil, inocente, indefensa y, en todo caso, protegida por la normatividad universal.

 

“Nos ha tocado vivir, por una parte, la acción incomprensible de supresión violenta de la alteridad en el planteamiento y solución de los problemas étnicos; así como el recurso al asesinato orgánico de líderes de oposición”, refirió.

 

Opinó que el mundo contemporáneo de las relaciones internacionales debe replantear esta cuestión, porque sobre su base se fincan los nuevos conceptos de seguridad, democracia y derechos humanos, teniendo como correlación la intensificación de la comunicación entre los pueblos y las personas, las migraciones, el comercio, el medio ambiente y la globalidad.

 

El director de la FCPyS comentó que los acelerados cambios sociales, económicos y políticos, y en particular los de carácter moral y cultural que experimenta la colectividad contemporánea, urgen a revisar los procesos históricos que conducen a la reestructuración del poder político mundial.

 

Añadió que los intercambios entre naciones libres y en particular la suerte de las personas, plantean una reflexión exhaustiva ante la dosis de violencia que se ha presentado recientemente.

 

 

Por su parte, Héctor Cuadra, profesor de la misma dependencia, apuntó que al hablar de política y política internacional el tema de la legitimidad antecede al de la legalidad. La primera es el consenso de los ciudadanos sobre un gobierno y lo obedecen porque es justo y conveniente, y por lo tanto merece aquiescencia.

 

Una vez adquirida, las formas como el poder se implanta son relativamente secundarias, porque aquella se obtiene y fortalece día tras día con el quehacer del gobierno o se pierde progresiva e indefectiblemente con un mal mandato.

 

Resaltó que la obediencia a un gobierno legítimo no resulta suficiente, porque los individuos también acatan las órdenes de un régimen impuesto por la fuerza. La autoridad es la que constituye el poder legitimado.

 

Este vocablo se relaciona con la estabilidad y no se puede pasar por alto la conducta de las elites dirigentes. Los gobiernos que se encuentran en el mando pueden hacer mucho para aumentar o reducir la conveniencia del régimen.

 

Por último, el coordinador del Centro de Relaciones Internacionales de la FCPyS, Roberto Peña, aseveró que legitimidad y violencia remiten a cuestionar el poder político en las relaciones internacionales, y a reflexionar si las diferentes formas como se concretiza pueden ser consideradas adecuadas o no, así como el grado o nivel de tensión que alcanzan dichas formas.

 

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Pies de fotos

 

Foto 01

 

Roberto Peña, coordinador del Centro de Relaciones Internacionales de la FCPyS, señaló que legitimidad y violencia remiten a cuestionar el poder político en las relaciones internacionales.

 

 

Foto 02

 

La legitimidad es el consenso de los ciudadanos sobre un gobierno, al que obedecen por ser justo y conveniente y que, por lo tanto, merece aquiescencia, aseguró Héctor Cuadra, profesor de la FCPyS de la UNAM.

 

 

Foto 03

 

El director de la FCPyS de la UNAM, Fernando Pérez Correa (al centro), inauguró el XXIX Coloquio Internacional de Primavera 2004, Legitimidad y violencia en las relaciones internacionales del siglo XXI. Le acompañan Roberto Peña y Silvia Cabrera Nieto.