06:00 hrs. Marzo 24 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-222

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

BIENESTAR Y FELICIDAD DEBEN PERMEAR EL NUEVO DISCURSO SOBRE MASCULINIDAD

 

·        Propuso María Jesús Izquierdo, académica de la Universidad de Barcelona, España

·        El patriarcado es todavía una constante en la sociedad, aseveró en el marco de las “Jornadas Universitarias sobre Masculinidad”

 

Para modificar las relaciones entre los géneros es necesario crear un sistema que persiga el bienestar y la felicidad masculina, sugirió María Jesús Izquierdo, académica de la Universidad de Barcelona, España.

 

Al dictar la conferencia Los costes ocultos de la masculinidad, efectuada dentro de las “Jornadas Universitarias sobre Masculinidad”, organizadas por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) y la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria (DGACU) de la UNAM, afirmó que este nuevo discurso debe despertar entre los hombres el deseo de alcanzar la satisfacción, pues apelar a sentimientos de culpa sólo inculca sentido del castigo.

 

En el auditorio “Mario de la Cueva” de la Torre II de Humanidades, la académica afirmó que construir este imaginario hará de las mujeres sujetos histórico universales, capaces de hacer propuestas referidas no sólo a sus intereses sectoriales, sino comunitarios.

 

Es más, abundó, ponerse “en el lugar del otro” disolvería las categorías de género. Sería pertinente que cada ser humano expresase sus cualidades como un hecho individual y no simplemente estructural.

 

María Jesús Izquierdo indicó que el patriarcado es todavía una constante en la sociedad. “Es un sistema de relaciones, visible cuando al leer un periódico sólo se ve a hombres tomando decisiones importantes y sus contrapartes son referidas básicamente a servicios de carácter sexual”.

 

Sin embargo, debe señalarse que quienes se ajustan a estos patrones no triunfan en todos los terrenos. Se trata, acotó, de un régimen sostenido por la explotación y opresión de la mujer, quien debe aportar bienestar no para sí misma, sino para la comunidad en su conjunto.

 

En la misma medida como se le identifica como un sistema de apropiación de un colectivo respecto de los bienes de otro, se puede trazar un relato donde se señale que como efecto de las estructuras el dominador sufre y, por lo tanto, no puede ser feliz. Además, pierde condiciones para su progreso personal, para la interrelación con aquellos de su sexo y del contrario, expresó.

 

En ese sentido, se pueden comprender las acciones de los varones como actividades no de un sujeto consciente, sino de un producto social formado por efecto del poder, mencionó.

 

Cuando se habla de géneros no se alude a entidades que existen a priori, las cuales, bajo ciertas condiciones, se oprimen y dañan, sino de un proceso de construcción de subjetividades que da como resultado la emergencia de dos categorías sociales, precisó.

 

Desde esta perspectiva, concluyó, se estaría en condiciones de efectuar un análisis crítico que permitiera que ambos recuperaran la posibilidad de reflexionar sobre la índole de su conducta, de sus consecuencias, las formas cómo desenvolverse y las soluciones alternativas para disfrutar de la vida

 

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Foto 01

María Jesús Izquierdo, académica de la Universidad de Barcelona, España, dijo en la UNAM que para modificar las relaciones entre los géneros es necesario crear un sistema que persiga el bienestar y la felicidad masculina.

 

Foto 02

Apelar a la culpa entre los hombres sólo inculca el sentido de castigo, cuando el discurso de género debía referirse a su satisfacción, señaló en la UNAM la catedrática española María Jesús Izquierdo.