Boletín UNAM-DGCS-217
Ciudad Universitaria
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final del boletín
FILTRO DE LLUVIA DESARROLLADO POR LA UNAM AYUDA A DISMINUIR INUNDACIONES EN LA CIUDAD DE MÉXICO
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La innovación consiste en la colocación de bloques de concreto, los
cuales captan el líquido pluvial y lo envían directamente al subsuelo para su
reuso
·
La delegación Iztacalco ya goza de los beneficios de este mecanismo.
Permitirá además filtrar 225 millones de litros de agua de lluvia
·
Al aprovecharse este recurso se podrá detener en un futuro la sobreexplotación
de los mantos acuíferos
En algunas zonas de la Ciudad
de México las inundaciones dejarán de ser un problema, gracias a que
investigadores del Centro de Geociencias de la UNAM implementaron un sistema
que permite captar el líquido pluvial y enviarlo directamente al subsuelo a
través de bloques de concreto.
El coordinador del proyecto y
los especialistas que participaron indican
que la delegación Iztacalco ya goza de los beneficios de este mecanismo
ecológico. En esta demarcación se instalaron 235 pozos de absorción que
permitirán filtrar 225 millones de litros de agua de lluvia.
Adrían Ortega, líder del
equipo de trabajo, resaltó que la cantidad de agua de lluvia que se perdía en
el drenaje era suficiente para abastecer durante una semana a la población
local.
El método denominado
Paicret Ecológico puede instalarse en cualquier zona del Distrito Federal. Se
busca “atender a las zonas que la Dirección de Protección Civil de la Ciudad de
México tiene identificadas como críticas, y así llegar a un convenio con las
administraciones e instalar este sistema”, destacó.
Ortega explicó su
funcionamiento. Un bloque estructural se acomoda –a manera de rompecabezas– en
el subsuelo; es tridimensional. En él converge todo el líquido pluvial
acumulado en una zona y lo envía al subsuelo, pues permite la rápida migración
del afluente.
Ella ingresa a través de una
zanja de 5 a 10 metros de largo por dos metros de ancho y cinco de profundidad
y se conecta con los estratos naturales de arena, grava o arcillas fracturadas.
De tal manera que toda la que ingresa ahí se mueve lateralmente frenando
volúmenes importantes. Se diseñó en función de la capacidad de filtración del
terreno y de las cantidades de escurrimiento.
Indicó que esta medida
ecológica es una patente mexicana, registrada hace cinco años por el Centro de
Geociencias de la Universidad Nacional, a la cual se le buscaron diferentes
aplicaciones, con las cuales se está trabajando.
Una de ellas consiste en que
el líquido de lluvia recuperada –una vez que se controle la dirección de la
depuración– se almacena en recipientes subterráneos.
“Como el método consiste en
una serie de bloques estructurales huecos, permite la incorporación de filtros
de tezontle, grava o arena acompañados, incluso, de compuestos químicos; así,
el recurso podrá quedar libre de contaminantes como aceites y grasas que
normalmente están presentes en el pavimento”, reveló.
Así, el vital líquido podrá
utilizarse para la limpieza, riego de jardines; en baños públicos, hoteles u
otros servicios, señaló Adrián Ortega.
Abundó que otra aplicación que
se analiza es sobre el potencial para refinar lo recolectado que va hacia el
acuífero de la Ciudad de México; ello con una serie de precauciones en términos
de calidad.
También se pretenden instalar
instrumentos electrónicos en el interior de las fosas de captación y en sus
alrededores. Esto con el fin de cuantificar el volumen recibido por unidad de
tiempo y también la forma como se desplaza en el subsuelo, apuntó.
Al referirse a sus beneficios
económicos, manifestó que se pueden evitar gastos en reencarpetamiento, pues si
no hay acumulación no hay daño en el pavimento. En el caso de la delegación
Iztacalco, según su titular, los costos anuales por su reparación a
consecuencia de las inundaciones eran de ocho millones de pesos por año. Sin
embargo, el gasto por la instalación de los 235 pozos de absorción en las
diferentes zonas críticas fue de siete millones de pesos.
Además, informó que la
erogación por usar los bloques estructurales es relativamente baja. Por
ejemplo, en un sitio con capacidad de 90 metros cúbicos llega a 100 mil pesos
aproximadamente.
Los beneficios que arroja
demuestran que la investigación que se hace en la UNAM, en este caso en dicho
Centro, puede aplicarse de manera inmediata; para resolver muchos de los
problemas que enfrenta la sociedad, resaltó Ortega.
Concluyó que si esta
innovación se coloca en otras zonas como Tlalpan, Cuajimalpa o Xochimilco, se
reducirá el impacto negativo que representa la extracción irracional del
acuífero, como las fracturas y los hundimientos del subsuelo.
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FOTO 1
Investigadores
del Centro de Geociencias de la UNAM implementaron un sistema que permite
captar el líquido pluvial y enviarlo directamente al subsuelo a través de
bloques de concreto.
FOTO 2
Adrián Ortega,
investigador del Centro de Geociencias, destacó que la investigación
universitaria puede aplicarse de manera inmediata para resolver muchos de los
problemas que enfrenta la sociedad.