11:00 hrs. Marzo 22 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-217

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

FILTRO DE LLUVIA DESARROLLADO POR LA UNAM AYUDA A DISMINUIR INUNDACIONES EN LA CIUDAD DE MÉXICO

 

·        La innovación consiste en la colocación de bloques de concreto, los cuales captan el líquido pluvial y lo envían directamente al subsuelo para su reuso

·        La delegación Iztacalco ya goza de los beneficios de este mecanismo. Permitirá además filtrar 225 millones de litros de agua de lluvia

·        Al aprovecharse este recurso se podrá detener en un futuro la sobreexplotación de los mantos acuíferos

 

 

En algunas zonas de la Ciudad de México las inundaciones dejarán de ser un problema, gracias a que investigadores del Centro de Geociencias de la UNAM implementaron un sistema que permite captar el líquido pluvial y enviarlo directamente al subsuelo a través de bloques de concreto.

 

El coordinador del proyecto y los especialistas que participaron indican  que la delegación Iztacalco ya goza de los beneficios de este mecanismo ecológico. En esta demarcación se instalaron 235 pozos de absorción que permitirán filtrar 225 millones de litros de agua de lluvia.

 

Adrían Ortega, líder del equipo de trabajo, resaltó que la cantidad de agua de lluvia que se perdía en el drenaje era suficiente para abastecer durante una semana a la población local.

 

 

El método denominado Paicret Ecológico puede instalarse en cualquier zona del Distrito Federal. Se busca “atender a las zonas que la Dirección de Protección Civil de la Ciudad de México tiene identificadas como críticas, y así llegar a un convenio con las administraciones e instalar este sistema”, destacó.

 

Ortega explicó su funcionamiento. Un bloque estructural se acomoda –a manera de rompecabezas– en el subsuelo; es tridimensional. En él converge todo el líquido pluvial acumulado en una zona y lo envía al subsuelo, pues permite la rápida migración del afluente.

 

Ella ingresa a través de una zanja de 5 a 10 metros de largo por dos metros de ancho y cinco de profundidad y se conecta con los estratos naturales de arena, grava o arcillas fracturadas. De tal manera que toda la que ingresa ahí se mueve lateralmente frenando volúmenes importantes. Se diseñó en función de la capacidad de filtración del terreno y de las cantidades de escurrimiento.

 

Indicó que esta medida ecológica es una patente mexicana, registrada hace cinco años por el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional, a la cual se le buscaron diferentes aplicaciones, con las cuales se está trabajando.

 

Una de ellas consiste en que el líquido de lluvia recuperada –una vez que se controle la dirección de la depuración– se almacena en recipientes subterráneos.

 

“Como el método consiste en una serie de bloques estructurales huecos, permite la incorporación de filtros de tezontle, grava o arena acompañados, incluso, de compuestos químicos; así, el recurso podrá quedar libre de contaminantes como aceites y grasas que normalmente están presentes en el pavimento”, reveló.

 

Así, el vital líquido podrá utilizarse para la limpieza, riego de jardines; en baños públicos, hoteles u otros servicios, señaló Adrián Ortega.

 

Abundó que otra aplicación que se analiza es sobre el potencial para refinar lo recolectado que va hacia el acuífero de la Ciudad de México; ello con una serie de precauciones en términos de calidad.

 

También se pretenden instalar instrumentos electrónicos en el interior de las fosas de captación y en sus alrededores. Esto con el fin de cuantificar el volumen recibido por unidad de tiempo y también la forma como se desplaza en el subsuelo, apuntó.

 

Al referirse a sus beneficios económicos, manifestó que se pueden evitar gastos en reencarpetamiento, pues si no hay acumulación no hay daño en el pavimento. En el caso de la delegación Iztacalco, según su titular, los costos anuales por su reparación a consecuencia de las inundaciones eran de ocho millones de pesos por año. Sin embargo, el gasto por la instalación de los 235 pozos de absorción en las diferentes zonas críticas fue de siete millones de pesos.

 

Además, informó que la erogación por usar los bloques estructurales es relativamente baja. Por ejemplo, en un sitio con capacidad de 90 metros cúbicos llega a 100 mil pesos aproximadamente.

 

Los beneficios que arroja demuestran que la investigación que se hace en la UNAM, en este caso en dicho Centro, puede aplicarse de manera inmediata; para resolver muchos de los problemas que enfrenta la sociedad, resaltó Ortega.

 

Concluyó que si esta innovación se coloca en otras zonas como Tlalpan, Cuajimalpa o Xochimilco, se reducirá el impacto negativo que representa la extracción irracional del acuífero, como las fracturas y los hundimientos del subsuelo.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Investigadores del Centro de Geociencias de la UNAM implementaron un sistema que permite captar el líquido pluvial y enviarlo directamente al subsuelo a través de bloques de concreto.

 

FOTO 2

 

Adrián Ortega, investigador del Centro de Geociencias, destacó que la investigación universitaria puede aplicarse de manera inmediata para resolver muchos de los problemas que enfrenta la sociedad.