Boletín UNAM-DGCS-208
Ciudad Universitaria
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LOS RECURSOS PÚBLICOS DEBEN ESTAR PRESENTES EN LA CONVENCIÓN NACIONAL HACENDARIA
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Ante el lento crecimiento de la economía
mexicana y el papel de los presupuestos, aseguró Roberto Escalante, director de
la FE de la UNAM
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Si no hay un acuerdo político nacional será
difícil hablar de una reforma fiscal: Rolando Cordera
· Es necesario un nuevo esquema que refleje la importancia de las fuentes de ingreso, indicó Jorge Eduardo Navarrete
En los últimos 20 años la
economía mexicana ha crecido lentamente y los presupuestos juegan un papel
importante en este ámbito, destacó Roberto Escalante, director de la Facultad
de Economía (FE) de la UNAM, durante la presentación del documento La Facultad
de Economía ante la Convención Nacional Hacendaria.
Por ello, aseveró que si bien
la necesidad de incrementar los recursos públicos a disposición del Estado y
definir su uso no son temas de la Convención, sí deben estar presentes.
Al referirse a este tema,
Rolando Cordera, profesor de la FE y miembro de la Junta de Gobierno de la
UNAM, recalcó que si no hay un acuerdo político nacional será difícil hablar de
una reforma fiscal donde se incluya el monto del gasto público y la
distribución del mismo. “De otro modo, tendríamos una reforma impuesta y
contraria al gobierno democrático que ahora queremos los mexicanos”.
El documento, señaló, destaca
que en las actuales circunstancias el tema de equidad y redistribución no debe
soslayarse, porque somos un país donde más del 50 por ciento del ingreso se
concentra en menos del 10 por ciento de la población
Mientras esto siga, sostuvo en
la sala de videoconferencias “Ricardo Torres Gaitán” de la FE, es difícil pedir
que no se grave la riqueza, ni se revise el impuesto al ingreso y a la renta.
Por su parte, Jorge Eduardo
Navarrete, ex embajador de México ante la República Federal de Alemania, al dar
lectura al documento en cuestión, afirmó que la reforma fiscal equivale a un
nuevo diseño de la estructura impositiva de la Federación, de los estados y
municipios; en ese sentido, su composición actual no puede ser modificada
parcialmente, añadiendo figuras y modificando las tasas de otras.
El diplomático consideró que
debe gravarse progresivamente el ingreso sin desalentar el ahorro y la
inversión: “Las numerosas experiencias de otros países muestran que esto es
factible”.
En la actualidad, sostuvo, se
requiere de un nuevo esquema que refleje la importancia de las fuentes de
ingreso, sin continuar castigando desproporcionadamente los recursos
procedentes del trabajo.
Indicó que el punto de partida
de todo debate sobre la reforma fiscal es un acuerdo político sobre la magnitud
del gasto y la inversión públicas en función de los objetivos nacionales de
desarrollo.
Esa proporción debe quedar
establecida en las cifras globales de recaudación y endeudamiento que el Estado
requiere para hacer viables dichos objetivos, acotó.
Paralelamente, mencionó, debe
realizarse un esfuerzo sistemático para transparentar el ejercicio del gasto
público. En la medida en que los agentes económicos tengan mayor información,
podrán controlar, supervisar y estar dispuestos a cumplir cabalmente con sus
obligaciones impositivas.
Otro requisito para una
reforma exitosa, abundó, es la elevación vertical de la eficiencia
recaudatoria, en especial del gobierno federal. En realidad, carecería de
sentido aprobar nuevas figuras impositivas si éstas van a ser evadidas o
eludidas como las ya existentes.
Asimismo, precisó, los
causantes deben tener convicción de que sus impuestos serán manejados de manera
clara y transparente; que se aplicarán al financiamiento de las prioridades
nacionales, sociales y económicas.
En opinión de Clemente Ruiz
Durán, profesor de la FE, si se lleva a cabo la reforma tal como se está planteando,
es posible vislumbrar un impacto regresivo en los ingresos de los sectores
sociales más desprotegidos del país.
En este momento, dijo, debemos
pensar por qué naciones más avanzadas que la nuestra, se han atrevido a poner
un impuesto sobre la propiedad y en México no se ha analizado esta posibilidad.
Por ello, un punto esencial de
la propuesta de la Facultad, resumió, es “no a pequeños ajustes al Impuesto al
Valor Agregado y sí a una discusión más amplia sobre qué tipo de impuestos se
pueden aplicar”.
A su vez, Carlos Tello,
profesor de la FE, consideró: “Lo que debe atender la Convención Hacendaria es
la división de responsabilidades entre los diferentes órdenes de gobierno y
cómo éstos se van a allegar recursos para atender dichas obligaciones”.
Es fundamental que estos
puntos se puedan resolver y acordar para la buena marcha del país y de los
programas emprendidos por el Estado; así como definir con claridad y
transparencia qué se hace con los impuestos recaudados, concluyó.
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Foto 1
Carlos Tello, Jorge Eduardo Navarrete, Roberto
Escalante, Rolando Cordera y Clemente Ruiz, durante la conferencia donde la FE
de la UNAM dio a conocer su postura respecto de la Convención Nacional
Hacendaria
Foto 2
Es necesario un nuevo esquema fiscal que refleje la
importancia relativa de las fuentes de ingreso, indicó Jorge Eduardo Navarrete,
ex embajador de la República Federal de Alemania, al dar lectura al documento La
Facultad de Economía ante la Convención Nacional Hacendaria
Foto 3
Si no hay un acuerdo político nacional es difícil hablar de una reforma fiscal, afirmó el académico universitario, Rolando Cordera, al participar en la conferencia La Facultad de Economía ante la Convención Nacional Hacendaria