06:00 hrs. Enero 31 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-074

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final de boletín

 

RECIBE INVESTIGADOR DE LA FACULTAD DE MEDICINA PREMIO CANIFARMA 2003

 

·        Se otorgó a Rodolfo Rodríguez Carranza en la categoría de Investigación Tecnológica o Clínica

·        El trabajo premiado es Dexrazoxano: una nueva opción para el tratamiento de la isquemia cerebral aguda

·        En el rubro de Investigación Básica se otorgó mención honorífica a otro universitario: Adolfo García Sáinz

·        El director del Instituto de Fisiología Celular presentó el trabajo Regulación funcional de los receptores para ácido lisofosfatídico por la proteína cinasa C

 

El investigador de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Rodolfo Rodríguez Carranza, recibió el Premio Canifarma 2003 en la categoría de Investigación Tecnológica o Clínica por su trabajo Dexrazoxano: una nueva opción para el tratamiento de la isquemia cerebral aguda.

 

En el rubro de Investigación Básica se otorgó mención honorífica a Adolfo García Sáinz, director del Instituto de Fisiología Celular de esta casa de estudios, por el estudio Regulación funcional de los receptores para ácido lisofosfatídico por la proteína cinasa C.

 

El propósito principal del trabajo de Rodríguez Carranza –realizado en conjunto con un equipo de colaboradores– consistió en el desarrollo de una molécula útil en el tratamiento de pacientes con cuadros de isquemia cerebral aguda, explicó José Narro Robles, director de la FM.

 

“Los resultados apuntan a que el dexrazoxano tiene propiedades neuroprotectoras importantes, que pueden ser de utilidad para reducir la mortalidad y la severidad del síndrome neurológico producto de la isquemia, además de favorecer la recuperación funcional de los pacientes con infarto cerebral agudo”, expresó.

 

Asimismo, el funcionario universitario recordó en el auditorio de la Canifarma, que este premio –consistente en la entrega de cien mil pesos y un diploma– fue creado hace 25 años con el propósito de vincular el quehacer de la comunidad científica nacional con el desarrollo de la industria en el ramo farmacéutico, así como para estimular a los profesionales mexicanos que realizan investigación en el campo de los medicamentos para uso humano.

 

Destacó que en esta ocasión se recibieron 52 trabajos, producto de la labor de 238 investigadores: 27 de ellos se presentaron como propuestas de académicos procedentes de instituciones de investigación, educación superior y hospitales de ocho entidades del país: Campeche, Colima, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Yucatán; en tanto que los 25 restantes provinieron de especialistas que laboran en el Distrito Federal.

 

En su oportunidad, Rodríguez Carranza recalcó que el tema que motivó este galardón –abordado desde hace más de una década– ha generado hasta el momento, cinco aportaciones importantes.

 

Las dos primeras se refieren a la creación de un modelo experimental de isquemia cerebral y de una escala para cuantificar el síndrome neurológico isquémico; la tercera es la identificación de un blanco farmacológico específico; la cuarta es la selección de una molécula de dexrazoxano, cuyo mecanismo de acción y farmacocinética permite suponer que es capaz de limitar la lesión tisular por isquemia, y finalmente, la validación experimental de las propiedades neuroprotectoras de un producto cuyo perfil farmacológico singular difiere, sustancialmente, del observado con otros medicamentos que han fracasado en el ensayo clínico.

 

El proyecto, aseguró, no está concluido. En su fase final se disponen a indagar sobre la veracidad de lo encontrado en el laboratorio, y determinar si el producto desarrollado disminuye la mortalidad, reduce la severidad de las alteraciones neurológicas, y favorece la recuperación funcional de pacientes con infarto cerebral, como ocurre en los animales de laboratorio.

 

La respuesta final, insistió, la tendrán en el curso de los próximos dos años después de haberla probado en seres humanos, para lo cual piensan firman un convenio con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

 

Se refirió también a la escasez de recursos destinados a la investigación. El costo, dijo, es su principal obstáculo; no obstante es superable: “No podemos olvidar que por sofisticados que sean los equipos e instrumentos, no pueden ni podrán superar el ingenio que se requiere para identificar problemas relevantes, diseñar experimentos, elaborar teorías o conceptos, o crear servicios que fortalezcan el apoyo económico”.

 

Es tiempo, indicó, de que la comunidad científica defina caminos, construya estrategias y ejecute acciones precisas para retribuir los apoyos que recibe; de acciones articuladas, de grandes líneas de investigación y de esfuerzo conjunto; de que la comunidad científica sea más autocrítica.

 

Sobre el trabajo del doctor García Sáinz, su colaboradora Selma Eréndira Avendaño comentó que “versa sobre los mecanismos de acción hormonal, específicamente sobre una familia de receptores de membrana”. 

 

Sus resultados son el primer reporte sobre la regulación funcional de los receptores para ácido lisofosfatídico que, entre otras cuestiones, posee gran importancia como mensajero celular, ha sido descrito como un factor de crecimiento e induce la proliferación celular principalmente en el sistema nervioso.

 

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FOTO 1

El investigador de la Facultad de la Medicina de la UNAM, Rodolfo Rodríguez Carranza, recibió el Premio Canifarma 2003 en la categoría de Investigación Tecnológica o Clínica

 

FOTO 2

Aspecto de la entrega del Premio Canifarma 2003, en donde dos destacados universitarios recibieron sendos reconocimientos

 

FOTO 3

José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina de la UNAM, reconoció la labor de los concursantes en el Premio Canifarma 2003, en donde un investigador de la UNAM resultó ganador